Honduras: se recrudece la violencia contra personas LGTB, especialmente mujeres transexuales
La sangría no cesa en Honduras. Lo decíamos en septiembre, con motivo del asesinato del joven activista LGTB Wilmer García Alvarado, y desgraciadamente la situación empeora: varias mujeres transexuales han sido asesinadas durante las últimas semanas en diferentes localidades del país centroamericano. Solo en lo que va de año habrían sido asesinadas siete de ellas.
Muertes que elevarían ya a 34, como mínimo, el número de personas LGTB asesinadas en el país centroamericano desde junio de 2009, fecha del golpe de estado a partir del cual se ha recrudecido la violencia contra este colectivo, y muy especialmente (aunque no solo) contra mujeres transexuales. La situación es tan grave que hasta Estados Unidos -aliado del actual Gobierno hondureño- se ha visto obligado, a través de un comunicado oficial de su Embajada en Tegucigalpa, a pedir a las autoridades del país que investiguen dichos crímenes «vigorosamente» y a reclamar de ellas «todos los pasos necesarios para proteger a las personas LGTB, que se encuentran entre las más vulnerables a la violencia y el abuso».
Grupos LGTB hondureños han denunciado la situación ante la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Ana Pineda, que recibió a una delegación de representantes que le entregó un informe sobre los asesinatos, que ya es del conocimiento tanto del fiscal general como de la fiscal especial de Derechos Humanos. «Estamos pidiendo un cese a la violencia contra nosotros, somos seres humanos y nos están matando a compañeros y compañeras con saña por la cultura homofóbica que hay en Honduras”, ha manifestado el director de la Asociación por una Vida Mejor en Honduras (Apuvimeh), José Zambrano, que hizo además un llamamiento a las organizaciones internacionales de derechos humanos para que apoyen las investigaciones que permitan dar con los responsables de los crímenes.
Una realidad muy dura para las personas LGTB
La situación de violencia contra las personas LGTB no es nueva en Honduras, pero tras el golpe de estado de junio de 2009 esta comunidad ha sido una de las más castigadas. Una de las muertes más significativas fue la de Walter Tróchez, activista LGTB asesinado en diciembre de 2009, pocos días después de recibir una brutal paliza por parte de presuntos miembros de la Dirección Nacional de Investigación Criminal hondureña.
El régimen golpista celebró elecciones bajo su tutela, que hace un año llevaron a la presidencia a Porfirio Lobo. Pese a su origen ilegítimo, poco a poco el Gobierno de Lobo ha ido consiguiendo, de la mano de Estados Unidos, las bendiciones internacionales, aunque países como Argentina o Brasil, entre otros, se niegan a reconocerlo. España tampoco lo ha hecho de modo oficial, aunque sí de facto.
Desgraciadamente, y a pesar de su creciente reconocimiento, el Gobierno de Lobo no parece haber estado muy interesado hasta ahora en aclarar asesinatos como los de Walter Tróchez, que siguen impunes. Esperemos que la reunión de grupos LGTB con la actual ministra de Justicia y Derechos Humanos suponga un punto de inflexión en esta situación.