Uganda estudia castigar con pena de muerte algunas relaciones homosexuales, como las mantenidas por personas que viven con VIH

Se recrudece la corriente homófoba que recorre Uganda, de la que ya dábamos cuenta el pasado abril cuando recogíamos las intenciones del Gobierno de ese país africano de endurecer aún más la legislación contra los homosexuales. Un proyecto de ley presentado ahora en el Parlamento por el diputado David Bahati, del partido del Gobierno, supondría la aplicación a los homosexuales de la pena de muerte en ciertos casos, y de la cadena perpetua en todos los demás.

La  nueva ley, en caso de ser finalmente aprobada, crearía el delito de «homosexualidad agravada», que se aplicaría, por ejemplo, a los seropositivos que mantuvieran relaciones con personas de su mismo sexo. También se aplicaría cuando las relaciones homosexuales tuvieran lugar con personas discapacitadas o con menores de 18 años. En el resto de casos, se aplicaría la pena de cadena perpetua.

No sólo las personas directamente implicadas en una relación homosexual sería castigadas. Todos aquellos que las ayuden, así como cualquier persona que «promueva» la homosexualidad sería condenada a siete años de prisión, lo que haría imposible, por ejemplo, el trabajo de organizaciones internacionales de derechos humanos que quisieran ayudar a las personas LGTB de Uganda.

Hasta diecisiete grupos de defensa de los derechos humanos y LGTB, como Sexual Minorities Uganda, Human Rights Watch o Amnistía Internacional, han manifestado ya su preocupación tras conocer el aberrante proyecto, cuyo objetivo, según su promotor, sería «proteger a los niños, a los jóvenes y a la familia tradicional».