La homosexualidad sigue listada como una enfermedad mental en Alberta (Canadá)
Laurie Blakeman, congresista liberal de la provincia canadiense de Alberta, denunció el pasado miércoles en sede parlamentaria que los códigos de enfermedades mentales vigentes en su territorio siguen considerando la homosexualidad como una enfermedad mental, en el mismo nivel que la pedofilia o el bestialismo. En consecuencia, los médicos pueden cobrar de la Administración las facturas generadas por «tratar» a gays y lesbianas para cambiar su orientación sexual.
El asunto está encima de la mesa desde 1998, año de la primera promesa oficial de cambiar estos listados, y salió a la luz por última vez en 2010. El activista Rob Wells descubrió entonces en los archivos gubernamentales que el gobierno de Alberta había pagado entre 1995 y 2004 más de 1.750 facturas a médicos generadas por esta causa.
El entonces ministro de Sanidad de la provincia, el conservador Gene Zwozdesky, calificó la catalogación de la homosexualidad como trastorno de «incorrecta e inaceptable» y aseguró que sería inmediatamente eliminada. Lo cual, como ha recordado Blakeman, no ha ocurrido aún: en 2010, último año del que se dispone de datos, se pagaron con dinero público cinco facturas en concepto de «tratamiento» de gays y lesbianas.
La portavoz de Sanidad de Alberta, Kathleen Range, ha ofrecido explicaciones al respecto. Según ella, el listado donde se encuentra catalogada la homosexualidad como trastorno es un código de diagnóstico, no de facturación. Range afirmó que los médicos utilizan la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, en sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud. El problema estriba en que siguen empleando la ICD-9, anterior a la actualización de 1990 que eliminó la homosexualidad como enfermedad mental. La portavoz afirmó que no adoptarán la versión posterior (ICD-10) hasta que lo hagan también las otras provincias canadienses, en aras de una mayor «eficiencia administrativa«. Por su parte, el actual ministro de Sanidad (Fred Horne, conservador) ha asegurado que investigará el asunto.
Recientemente nos hemos hecho eco en dosmanzanas de casos relacionados con las peligrosas «terapias» reparadoras de la homosexualidad, que por desgracia siguen implementándose a pesar de la abundante evidencia de su inutilidad y de sus efectos potencialmente devastadores y de pronunciamientos como los de la Asociación Americana de Psicología recomendando su total abandono. En Ecuador, por ejemplo, el ministerio de Sanidad (dirigido por una mujer lesbiana) anunció una intensificación de la vigilancia para evitar estas prácticas y en Europa, el gobierno holandés solo hace un mes que declaró que dejaría de financiar a una organización cristiana que las lleva a cabo.
En Canadá???? Pero si hay bodorrios gays y lo llaman «matrimonio» como la octava maravilla que es. No me lo creo. Esto es una manipulación de la derechaextrema de Aznar, Rajoy, Blair(que no lo quiso llamar matrimonio) y Bush (ese señor taaaan maaalo) sure 😉
Pido por favor que se elimine el comentario anterior; mencionar nombre, apellidos e incluso la localidad de residencia, es una clara intromisión en la privacidad de una persona.
Acabamos de borrar el comentario que nos comentabas Nazareno. Gracias por el aviso.