Polonia: luces y sombras del nuevo Gobierno en materia de derechos civiles y LGTB
Polonia ya tiene nuevo Gobierno. Por lo que respecta al colectivo LGTB, los cambios más importantes han sido el cese de la plenipotenciaria para la Igualdad y la controvertida elección de un diputado ultracatólico como nuevo ministro de Justicia. De hecho, en este arranque de legislatura los sectores católicos han mostrado una vez más su fuerza y las divisiones que han generado en el seno de la derecha liberal auguran una muy difícil tramitación de la ley de uniones civiles que el Ruch Palikota (RP) y la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD) quieren presentar en el Parlamento.
Como el precedente, también este Gobierno será una coalición entre el partido del primer ministro Donald Tusk (la Plataforma Cívica, PO) y el PSL (Partido Campesino) del actual viceprimerministro y ministro de Economía Waldemar Pawlak. En su discurso programático, en el que anunció reformas económicas estructurales, Tusk recordó que el suyo es el primer Gobierno de continuidad en la historia reciente del país (de hecho, las principales carteras no han cambiado de titular), subrayando además la presencia de mujeres (cuatro) y de jóvenes ministros en su equipo. Sin embargo, en un intento de satisfacer a los sectores católicos (muy enfadados por la petición hecha por el RP de que se retirara el crucifijo que preside la sala de plenos del Parlamento y de los símbolos religiosos en la vida pública) Tusk afirmó que su Gobierno no pretende alentar ninguna ‘revolución moral’ y defendió el crucifijo y las tradiciones nacionales.
La presentación del Gobierno tuvo lugar días después de los graves enfrentamientos ocurridos entre policías y manifestantes nacionalistas y anticapitalistas que protagonizaron la celebración del día de la independencia polaca en Varsovia. La ‘tradicional’ marcha nacionalista que cada 11 de noviembre recorre las calles de Varsovia y de otras ciudades polacas se encontró esta vez con una protesta antifascista que pretendía reventar el evento. La jornada se saldó con centenares de detenidos, decenas de heridos, varios coches quemados y cuantiosos daños materiales.
Una de cal y otra de arena en materia LGTB
Volviendo al Gobierno, el nombramiento más controvertido ha sido el de Jarosław Gowin (PO) como ministro de Justicia. Filósofo de formación, muchos no lo consideran capacitado para el puesto. La decisión ha desatado fuertes críticas, no solo por parte de opinionistas sino también de abogados y juristas. Diputado por Cracovia, Gowin es un católico vinculado al Opus Dei, y fue uno de los principales opositores al proyecto de ley de uniones civiles abierto a parejas homosexuales presentado en la pasada legislatura por la SLD (proclamó que haría ‘todo lo posible para bloquear la ley’, reiteró en numerosas ocasiones su radical oposición a cualquiera medida en favor del colectivo LGTB, y llegó a afirmar que los concubinatos son relaciones patológicas donde ocurren más casos de pederastia). Janusz Palikot, líder del RP, ha considerado su nombramiento un ‘escándalo’.
Muy positiva ha sido en cambio la decisión de Tusk de cesar a Elżbieta Radziszewska, plenipotenciaria del Gobierno para la Igualdad. Los lectores de dosmanzanas recordarán como la señora Radziszewska se dio a conocer internacionalmente por revelar públicamente la homosexualidad de un contertulio con el que mantenía un debate en televisión y usar su orientación sexual como argumento contra él. La noticia de su cese ha sido, de hecho, muy celebrada por el colectivo LGTB. La nueva pleniplotenciaria es la diputada Agnieszka Kozłowska-Rajewicz que, en una reciente entrevista concedida a una web gay, ha afirmado su voluntad de ‘continuar el trabajo’ sobre la ley de uniones civiles.
En conclusión…
Como hemos dicho en otras ocasiones, pese a los avances registrados en los últimos tiempos, los sectores católicos y de extrema derecha siguen siendo muy fuertes en Polonia, y así lo han demostrado en este comienzo de legislatura. Por lo que ser refiere al avance de los derechos LGTB, en gran parte dependerán de la voluntad política del primer ministro. Como ha expresado una periodista de Gazeta Wyborcza, «este Parlamento tenía que ser menos conservador que el precedente. El primer ministro Donald Tusk prometió incluso que después de las elecciones se volvería sobre la ley de uniones civiles. Pero (…) PO y PSL han demostrado que en las votaciones sobre las uniones o sobre la fertilización in vitro sus grupos se dividirán. Si Tusk desea estos cambios tendrá que controlar personalmente la coalición que dirige’.