Gay británico detenido, agredido y amenazado por la Policía religiosa saudí regresa a su país tras seis meses de incertidumbre

Según ha desvelado el tabloide The Sun, Stephen Comiskey, un ciudadano británico de 36 años, fue detenido, maltratado y forzado a firmar una confesión por la Policía religiosa de Arabia Saudí al descubrir su condición de gay el pasado octubre. Tras discretas gestiones diplomáticas, Comiskey se encuentra de vuelta en su país desde la semana pasada.

Al parecer Comiskey, enfermero que trabajaba en Arabia Saudí, cayó en una trampa tendida por un miembro de la Policía religiosa que le envío mensajes de texto haciéndose pasar por un amigo. Tras su detención, a Comiskey se le retuvo su pasaporte y se le hizo firmar una confesión, tras sufrir al parecer malos tratos. Desde entonces se ha visto obligado a permanecer en el país sin saber si sería finalmente ejecutado, tal y como se le amenazó en un principio, hasta la semana pasada, en que pudo regresar a su país tras las gestiones diplomáticas del Reino Unido.

Siempre según The Sun, la detención de Comiskey habría sido una especie de «revancha» por el caso de Saud Abdulaziz bin Nasser al Saud, un miembro de la familia real saudí condenado a cadena perpetua (de la que deberá cumplir como mínimo 20 años) en Reino Unido tras el sádico asesinato de un asistente con el que al parecer mantenía algún tipo de relación homosexual, en la que este último era víctima de malos tratos. Las autoridades saudíes habrían presionado al Reino Unido para intentar que la sexualidad del príncipe saudí no se hiciera pública, algo que los jueces británicos al parecer no aceptaron.

Arabia Saudí es una monarquía absoluta regida por la sharia o ley islámica en la que las relaciones homosexuales están castigadas con penas que pueden llegar a la muerte.

La historia de Comiskey ha permanecido fuera del conocimiento de la opinión pública hasta su regreso al Reino Unido.