El rechazo a firmar licencias de matrimonio entre personas del mismo sexo en Nueva York lleva a una funcionaria a dimitir
Dos funcionarias de localidades del estado de Nueva York se han negado a firmar licencias de matrimonio entre parejas del mismo sexo, porque va en contra de su moral y de su fe cristiana. Una de ellas ha admitido posteriormente que lo hará si no le queda más remedio, mientras que la otra ha preferido abandonar su trabajo.
Barbara McEwen, secretaria del Ayuntamiento de Volney, una zona rural del estado de Nueva York, declaró a finales de junio que no quiere abandonar el puesto de trabajo que ha estado ocupando durante 18 años, pero que se negaría a firmar estas licencias por ir en contra de su moral. Una postura fuertemente criticada por el senador David Carlucci, que aseguró que en su cargo anterior como secretario del Ayuntamiento de Clarkstown el incumplimiento de las leyes del estado habría sido considerado como un incumplimiento del deber, además de sentenciar que una persona no puede elegir qué leyes aplicar y cuáles no. Días más tarde, McEwen modificó su postura y aclaró que firmaría las licencias si se veía obligada, aunque expresó su oposición a llamar matrimonio a estos enlaces, porque para ella un matrimonio es entre un hombre y una mujer. McEwen insistió en sentirse muy incómoda con al idea de ver su firma en estas licencias y contó que está buscando amparo legal para su caso.
Más tajante ha sido, sin embargo, la postura de Laura Fotusky, funcionaria del Ayuntamiento de Barker, que directamente ha presentando su dimisión para evitar verse en esa situación. «He tenido que escoger entre mi trabajo y mi Dios», ha declarado.
La ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido recientemente aprobada en el estado de Nueva York, estando previsto que las bodas empiecen a celebrarse el día 24.
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Cada quién hace de su vida un papalote. Por su «moral cristiana» entendería que ellas no se casasen con una persona de su mismo sexo, son sus creencias que aplican a su propia vida si así lo desean; aunque personalmente no comparto su visión torcida y estrecha de moral, ni la comprendo, ni me interesa, yo prefiero guiarme por «La regla de oro» (Trata a los demás como quieres que te traten a tí») en vez de preocuparme «por lo que se hace o deja de hacer en la cama». Alla los cristianos.
Pero que digan que «por su moral cristiana» no casarán a fulanito con zutanito ya me parece una grosera intromisión a la vida personal de los conntrayentes ¿A ella que le importa? ¿O acaso por ser cristiana tiene derecho a imponer su propia «moral cristiana» a los demás no casándolos, aunque no adhieran con esa forma de pensar? Además de eso, flojas: no hacen su trabajo que deben hacer escudandose en la religión, que posición más comodina ¿no?
A final de cuentas la otra si renunció, aunque bueno, perdió su trabajo, y escogió irse sin nada de nada 😉
Mira y en otro comentario berrea el del Vaticano diciendo que se «restringe» a la iglesia. Cuando es ésta última la que no para de meter sus tentáculos en todo lo que puede. Puajjjjjjjjjjjj.
Por cierto, que le di demasiado rápido a la tecla. Me parece más coherente la postura de la funcionaria que dimitió que la otra penca que se queda a hacer todo el daño que pueda. Si no te gusta tu trabajo… búscate otro, corazón.
Dios, tengo un dilema.
El demonio se ha presentado en forma de té con pastas. El lugar es la casa de mis vecinos de al lado. Dos tipos que parecen muy majos me han citado a las cinco.
¡Dios! ¿Puedes oírme?
¡Dios! ¿Puedes verme?
¡Dios! ¿Puedes escucharme?
¡Dios! ¿Puedes encontrarme… en la noche?
¡Dios! ¿Estás cerca de mí?
¡Dios! ¿Puedes ayudarme a no tener miedo?
Pues si se niega…. no hay que complicarse mucho: yo le abría expediente disciplinario. Que parece que el incumplimento del deber está justificado cuando lleva el «envoltorio» de la moralina particular de cada imbécil.
Si Quique Jay, su moral cristiana les hace creerse en el derecho de imponerla a los demas, faltando un total y absoluto repeto por las morales de los demas, menos mal que la libertad y la ley estan por encima de gustos y morales, el fanatismo consiste precisamente en eso intentar imponer las normas de su club a toda la sociedad, hasta el punto de incluso perder el trabajo en nombre de estas normas, PATETICO, verdad.
Me parece normal que si una persona no quiere cumplir con sus funciones deje su trabajo. Lo extraño es lo que ocurre en España, que los funcionarios se niegan a tramitar las licencias de matrimonio y no les pasa nada.
¿Cuando se darán cuenta de que los funcionarios sólo son un instrumento del Estado? Está bien si no puedes hacerlo por moral, pero..esta moral cristiana?? Me tienen todos hasta la polla
«He tenido que escoger entre mi trabajo y el ratocito pérez, de lo cual podéis deducir mi coeficiente intelectual»
Como siempre, los chiflados con amigo imaginario, intentando imponer su basura mitológica a otras personas a quienes ni les va ni les viene lo que crean o dejen de creer.
Pues si vuestras supercherias no son compatibles con el respeto a todas las personas, os buscais otro trabajo y dejais de joder.
Pero es que aquí ni siquiera hablamos de la vida privada de los ciudadanos.
Simplemente, estas señoras son las encargadas de hacer cumplir la ley, la cual sigue siendo ley PU-BLI-CA aunque sea contraria a sus creencias -éstas sí, privadas-.
Si para ellas existe contradicción, que elijan y obren en consecuencia. Pero que no pongan excusas baratas. Una creencia personal nunca debería estar por encima de un derecho legal comunitario, como es ahora el matrimonio civil entre personas del mismo sexo.
Saludos
Vivo en una ciudad chica de argentina, cerca de buenos aires.
En el registro civil de mi ciudad se despidió a una empleada, por no querer casar parejas gays, y me pareció perfecto!