El ex-presidente de BP, a quien la prensa británica sacó del armario en un escándalo que le costó el puesto, se alegra ahora de lo sucedido
En 2007, Edmund John Browne era presidente ejecutivo de British Petroleum, una de las compañías petroleras más importantes del mundo. Un tabloide británico lo sacó del armario de la peor manera posible: revelando que Browne había mentido a los tribunales sobre su relación con Jeff Chevalier, un antiguo amante canadiense treinta años más joven. El escándalo le costó el puesto. Ahora, casi tres años después, Brown concede una entrevista a The Sunday Times en la que se reconoce aliviado.
«Uno de los regalos que me trajo 2007 es que ahora puedo ser abierto. Las dos partes de mi vida confluyeron por primera vez. Es maravilloso, me ha hecho más feliz y me ha permitido relacionarme de otra forma», manifesta el que fuera uno de los ejecutivos mejor pagados del mundo.
Brown, que en la actualidad cuenta con 61 años, expresa en la entrevista como la idea de mostrarse abiertamente gay le horrorizaba. «Para mí estaba muy claro que que era inaceptable ser gay en el mundo de los negocios, y sobre todo en el mundo del petróleo», se lamenta. Brown se muestra agradecido por la cantidad de apoyo que recibió en su momento. «Me conmovió el apoyo que recibí, no solo de mis amigos, también de la gente», cuenta. «Cientos y cientos de cartas, muchas desde dentro de British Petroleum. Me escribieron muchos gays mayores, contándome sus historias, verdaderamente angustiosas», recuerda con voz entrecortada. «Y eso me animó a responderles a todos: un e-mail por cada e-mail, una carta mecanografiada por cada carta mecanografiada, un carta escrita a mano por cada carta escrita a mano», añade.
En la actualidad Brown, a sus 61 años, ocupa la presidencia del patronato de la Tate Gallery,entre otros cargos. Es además miembro de la Cámara de los Lores desde 2001.
Preciosa historia.