Aprobada finalmente la derogación de la política de “Don’t ask, don’t tell”
En un votación histórica, la derogación de la que puede considerarse una de las últimas discriminaciones hacia las personas homosexuales en el terreno laboral en Estados Unidos, la prohibición de servir en el Ejército a no ser que mantengan en secreto su orientación, ha sido aprobada por el Senado de ese país. Tres días antes había recibido el respaldo de la Cámara de Representantes.
La derogación de la política de “Don’t ask, don’t tell” pasará entre otras cosas a la historia por lo compleja que ha resultado su tramitación parlamentaria. Aunque se trataba de una de las promesas electorales del Presidente Obama, este optó por no promoverla desde el inicio de su mandato (época en la que contaba con mayoría suficiente tanto en Cámara de Representantes como en el Senado) y abrir en cambio un proceso de reflexión y consulta en el seno del propio Ejército. Por fin en mayo de 2010 la Cámara de Representantes aprueba la derogación (por 234 votos frente a 194) pero lo hace de forma condicionada a que el Pentágono certifique su visto bueno antes de final de año. El Pentágono así lo hace, tras encuestar a militares y familiares. Sin embargo la derogación de la política (vinculada a la tramitación del paquete presupuestario de Defensa) es derrotada por el Senado tanto en septiembre como en diciembre, debido al “filibusterismo” republicano (impedir la discusión de un proyecto de ley salvo que se dispongan de 60 de los 100 senadores).
Finalmente estos últimos días dos senadores, el independiente (aunque alineado con los demócratas) Joseph Lieberman y la republicana Susan Collins deciden promover un proyecto de ley propio, no vinculado a ninguna otra legislación, antes de que en enero se produzca la renovación efectiva tanto de la Cámara de Representantes (que pasa a control republicano tras las elecciones de noviembre) como de un tercio del Senado (que ve reducida, todavía más, la mayoría demócrata).
Patrick J. Murphy, representante demócrata, hace lo propio en la Cámara de Representantes. La votación tiene lugar el pasado miércoles, y el resultado es claro: 250 representantes votan en esta ocasión a favor de la derogación, frente a 175 en contra. La pelota queda de nuevo en el tejado del Senado, que este sábado, después de numerosos tiras y aflojas, aprueba la derogación con los votos de 57 demócratas y 8 republicanos (65 frente a 31, con cuatro ausencias). Horas antes 63 senadores habían votado a favor de permitir la tramitación del proyecto (frente a 33 que se opusieron) enterrando definitivamente en “filibusterismo” en este asunto. Joseph Manchin, el único de los senadores demócratas que hace unos días votó en contra de lo derogación, ha estado ausente en ambas votaciones.
Los republicanos que finalmente hen votado a favor han sido la propia Susan Collins, senadora por Maine (la única que votó a favor hace unos días), George Voinovich (Ohio), Mark Steven Kirk (Illinois), Scott Brown (Massachusetts); Lisa Murkowski (Alaska); Olimpia Snowe (Maine), John Ensign (Nevada) y Richard Burr (Carolina del Norte).
Se espera que el Presidente Barack Obama firme la ley la próxima semana.
La política de “Don’t ask, don’t tell” fue una solución de compromiso adoptada en 1993 después de que el Congreso rechazara entonces las intenciones del entonces Presidente Bill Clinton de permitir a gays y lesbianas servir en las Fuerzas Armadas de su país. La solución adoptada, vigente hasta ahora, fue exigir a gays y lesbianas que mantuvieran oculta su homosexualidad a cambio de “no preguntar” por el tema a la hora de ingresar en el Ejército ni de investigarlo salvo que existieran pruebas evidentes. Una situación que ha propiciado numerosas situaciones de abuso a lo largo de los años y que ha causado la expulsión del Ejército de más de 13.000 personas.
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