Un prototipo español de vacuna contra el VIH arroja resultados prometedores, aunque en una fase muy preliminar
Un prototipo español de vacuna contra el VIH ha mostrado resultados prometedores tras concluir la fase I del ensayo clínico. Una buena noticia que debemos contemplar, como siempre que nos referimos a estas investigaciones, a través de un prisma de cautela. En el mejor de los casos pasarían varios años hasta que estuviera disponible. Por el momento, la mejor arma contra el VIH sigue siendo la prevención.
La fase I del ensayo, iniciado por el investigador del Centro Nacional de Biotecnología (un organismo del CSIC) Mariano Esteban y llevada a a cabo por los hospitales Gregorio Marañón de Madrid y Clínic de Barcelona, ha tenido como objetivo evaluar la seguridad de la vacuna, para lo cual se ha probado en un número reducido de voluntarios sanos. A un grupo de estos voluntarios se les inoculó un virus inactivado, portador de cuatro genes del subtipo B del VIH, mientras que a otro grupo se les inyectó un placebo (para poder comparar de forma objetiva, ni los voluntarios ni los investigadores conocieron hasta el final a qué grupo pertenecía cada uno). La vacuna ha demostrado ser segura (condición necesaria para poder seguir con las investigaciones) pero además ha sido capaz de desencadenar una respuesta inmune contra el VIH al 95% de los 24 voluntarios que recibieron las tres dosis de vacuna, que además se mantuvo durante un año.
En el mejor de los escenarios, Esteban calcula que en cinco años podría iniciarse la fase III del ensayo (a gran escala). Y ni eso garantizaría el éxito. El único caso previo en el que se llegó a esta etapa acabó hace dos años con resultados poco alentadores: la protección era de poco más del 30%. En la actualidad se trabaja, de hecho, para ver qué parte del esfuerzo es rescatable (por ejemplo, identificando las características específicas de las personas en las que funcionó). Sin embargo, algunos factores invitan a un cauto optimismo: comparando los resultados con la fase I de aquella vacuna, la respuesta inducida es hasta seis veces mayor. Habrá que confirmar, a lo largo de los próximos años, que dicha respuesta es además, eficaz…
Pero además de un uso preventivo (una vacuna para evitar la infección) cabe también la posibilidad de valorar si la vacuna puede tener un uso terapéutico (una vacuna para tratar la infección). Una línea de investigación a la cual nos hemos referido en alguna ocasión anterior (aquí y aquí, por ejemplo). Se trata de ver si la respuesta inmune que genera la vacuna es suficiente para que las personas que ya viven con el VIH puedan controlar la infección sin necesidad de tomar medicación a diario. De hecho este ensayo, también una fase I, comenzará a reclutar voluntarios en pocos días.
Puedes acceder a dos abstract relacionados con la investigación en las revistas Journal of Virology (pinchando aquí) y Vaccine (pinchando aquí).
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Flick
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