Condenados a entenderse
Directores de cine, gays (militantemente gays, incluso, si es que es posible ser gay y no ser militante), mediterráneos, casi de la misma generación y con apellidos que empiezan por Oz (lo que hará que se encuentren juntos en la vida y en la posteridad): François Ozon y Ferzan Özpetek. Los que leéis estos Desayunos en Urano sabéis que ninguno de los dos es santo de mi devoción: me da la sensación de que siempre llegan tarde, que hacen un cine anacrónico que hubiera sido necesario e incluso trasgresor en los ochenta (o ni siquiera), pero que ahora me resulta viejo. A lo mejor es que les exijo demasiado: sé que ellos pueden, que la gran película LGTB europea está por llegar y ellos llevan muchas papeletas para hacerla. Pero siguen sin convencerme, película tras película, y los años pasan.
Curiosamente, las dos películas que prefiero de ambos (La ventana de enfrente y Ricky) no son de tema específicamente LGTB. Y hay por ahí un corto de Ozon (Une robe d’été) que anda bastante cerca de esa película definitiva a la que me refería antes, pero le faltan minutos. Me sumerjo en dos de las últimas películas de ambos con bastante pereza, algo que no es habitual en mí.
Lo peor de Özpetek no es que haga siempre la misma película (Woody Allen también lo hace) sino que cada vez la hace peor. Sólo hay dos cosas que me hagan temblar más que las palabras «comedia española» y son «comedia francesa» y «comedia italiana», lo que es el caso de Tengo algo que deciros (Italia, 2010), espantosa traducción del Mine vaganti original. Y es que el problema de una comedia es que no haga gracia, y eso es lo que me pasa a mí con los supuestos chistes de Ozpetek. El hijo menor de una familia adinerada decide salir del armario en una cena familiar pero alguien se le adelanta. La misma historia coral de siempre, con los mismos personajes antipáticos que me cuesta comprender y esa música de sainete de los malos (algo que, espero, sea buscado aposta por Ozpetek, porque si no ya no le veo remedio) se van deslizando por el abismo y, cuando ya parece insalvable, saca uno de los recursos de esos que nunca fallan cuando la fiesta decae: poner el “Sorry I’m a lady” (probarlo si no lo creéis). La película se llega a hacer incluso divertida con las llegada de los amigos romanos del hijo, pero de nuevo va cayendo en ese tono melancólico que tanto le gusta al director y en ese buen rollismo existencial en el que todo se perdona porque “to er mundo é güeno” y que a mí me parece bastante peligroso. Ya no sé si darle más oportunidades o condenarle al ostracismo de las enciclopedias en las que se encontrará también con Ozores (Mariano).
Algo más interesante es Mi refugio (Francia, 2009) de François Ozon. Tras un comienzo durísimo y brutal, en el que una mujer drogadicta descubre a la vez que está embarazada y que su novio ha muerto, el retiro a un tranquilo escenario del país vasco francés y la relación con el hermano gay del muerto nos adentra en los terrenos de la fábula, tan queridos por Ozon. La crítica ha visto en Mi refugio una supuesta insatisfacción del homosexual por no poder ser padre biológico (glups). No lo veo yo tan claro, la verdad. Me interesa más la relación que se establece entre los dos hermanos (que era casi inexistente antes) a través de esa barriga que crece por momentos.
Hay entre estas dos películas un paralelismo que hará las delicias de los no-etiquetables y que no es incomprensible, pero recuerda demasiado al “yo es que me enamoro de personas” de los ochenta. Y va pasando el tiempo y yo desesperando… ¿hasta cuándo?
Otras películas en Desayuno en Urano
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Vale Puto. Todo lo que dices es verdad pero te olvidas del papel de las mujeres en Mine vaganti (que es lo más interesante) y de la realización de «Mi refugio», llena de misterio y esas playas ozonianas. El final es un poco postizo pero los cuerpos de los hombres y las mujeres en Ozon. Como surge una historia solo a partir de esos cuerpos.
tendrás que darme clases particulares sobre el cine de Ozon y Ozpetek. de verdad que me gustaría que me gustara.
te lo cambio por Tsai Min-liang o mi Apichatpong 🙂
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y eso es todo lo que tengo que decir de ambos.
eres mala, Muriel 😉
Lo de meterle a Ozores por medio ha sido una punyalada trapera
Que quede claro que mi nick, no es por Mariano Ozores, sino por La Regenta. Dicho sea de paso me pega más Ana Ozores que el otro.
Ozores hijo mío ¡perdón, que ya sé que tú no tienes nada que ver con esta panda!!!
La sensación con Ozpetek se va acercando a la tuya, Puto. Aunque reconozco que la que más me gustó fue «Le fate ignoranti» (todavía no he visto «La finestra di fronte»), la sensación de que falta algo crece con «Saturno contro» y «Mine Vaganti», sólo comparable a la frustración que te llevas al ver la traducción de los títulos al castellano.
Me gustaría poder confirmarte que lo de “yo es que me enamoro de personas” pertenece definitivamente a los ochenta, pero desgraciadamente sigue siendo el soniquete de muchos y muchas que, casualmente, siguen enamorándose de personas del sexo contrario.
Saludos
Carrington, gracias por recordarme «El hada ignorante», me gusto mucho. Sin embargo «Mine vagante», com sí, com sá.
Creo que «Mi refugio» es muy buena película al margen de su tratamiento del personaje gay. «Mine vaganti» es una comedieta, pero ¿porque situarla por debajo de tantas comedietas mucho más taquilleras sobre la homosecualidad?