Eurovisión 2009 en dos manzanas: Bélgica
Volvemos momentáneamente al flanco occidental de Europa para visitar la sede principal de sus instituciones. Bélgica, país que tiene su origen en los viejos Países Bajos meridionales, que tras la independencia holandesa, en tiempos de Felipe II, permanecieron católicos y bajo soberanía de los Hagsburgo (españoles primero, austriacos después). Napoleón los anexionó a Francia, pero tras su caída se unieron a Holanda y formaron el Reino Unido de los Países Bajos. La unión duró poco (el factor religioso no fue ajeno a ello) y en 1830 Bélgica se independizó con ese nombre, que mantiene hasta hoy.
Más de diez millones de habitantes pueblan el país, divididos en dos grandes comunidades. Por un lado, los flamencos, el 60% de la población, cuya lengua, el neerlandés, comparten con los holandeses, aunque pronunciada con mayor suavidad. Campesinos pobres hasta poco después de la 2ª Guerra Mundial, los flamencos manejan ahora buena parte de la riqueza económica de Bélgica, y muchos de ellos no perdonan su antigua marginación lingüistica y cultural. Por otro lado, los valones, hablantes de francés, que han seguido el camino opuesto. Históricamente dominadores de un estado centralizado, en las últimas décadas empobrecidos respecto a los flamencos. Hoy día, ambas comunidades disponen de un gobierno regional con muy amplias competencias, que los flamencos quieren ver aún más aumentadas. Y entre dos aguas navega Bruselas, la capital. Históricamente flamenca, de lengua mayoritariamente francesa… En definitiva, un rompecabezas político, cultural y lingüistico complejo (en el que no falta una pequeña comunidad de habla alemana) pero que al mismo tiempo conforma uno de los estados socialmente más avanzados de Europa.
Bélgica despenalizó las relaciones homosexuales en 1843. La edad de consentimiento es hoy la misma que la de las relaciones heterosexuales. Gays y lesbianas gozan en Bélgica de plena igualdad jurídica a la hora de contraer matrimonio: su ley, segunda del mundo en entrar en vigor, data de 2003. Y aunque nació con limitaciones en lo tocante a la adopción, éstas ya han sido eliminadas. Existe una completa legislación antidiscriminatoria, las mujeres lesbianas pueden acceder a la inseminación artificial, y la modificación registral de las personas transexuales está regulada. Recientemente se han eliminado también las restricciones a los homosexuales para donar sangre. En definitiva, un país francamente avanzado por lo que a los derechos LGTB se refiere.
Como no podía ser menos, Bélgica tiene una animada vida gay. El ambiente bruselense es digno de mención y sorprende si no se conoce. No faltan recursos a la hora de encontrar información a través de internet. De todas formas, la página de información para los residentes anglófonos en Bruselas (brusselsangloinfo.com) incluye un directorio de asociaciones y otros recursos LGTB. Y la página de turismo de Bruselas Brussels International aporta una completa información sobre el ambiente capitalino.
Y la canción representante de Bélgica en Eurovisión es…
«Copycat», interpretada por Patrick Ouchené.
Si creías que ya habías visto todo lo peor, prepárate para el truñazo belga. Es que me quedo sin palabras, de verdad. “Absurdo como un belga por soleares”, que decía Sabina. Pues lo mismo, pero con rock & roll…
Flick / elputojacktwist
Se ve que los belgas se han liado. Se creían que tenían que enviar a alguien al concurso de imitadores baratos de Elvis de su barrio y han elegido «esto». Nadie les ha dicho que era para Eurovisión hasta que ya no había remedio.
Si no, no se entiende.
pues a mí me gusta (menos lo del gato).