El número dos del Vaticano vincula ahora la pederastia a la homosexualidad

Encima de ocultar criminales pederastas, son ignorantes, es imposible creer que crean que la homosexualidad sea considerada una enfermedad sexual.

Estoy de acuerdo con que la pederastia no está vinculada con el celibato, pero me es difícil creer que la pedofilia y la homosexualidad están relacionadas, que tipos de asesores tendrán estas personas, me pregunto, quienes son esos psicólogos a los que alude el sr. Bertone?

Esta gente tiene que enfrentar los severos problemas existentes en la Iglesia Católica y dejar de irse por la tangente, como decimos.

Les invito a leer un post donde se amplia sobre la demanda de Richard Dawkins y Hitchens contra el Papa encubridor:

http://blog-sin-dioses.blogspot.com/2010/04/intelectuales-britanicos-buscaran-la.html

¡Por supuesto que no hombre, claro que no es antinatural el «cortar de cuajo» la sexualidad en un ser humano, los únicos malos malísimos los maricones, faltaría!
Tampoco es normal el hijoputismo elevado al cubo y ya ves, cuando uno piensa que no pueden alcanzar cotas más altas, van y te sorprenden, retorciendo la realidad y burlándose descaradamente de las víctimas inocentes de las religiones…. PUAJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJ.

Más callado estuvo Pío XII con el Holocausto, fueron los curas alemanes, las monjas francesas o italianas (o sea el clero de trinchera) el que se jugó el cuello; ningún príncipe de la Iglesia hizo nada. ¿Y ahora me voy a sorprender de las demoníacas declaraciones de esta alimaña vestida de rojo y tratamiento de Alteza Real (como todos los cardenales)?

Si hay un infierno, es donde estos cabestros merecen acabar.

Anxo, seguro que Bertone, al ser Secretario de Estado, es ciudadano de La Ciudad del Vaticano, por lo que la justicia extranjera (o sea la italiana)no tiene ninguna jurisdicción sobre él.

Una puntualización. Christopher Hitchens no es científico, es un famoso periodista y activista ateo.

Ah, y el enlace a El País parece que ha dejado de funcionar.

Este tío es un hijo de la grandísima puta.

Y no hay más.

MAU – «que tipos de asesores tendrán estas personas, me pregunto,» … los mismos que quemaban a las personas en la hoguera condenadas por sus obispos depravados y sádicos

“Por sus frutos los reconocerán” (Mt 7, 15-20)

Si la homosexualidad causa la pedofília i totdos los casos de pedofília estan en la iglesia católica… significaria esto, en un ejecicio cicatero de gimàstica `lógica, que el catolicismo es una iglesia gai?

EN fin, comienzo a pensar que la óstia sagrada tienen efectos alucinógenos!

Tampoco es la primera vez que lo dicen. Ahora lo escupen con rabia al verse acorralados por todos los sitios.
Aún así siento rabia, indignación e impotencia y por primera vez me planteo apostatar…o exigir a estos capullos que apostaten y salgan de «mi» Iglesia a extender la mierda por otro sitio.

Me pregunto una cosa: ¿los movimientos GLTB de todo el mundo (ya que la Iglesia católica es «Universal») no pueden llevar a la justicia a este individuo por un crimen de homofobia? Deberían.

Lobogrino, por una vez coincido contigo.

El problema es que los crímenes homófobos contra GLBT, la apología del odio e incluso de la violencia contra GLBT, como hace veladamente Bertone usándonos como chivo expiatorio, no se consideran crímenes perseguibles internacionalmente (sí podrían llegarse a considerar así, en cambio, si cambias la palabra «homosexual» por «judío» o «negro»).

Sea como fuere, no hay duda de que estas palabras de Bertone van a incrementar el número de actos violentos y asesinatos hacia GLBT en muchos lugares (sin ir más lejos y principalmente afectarán a la sociedad italiana, ya de por sí plagadísima de violencia contra GLBT en sus calles sin necesidad de arengas vaticanas contra nosotros). Y Bertone lo sabe. Por eso lo dice. No son tontos. Saben lo que se dicen y las consecuencias de sus palabras. Y las miden muy bien. Simplemente, quieren animar a la «mano ejecutora» para que cumplan con lo que dice el Levítico: «Si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables» (Levítico 20:13).

En el fondo, la biblia es un libro que contiene la misma dosis de ideología genocida (¿¿¿o es que asesinar a todos los hombres que tienen sexo con hombres, como propugna ese libro llamado «Biblia» no es genocidio???) que el Mein Kampf y Bertone es, simplemente, coherente con las «sagradas» escrituras.

