Las autoridades bielorrusas prohíben, una vez más, la celebración del Orgullo LGTB en Minsk
Las autoridades de Minsk, la capital de Bielorrusia, han prohibido la celebración de la marcha del Orgullo LGTB prevista este próximo sábado, 22 de octubre. Una prohibición que se produce curiosamente pocos días después de que el Presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, manifestara públicamente que él no tenía nada en contra de que se organizaran este tipo de eventos.
Unas palabras, las de Lukaschenko, que no ofrecen demasiada confianza dados sus antecedentes. Baste recordar que hace también pocos días el mismo Lukaschenko se disculpaba tras instar al ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, a llevar “una vida normal» (Westerwelle es abiertamente gay). Y bajo la Presidencia de Lukaschenko, que gobierna desde 1994 de una forma que muchos consideran semidictatorial, Bielorrusia ha obstaculizado sistemáticamente la celebración de cualquier evento LGTB. En mayo de 2010, por ejemplo, se prohibió la celebración en Minsk de la marcha del Orgullo Eslavo, convocada con el apoyo de los colectivos LGTB de la vecina Rusia. Un grupo de activistas desafió sin embargo la prohibición y marchó por las calles de Minsk durante algunos minutos hasta que la policía cargó contra ellos.
No fue hasta hace febrero de este año, de hecho, que tuvo lugar la primera manifestación LGTB autorizada de la historia bielorrusa. En mayo, sin embargo, fueron detenidos varios activistas por organizar otro evento con motivo del Día Internacional contra la Homofobia. Poco después nos hacíamos eco de la violencia policial sufrida por Sergei Androsenko, coordinador del colectivo GayBelarus, por participar en otra concentración a favor de los derechos LGTB.
Lo cierto es que Bielorrusia es una sociedad profundamente homófoba. El año pasado recogíamos los datos de una encuesta según la cual el 63% de los bielorrusos se muestra a favor de recuperar la vieja legislación soviética que criminalizaba la homosexualidad, derogada en 1994. En concreto, el 43’2% se mostraba “totalmente de acuerdo” y el 19’5% “bastante de acuerdo”. Solo el 16’8% creían que deben respetarse los derechos de las personas homosexuales. No todas las predicciones son absolutamente negativas, sin embargo. Según Sergei Yenin, activista bielorruso que en estos momentos estudia en Varsovia, el colapso del régimen de Lukaschenko no tardará en llegar, dada la catastrófica situación política y económica del país, lo que permitirá que la lucha a favor de los derechos LGTB florezca. En opinión de Yenin, en tres o cuatro años podremos ver marchas del Orgullo LGTBb autorizadas en Minsk.
¿Que se puede esperar en un país «regido» por un dictador de mierda? En todo caso mi apoyo a los gays lesbianas etc de dicho pais.