Lingüista expulsado dos veces del Ejército estadounidense por ser gay se reincorpora a filas tras el fin del «D’ont ask, don’t tell»
Jase Daniels, un joven lingüista expulsado en 2007 de la Armada estadounidense por ser abiertamente gay, se reincorpora de nuevo a filas tras la derogación de la política de «Don’t ask, don’t tell». Una derogación que todavía sigue recibiendo críticas de los precandidatos republicanos a la Presidencia de Estados Unidos. Uno de los favoritos, Mitt Romney, ha manifestado sin embargo que no se plantea la marcha atrás, como sí defienden varios de sus rivales.
La historia de Daniels, que este lunes prestó de nuevo juramento, simboliza bien la hipocresía de la política de «Don’t ask, don’t tell», que impedía a gays y lesbianas servir abiertamente a no ser que mantuvieran en secreto su orientación sexual. El joven se incorporó a la Armada en 2001, donde se convirtió un experto en hebreo. Fue expulsado por primera vez en 2005 por ser abiertamente gay, pero en 2006 fue llamado de nuevo a filas y sirvió durante un año en Kuwait. A su regreso, y tras reclamar en la publicación Stars and Stripes (Barras y Estrellas) su derecho a ser abiertamente gay y militar, fue expulsado de nuevo.
Ahora Daniels, que en 2010 demandó en los tribunales al Ejército por su expulsión, se incorporará en breve al Instituto de Idiomas Extranjeros del Departamento de Defensa, situado en Monterrey, donde estudiará persa (lengua hablada en Irán y en parte de Afganistán). Otros dos militares que participaron en la misma demanda se encuentran también pendientes de su reincorporación a filas.
Mitt Romney no es partidario de dar marcha atrás
Mientras tanto, Mitt Romney, uno de los grandes favoritos para alzarse con la nominación republicana para disputar la Presidencia de Estados Unidos a Barack Obama en noviembre de 2012, ha declarado en una entrevista que, si bien en su momento se opuso a derogar el «Don’t ask, don’t tell», lo hizo porque consideraba un error hacerlo mientras Estados Unidos mantenía activos dos conflictos bélicos en el exterior (Irak y Afganistán). Ahora, sin embargo, una vez que la derogación ha sido implementada, no es partidario de dar marcha atrás.
Una posición que le enfrenta a otros precandidatos que no han desperdiciado ocasiones para mostrar su posición favorable al «Don’t ask, don’t tell», como Rick Santorum, Rick Perry o Newt Gingrich. Hay que tener en cuenta que la postura de Romney frente a los derechos LGTB es considerada uno de sus flancos débiles ante los electores más conservadores, que no olvidan que al ahora precandidato a Presidente era Gobernador de Massachusetts cuando ese estado se convirtió, en 2004, en el primero de Estados Unidos en celebrar matrimonios entre personas del mismo sexo (y eso pese a que el propio Romney se oponía, pero no tuvo más remedio que acatar la que fue histórica decisión de la Corte Suprema del estado).
Al fin se derogó esa ley tan discriminatoria. Espero que readmitan a la mayor cantidad de expulsados/as posibles.