El arzobispo de Canterbury se opone a que las leyes «promuevan cambios culturales» como el matrimonio entre personas del mismo sexo
El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, opina que las leyes no deben ser utilizadas para promover «cambios culturales» en asuntos como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Williams, líder espiritual de la comunión anglicana, parece optar por una posición de confrontación con el Gobierno británico, cuyo primer ministro David Cameron ha anunciado su disposición a aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Rowan Williams, en un discurso sobre «derechos humanos y fe religiosa» pronunciado ante el Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra (que puedes leer íntegramente pinchando aquí, en inglés), se ha mostrado a favor de que las leyes eviten la discriminación de las personas homosexuales, pero en su opinión eso no faculta a los legisladores para llevar a cabo cambios que él considera «culturales», como abrir el matrimonio a las parejas del mismo sexo. Williams ha mostrado su preocupación porque las leyes impongan lo que ha llamado «estándares culturales ajenos».
No se trata, ni mucho menos, de la primera vez que el arzobispo de Canterbury hace funambulismo con los derechos LGTB. En septiembre de 2010, Rowan Williams, empeñado contra viento y marea en mantener la unidad del anglicanismo frente a las amenazas de cisma de sus sectores más conservadores, expresó su acuerdo con el hecho de que clérigos abiertamente homosexuales fueran nombrados obispos… siempre y cuando se mantuvieran célibes, una obligación que no existe para los obispos anglicanos heterosexuales. Y es que tanto la iglesia de Inglaterra, a nivel local, como toda la comunión anglicana, a nivel global, viven desde hace tiempo fuertes tensiones debido al empeño de su sector más renovador de abrirse a las personas homosexuales. La iglesia episcopaliana, rama estadounidense de los anglicanos, es la que ha dado pasos más sólidos en ese sentido, al romper con la moratoria autoimpuesta por los comunión anglicana y ordenar obispos y obispas abiertamente homosexuales, así como bendecir a las parejas del mismo sexo. En el otro extremo se sitúan las iglesias anglicanas africanas, algunas de ellas virulentamente homófobas.
Las recientes iniciativas políticas a favor del matrimonio igualitario en Londres y Escocia, por otra parte, han reactivado las tensiones en el propio Reino Unido. Mientras que en Escocia el reverendo David Chillingworth, cabeza de la iglesia episcopaliana escocesa (que cuenta con muy pocos fieles pero que no deja de tener importancia simbólica) se manifestaba a favor de que se discutiera el tema, la iglesia de Inglaterra mantiene una posición más hostil, no solo contra la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan contraer matrimonio, sino también contra la posibilidad de que puedan contraer una unión civil en una iglesia o templo religioso, algo que la legislación británica permite desde el pasado diciembre.
Desde las leyes no se pueden «promover» ni «imponer» cambios culturales, pero desde la religión, la religión cristiana u otras, sí… ¿acaso no jode eso, que quieran mandar sobre todo, hablar por todos, pensar por todos y mandar para todos, y los que no les guste que se aguanten? Personas soberbias.
La fe religiosa abomina de los derechos humanos, y los derechos humanos siempre han de incomodar, de un modo u otro, a la siempre sensible fe religiosa. El título de su conferencia es un total oxímoron.
Si visitáis Liverpool descubriréis que allí se encuentra el mayor templo anglicano de Inglaterra, sus obras se iniciaron a finales del XIX y no concluyeron hasta el año 1978 del siglo pasado, su posición elevada sobre el conjunto urbano le otorga un carácter dominante. A unos 800 metros se levanta la catedral católica de la misma ciudad, edificada en los años 60 del siglo pasado con el firme propósito de desafiar el carácter dominante de la edificación anglicana. Las moles rivalizan en el horizonte urbano y se divisan fácilmente desde toda la ciudad. Es obvio que anglicanismo y catolicismo mantienen una profunda rivalidad desde hace siglos, y esa rivalidad se hace piedra en aquella ciudad.
