El primer ministro de Montenegro se compromete a apoyar el que será primer Orgullo LGTB del país balcánico
El primer ministro de Montenegro, el socialista Igor Lukšić, ha expresado su apoyo a la celebración del que será el primer Orgullo LGTB de la historia del país, convocado por el colectivo LGBT Forum Progress. Lukšić considera que Montenegro debe hacer un esfuerzo por mostrar que es una sociedad capaz de aceptar la diferencia.
“Tanto si tenemos una opinión personal como otra, tenemos que afrontar el hecho de que hay diferencias en la sociedad, que este tipo de temas forman parte del cuerpo de los derechos humanos. Dejemos a las personas marchar y mostraremos que somos una sociedad civilizada», ha expresado Lukšić.
El primer ministro montenegrino ha reconocido que la marcha será un evento de alto riesgo para los participantes, dada la fuerte homofobia social existente en el país, y ha asegurado que la Policía garantizará su seguridad.
Igor Lukšić, con solo 34 años, es uno de los jefes de Gobierno más jóvenes del mundo, y ha hecho del ingreso de Montenegro en la Unión Europea su prioridad.
Montenegro
Montenegro (cuya capital es Podgorica) es un pequeño país de algo menos de 700.000 habitantes. Alrededor del 43% son montenegrinos, mientras que un 32% son serbios (no existen diferencias étnicas entre ellos). Hay además diversas minorías, sobre todo bosnios y albaneses. Tras la traumática desmembración de Yugoslavia, la República de Montenegro permaneció unos años federada con Serbia, hasta que en 2006 un referéndum decidió su independencia total, de forma pacífica.
Las relaciones homosexuales en Montenegro fueron despenalizadas en 1977, siendo la edad de consentimiento la misma que la de las relaciones heterosexuales. No hay reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, y de hecho su Constitución restringe el derecho a contraer matrimonio a las parejas heterosexuales. En julio de 2010, por exigencia de la Unión Europea (a la que Montenegro aspira a unirse) el Parlamento del país aprobó una normativa antidiscriminatoria que incluye la orientación sexual y la identidad de género como condiciones cuya discriminación queda prohibida.