¿Y se puede saber qué diagnóstico clínico (y cínico) y psiquiátrico tiene este cura con cara de mono capuchino, ataviado de túnica y falda rojas (rojo como el demonio que ellos mismos pintan, con laca barata de uñas apelmazada) y con un gorro absurdo que sólo sirve para taparle las marcas del esparadrapo con el que el sábado por la noche se pegó a la calvorota la peluca con la que hizo disfrutar del «streaptease» al muchacho que pagó para que éste, acto seguido de su «performance» (pues es evidente que tiene delirios de megalómana egocéntrica), realizarle un trabajito bajo el dobladillo de la falda?

Y que conste que todo lo anterior sólo lo digo para provocarla, a la monja atocinada esta.

Que no, nena, que no. Reconoce que te gustan los largos vestidos y las largas faldas con vuelo y los sombreritos estilo años 30 y negar que la desequilibrada eres tú y tu jauría de seguidores de fábulas pasadísimas de moda donde en el paraíso se paseaba una parejita desnudísima y acarameladísima. Que eso es lo que te gustaría hacer de verdad: levantarte la falda y pregonar, a los cuatro vientos, que te lo hiciste con un nazi cuando aún tenías edad de merecer y de ahí tus actuales ideas: las de una vieja acabada y retrógrada, cuya crema carísima antiarrugas no ha podido repellar tu estriadísima piel de mala leche. Bonita.