A mi me da la sensación de que la gestión de Williams va cediendo en esa rivalidad y va acercándose en la práctica a Roma, recortando los permeabilidad que el anglicanismo mantenía tradicionalmente a la sociedad civil británica en cuestiones como el papel de la mujer o en el tratamiento de las personas homosexuales. Yo no creo que estas declaraciones vayan a hacer titubear a un gobierno conservador (del Reino Unido), más bien al contrario.
Este señor debatió hace poco con Richard Dawkins por cierto, al respecto del clasico tema «existe dios».
No escuché el debate pero espero que Dawkins le diese un buen baño.
Y si las declaraciones de Williams no fueran suficientes, aquí os dejo unas declaraciones de un cardenal católico escocés, que a buen seguro allanarán las cosas tanto en Escocia (donde deberían hacerse públicas en breve las conclusiones de la consulta mantenida el año pasado), como en el conjunto del Reino Unido (donde deberán iniciarse en breve unas consultas similares a las mantenidas en Escocia a finales del año pasado). Líderes como estos en el bando anti-LGBT, en un país como el Reino Unido, garantizan un rápido avance hacía el matrimonio igualitario 😉
http://www.pinknews.co.uk/2012/03/04/british-catholic-cardinal-gay-marriage-is-a-grotesque-madness-proposed-by-a-disingenuous-government/
En fin, si Williams parece decidido a que el anglicanismo acabe fagocitado por la jerarquía vaticana; el obispo anglicano de York va todavía más lejos. Un dignatario de una iglesia nacida por la voluntad de Enrique VIII de que las autoridades religiosas no se metieran en su vida privada pretende que el parlamento no puede regular el matrimonio civil sin el permiso de su iglesia. El mundo del revés 🙂
http://www.pinknews.co.uk/2012/03/12/archbishop-of-york-church-would-need-to-approve-gay-civil-marriage-law/
Pues será casualidad, pero Williams ha anunciado que renunciará en diciembre al puesto de Arzobisco de Canterbury. La cabeza de la Iglesia Anglicana queda vacante, vamos a ver quien la cubre, y que pasa con esa confesión, a la que Williams deja muy debilitada tras su titubeante gestión.
http://www.europapress.es/internacional/noticia-runido-arzobispo-canterbury-dejara-puesto-finales-ano-20120316114235.html
En inglés podréis encontrar unas intersantes reflexiones sobre su gestión y la situación en que deja al anglicanismo en este artículo de The Guardian
http://www.guardian.co.uk/uk/2012/mar/16/rowan-williams-resigns-archbishop-canterbury?intcmp=239
Vaya, pues la quinielas sobre el sucesor de Williams apuntan a un período aún más sombrío. Si la gestión de Williams ha supuesto una aguda decadencia del anglicanismo, tras su marcha se podría iniciar una fase liquidatoria definitiva:
http://www.gaystarnews.com/article/fears-sentamu-will-be-next-archbishop-canterbury160312
Supongo que alguien estará tomando nota en el Reino Unido, el anglicanismo es consustancial al período de mayor brillo histórico de ese país, y un factor identitario muy importante, incluso en un mundo secularizado. Esa confesión ha supuesto un paraguas para el país frente a las influencias vaticanas, el desarrollo social y económico serían difícilmente compresibles sin ese elemento singular, su reabsorción por Roma necesariamente implicaría cambios profundos en esa sociedad.
Su eminencia, parece ser, no va a dejar de darnos alegrías hasta el momento de su abandono del cargo. Ahora acaba de descubrir que las política contra el racismo o contra la discriminación de la mujer (además de las políticas contra la discriminación de las personas LGBT), han sido «divisivas» y ya es hora de que volvamos todos a a buscar el «bien común». Este chico, desde luego, se ha empeñado en pasar a la historia…
http://www.pinknews.co.uk/2012/03/27/fixation-with-gay-rights-can-fragment-society-rowan-williams-says/