La iglesia católica dejará de financiar una organización de ayuda a los «sin techo» porque su directora apoya el matrimonio igualitario
La diócesis católica de Sacramento (California) dejará de dar apoyo económico a Francis House, una institución de ayuda a los «sin techo», debido a que su actual directora, la reverenda metodista Faith Whitmore, defiende el matrimonio igualitario y el derecho al aborto. Withmore llegó a celebrar matrimonios religiosos entre personas del mismo sexo en 2008, durante los meses en los que la ley californiana permitió tales enlaces, incluso en contra de la opinión de su propia iglesia.
La diócesis de Sacramento ha comunicado a la reverenda Whitmore que sus posiciones chocan frontalmente con las posiciones oficiales de la iglesia católica, lo que hace «imposible» seguir financiando Francis House. Conviene precisar que la reverenda Whitmore fue nombrada directora en abril del año pasado, y desde entonces se ha cuidado mucho en aclarar que sus posiciones personales no representan a las de Francis House, una institución que cuenta con un presupuesto anual de 500.000 dólares, de los cuales la diócesis de Sacramento aportaba entre 7.500 y 10.000, y que se estima que presta ayuda a unas 25.000 personas al año.
Withmore cuenta con el apoyo del consejo rector de Francis House, una institución que no está asociada a ninguna confesión religiosa, pese a que muchos la identifican con la iglesia católica debido a que originariamente fue fundada en el seno de una parroquia franciscana. Esta confusión parece ser de hecho una de las razones que han precipitado la decisión de la diócesis de Sacramento, deseosa de desligar «el nombre de la iglesia católica» de la de una institución dirigida por una religiosa de sensibilidad progresista.
¡Ésta es la caridad cristiana! ¡Absolutamente parcial e interesada!
No puedo estar más de acuerdo contigo, Grano, está claro cuales son las prioridades de la Iglesia Católica…
Piedad cristiana…
De mi época viviendo en Argentina, durante la dictadura recuerdo que gran parte de la jerarquía de la iglasia metodista apoyaba al pueblo y se comprometía ayudando a la gente común. La iglesia católica, sobre todo los peces gordos siempre apoyaron cuando no colaboraron con la represión, salvo muy contadas excepciones (5 o 6 obispos y algunos mas curas y monjas obreros).
!Eso si es verdadero catolicismo! !Quitar la comida a los sin techo si no están obsesionados con los genitales de las personas como ellos, porque como todos sabemos antes que comer primero está el mirar lo que hacen en la cama otras personas, como cualquier pervertidillo de barrio, y luego hablar de eso como todo un buen católico! !Sí señor!
Ojala metan más seguido la pata, y se difundan más este tipo de cosas, por los siglos de los siglos, amén!
Y después tienen ellos la desfachatez de decir que son los católicos los perseguidos. No tienen vergüenza.
La diferencia entre «caridad» y «justicia social» es que en la segunda parte de la base de que todos vamos en el mismo barco, todos somos iguales, contribuimos de acuerdo a nuestra capacidad y recibimos de acuerdo a nuestra necesidad. En la caridad se trata de que los ricos dejen alguna miguita para que todo siga igual y que esas miguitas sean gestionadas por instituciones cercanas al poder que decidan quién debe recibirlas y quien no.
Decidido, yo Guillermo, natural de Sevilla, bautizado en la parroquia de San Sebastián del barrio del Porvenir, alumno del Colegio Católico San Antonio María Claret, ex nazareno de la Primitiva Archicofradía Pontificia y Real Hermandad de Nazarenos de la Sagrada Entrada en Jerusalén, Santísimo Cristo del Amor, Nuestra Señora del Socorro y Santiago Apóstol. Semanasantero activo durante mis veintena (no me perdia ninguna), por la presente declaro, que esta noticia ha conseguido colmar el vaso de mi paciencia con la Iglesia Católica, y en cuanto pueda, me dirigiré al Arzobispado para gestionar mi apostasía.
Apostatasía, perdón, es que la noticia me ha puesto de tan mala leche que ya no se ni lo que tecleo
Ojalá el Estado español hiciera lo mismo con la ICAR por sus continuas manifestaciones en contra de la aplicación de los valores constitucionales, e incluso a veces, traspasando la frontera del delito. Pero ellos siempre juegan a la ley del embudo.
Esta conducta repugnante me recuerda, una vez más, la canallada que hizo la ICAR cuando pasó a tomar el control de Manos Unidas.