Isaac Katz, hijo del científico homófobo Jonathan Katz, sale del armario
Hace unos meses contábamos la historia de Jonathan I. Katz, físico estadounidense que fue incluido en un comité de sabios creado para ayudar a controlar el vertido de petróleo en el Golfo de México, y que fue despedido horas después tras hacerse pública su virulenta homofobia. Hoy sabemos que Katz tiene un hijo abiertamente gay.
El científico es autor de escritos como En defensa de la homofobia, en el que se define como “homófobo orgulloso de serlo” y compara a los “sodomitas” con el Ku Klux Klan, acusándolos de querer transmitir deliberadamente el sida a pacientes que necesitan transfusiones. El asunto fue objeto de polémica, incluso entre personas LGTB, que opinaron entonces que quizá lo más importante era contener la marea negra. Otros, en cambio, indicaron que no se trataba de cuestionar el derecho de Katz a ser homófobo, sino de que alguien capaz de anteponer sus convicciones morales a la lógica no sería probablemente la mejor elección. También se ha señalado que, de haberse proclamado como un orgulloso racista o antisemita nunca habría sido seleccionado.
Pues bien, ahora el joven Isaac Katz, de 22 años, hijo de Jonathan I. Katz, ha querido hacer pública su condición de gay, que no reveló a sus propios padres hasta este verano, conmovido por la ola de suicidios de adolescentes gays que azota Estados Unidos.
Katz ha redactado un escrito en el que, con un enfoque positivo y optimista, cuenta su propia historia. Katz se ve con fuerzas, incluso, para hacer cambiar de opinión a su padre. «No puedo cambiar la forma de pensar de mi padre de la noche a la mañana», reconoce. «Sus opiniones, y las de otros homófobos, se sostienen en la creencia de que la homosexualidad no está realmente arraigada en gays y lesbianas, de que alguien que se siente atraído por otra persona de su mismo sexo debería elegir no ser un ‘homosexual practicante’. Es una idea que debería resultar absurda para las personas heterosexuales, a no ser que identifiquen algún periodo en sus propias vidas en el que eligieron ser heteros, y no homosexuales», es una de las ideas que el joven Katz expone.
Un escrito lleno de esperanza que termina con la frase «It gets better» («La cosa mejora»), convertida ya en todo un lema contra el acoso a adolescentes LGTB en Estados Unidos. Como también os contábamos hace unos días, «It gets better» es el nombre del último proyecto del conocido columnista y activista Dan Savage, que ha lanzado un canal en YouTube donde recopilar vídeos de personas LGTB que quieran dirigirse a dichos adolescentes para decirles que no estan solos, y que su situación mejorará después de los difíciles años de la educación secundaria.
Puedes leer la carta completa de Isaac Katz (en inglés) aquí.
¡Zas, en toda la boca!
Corrijo. Deberíamos decir: «En todo el hocico».
«Dios castiga sin piedra ni palo»
😀
Y el hijo puede estar contento, además de mejor persona, es más guapo que su padre (claro que no es demasiado difícil) 😀
Es triste que personas con un mínimo de formación y con la cabeza relativamente bien amueblada sean tan obtusos. Pero como normalmente no solemos aprender en cabeza ajena, a muchos de estos el mejor remedio viene de tener una experiencia personal como esta. Yo siempre digo que el mejor remedio contra la homofobia es tener un hijo gay, aún a riesgo de que el remedio pueda perjudicar gravemente antes de que cure. Si finalmente el paciente no cura, pues peor para él, porque habrá mandado su vida, la de su hijo o la de ambos, a la mierda y será recordado como una persona digna de poco aprecio. Ahí es nada.
Qué suerte tiene el chico: ha salido a su madre.
Qué cojones tiene el chaval, eso es ser valiente y lo demás tontería. Con un padre así, y encima tiene el valor de salir del armario. Con granitos de arena como éste, quizás se ayude a cortar la ola de suicidios que recorre América.