Se desata en Kenia la caza y captura del homosexual, azuzada por líderes religiosos cristianos y musulmanes
La confusión rodea lo sucedido en torno al intento de una pareja gay de celebrar una ceremonia de boda en una localidad costera de Kenia, acontecimiento que ha desencadenado la ira de la población. Según diversas fuentes, cinco de los invitados han sido detenidos, aunque la pareja habría logrado escapar. Otras fuentes ponen en duda lo sucedido y lo atribuyen a un rumor difundido por líderes religiosos de forma interesada para desencadenar un pogromo contra los homosexuales.
Lo cierto, en cualquier caso, es que cientos de personas habrían marchado por las calles de Mtwapa como protesta por la celebración y a la caza y captura del homosexual. Varias personas habrían tenido que ser rescatadas por la Policía del Kenyan Medical Research Unit, un centro que ofrece atención médica a trabajadores y trabajadoras del sexo, que habría sufrido un intento de asalto.
Al parecer, desde hace varias semanas Kenia vive un clima de homofobia creciente azuzada por líderes tanto cristianos como musulmanes, que habrían protestado por la inclusión en la Constitución del país de un artículo que expresaba que «toda persona adulta tiene derecho a fundar una familia», al que desde instancias religiosas se acusaba de permitir el matrimonio homosexual. Finalmente el artículo ha sido suprimido.
Todo parece indicar que varios hombres permanecen detenidos, a la espera de realizarles «exploraciones médicas» para determinar si son homosexuales y llevarlos a juicio. Manifestantes concentrados ante la comisaría habrían exigido que fueran quemados vivos. El obispo Lawrence Chai, del Consejo Nacional de Iglesias, ha mostrado su satisfacción por el éxito de la movilización antigay, bautizada como Operación «Gays Out». «Damos gracias a Dios por salvar a nuestra ciudad de convertirse en la Sodoma y Gomorra de nuestra era», ha manifestado.
Las autoridades locales han anunciado que procederán de inmediato a cerrar además los bares sospechosos de ser de encuentro homosexual.
Kenia castiga las relaciones homosexuales masculinas con penas que pueden oscilar entre los 5 y los 14 años de cárcel. Y aunque la legislación no se aplicaba hasta ahora de forma demasiado estricta, su simple existencia permitía que el acoso contra los homosexuales estuviera a la orden día. La situación puede ser mucho peor a partir de ahora.
Esto es mucho peor de lo que pensaba. Lo ven, si las Iglesias ya no queman no es porque no quieran, sino porque ya no les dejan hacerlo. Pero donde tienen la posibilidad de pedirlo (o incluso hacerlo)…
Una vez más, comprobamos que la frase de Hitchens, «La religión lo emponzoña todo», se queda corta ante su efecto tan tremendamente deshumanizante: pudre todo rastro de humanidad que el ser humano pueda tener, y los transforma en lo peor de lo peor. Ahora, precisamente, veo el documental de Outrage, de esos políticos estadounidenses rematadamente anti-gays… y que son gays reprimidos a su vez. El caso de Jim McCrey es muy triste: era liberal, era pro-gay, hasta que conoció el cristianismo: después de eso, ni a las causas de combate contra el VIH apoyó. La religión envenena, deshumaniza, te convierte en un monstruo.
Si existe el infierno, allí está.
«¡Quemados vivos!»…¿los homófobos se han vuelto locos?.
«Exploraciones médicas», -me hace recordar a Mengele-
¡Es una barbaridad salida de todo control!