La nueva estrategia de corte paranoide del vaticano: tirarle lodo a “algo más” para no verse ella tan enlodada. ¿Con qué propósito? Con el propósito de hacer parecer que el problema de la pedofilia no es algo endémico (o sea, propio y habitual) ni sistémico (es decir, que está enquistado en la misma armazón de la institución religiosa) de ella, sino algo externo. Por eso se comienza a llamar “infiltrados” a los curas pedófilos, cuando en realidad son tan católicos y tan curas como cualquier otro. O se comienza a “explicar” que el problema no es el resultado del celibato (que sería algo sistémico) sino de la homosexualidad (que es algo que está “afuera”, y que ha logrado “penetrar” en los aposentos sacros de la institución religiosa). Por supuesto, esto es insostenible. La homosexualidad no es sinónimo de pedofilia. La pedofilia es una parafilia (desviación o perversión sexual) que no tiene ninguna relación con la orientación sexual (es decir, es independiente de la orientación sexual del parafílico: se puede dar tanto en heterosexuales como en homosexuales), la homosexualidad no es una parafilia. Pero tampoco hay que creer que los casos de curas que abusan y violan niños son todos casos de pedofilia primaria (en realidad, la pedofilia primaria, que se caracteriza por mostrar una inclinación sexual casi exclusiva por los niños, es una parafilia bastante más rara, pocas veces sucede y no se da como un epidemia, sino aisladamente). Estos casos son generalmente casos de pedofilia secundaria o situacionales, caracterizados porque su conducta viene inducida por una situación de soledad o estrés, y la llevan a cabo los que se conocen como “evitadores-temerosos”, que se caracterizan por su gran deseo de contacto con adultos, pero a los que el miedo al rechazo los paraliza, centrándose entonces en los menores. Lo que nos lleva a concluir que, al parecer, el problema sí es sistémico después de todo, generado precisamente por la impuesta obediencia al voto de castidad y aislamiento: productor de soledad y estrés. Y se daría más o menos de la siguiente manera:
Digamos que Juan se mete a cura y hace su voto de castidad, se vuelve célibe. Pero a Juan no se le da muy bien lo de mantenerse casto y aislado de la vida “mundana”, y a medida que pasa el tiempo en Juan son cada vez más grandes los impulsos y deseos por tener sexo, a pesar de su fe. Se masturba con cierta frecuencia para paliarse un poco las ganas, aunque al hacerlo trata de no llenar su mente con malos pensamientos. Pero pasa el tiempo y las ganas solo se acrecientan, a la vez que acentúan su soledad y ansiedad. Juan no es homosexual, pero como ha hecho votos de castidad, no se atreve a procurarse una pareja mujer con quien dar rienda suelta a sus deseos carnales por temor a que ésta lo ponga en evidencia. Por cierto, muchos otros sacerdotes sí se atreven, y se procuran parejas adultas, hombres y mujeres —lo cual no es un delito, aunque sea una falta al voto sacerdotal—; pero él no puede, le da pavor que lo pillen violando su voto de castidad, ¿y qué hace?, lo más fácil: cuando ya no puede más con su aislamiento y ansiedad, y la ocasión se le presenta, busca a alguien que sabe que será más difícil que lo ponga en evidencia: un niño o una niña, de preferencia tímido, que pueda ser manipulable. Generalmente un niño porque Juan, siendo sacerdote, tiene más contacto con niños que con niñas. Con ellos, una amenaza o un pacto de silencio bastarán para que no diga nada. Y, así, comete su crimen. Por supuesto, una vez satisfecho su deseo carnal, se siente mal, se arrepiente, jura que no lo hará más, reza, reza y reza, mientras reparte consejos a los miembros de familias disfuncionales que en él confían. De nuevo la auto-estima para arriba. Dios debe quererlo todavía, para darle ese poder sobre los otros. Pero de nuevo pasa el tiempo y de nuevo vienen los deseos…, una vez más intenta oponerles resistencia, lo logra por un tiempo, pero una vez más los deseos, la soledad y la ansiedad superan a sus fuerzas y les termina dando rienda suelta con otro niño más.
Y así sigue el ciclo, que se repite una y otra vez. Lo importante es que nadie se entere. Y el obispo (que lo sabe, que quiere a Juan y que confía en Juan porque Juan está bajo el amparo de la iglesia de Dios que él también habita) lo que hace nada más es cambiarlo de diócesis. Mejor para Juan, porque nadie lo conoce allí, y así podrá empezar de cero nuevamente. ¿Cuántas veces ha empezado así?
No, señores, la causa ES el voto de castidad para el cual los juanes que conforman el clero católico no tienen vocación. Ya se sabe: si se detiene un río caudaloso con una represa y no se le da escape al agua, ésta termina por desbordar y romper la represa arrasando todo lo que encuentra a su paso. Pero como la castidad es un punto de honor para la iglesia católica (un asunto de intereses económicos, más bien), entonces a toda costa ésta debe buscar y justificarse con otras causas. Entonces, se prende el foco, la solución perfecta: busquemos afuera de nosotros las causas. Fieramente arremete contra los pecadores homosexuales que han osado infiltrarse en sus filas, y contra los medios, y de victimario se convierte así en víctima de satán y el pecado. Recurso muy propio y recurrido de la iglesia católica toda vez que se ha puesto en evidencia. Entonces, las fuerzas del mal son las que la atacan: en este caso, es el New York Times, el Washington Post, CNN, la BBC, El Universal, El Clarín, El País…, los “manipulados” medios, pues, los medios de satán, que la persiguen porque la quieren destruir. Ah, y los homosexuales y su agenda, una agenda de los comunistas y de satán. Y en toda esta humareda que esparcen, quienes se pierden de pronto de esta santa ecuación son precisamente los niños víctimas del acoso de miembros de su sacerdocio, que, si fuera cierto que son homosexuales, solo probaría la ineficiencia de la fe católica para “restaurar” “invertidos”. De pronto, pues, la iglesia católica se las arregla para, de ser la acusadora oficial de homosexuales y sus derechos en el mundo, ser además su víctima: pasa de condenar afuera lo que, según ellos, la corrompe por dentro. Mata así dos pájaros de un tiro: se justifica de sus actos más vergonzosos (la violación de menores) atacando a sus confesos enemigos públicos número uno del momento: los gays. El lodo, pues, queda lavado de su rostro y untado en el de su peor enemigo. Es más: los creyentes se lo creen (si por algo son crédulos los creyentes de la fe a ciegas). Pero, ¡ah! En su prisa por lavar su imagen, su cara, la iglesia olvidó una cosa, algo que, en realidad, nunca ha tenido demasiada importancia para ella, algo accesorio, secundario, que no le quita ni le pone nada a su recuperada imagen de santurrona milenaria: se ha olvidado de que arriba Dios lo ha visto todo.

Aparte de pedofilo…puta el gueón feeeeoooo!

Qué mal lleva esta gente el que cada vez se les pongan más peguitas para echar a la hoguera a todo el que les lleve la contraria. El acceso a la información de una mayoría es su peor enemigo. ¿Cuánto van a tardar en convertirse en una secta marginal? Espero vivir para ver el fin de estos casi 2.000 años de la multinacional más destructiva que ha existido.

#35 al_ex dice:

Ah, y por si mañana no ando por aquí ¡FELIZ DÍA DE LA REPÚBLICA A TODOS!

http://www.youtube.com/watch?v=vFYgsaf-xYc&feature=related

Igualmente.

Bertone debió «ordenarse» en estas lides:

http://www.molleindustria.org/en/operation-pedopriest

Si Ordnael. Sigo sin entender. Esto es como para una apostasía masiva.

Y si aún hay gente que cree que la ICAR es una mansa paloma, que se lea «Historia Criminal del Cristianismo».

He estado jodido con mi espalda por lo que no he podido contestar en tiempo y forma, pero este documento, para los que sabeos latín, os pondrá los pelos de punta.
http://www.cbsnews.com/htdocs/pdf/crimenlatinfull.pdf