El presidente sudafricano sobre el matrimonio igualitario: «está constitucionalmente aceptado. No importa lo que yo pueda opinar»
El presidente de la República de Sudáfrica, Jacob Zuma, en una entrevista concedida al diario The Guardian, ha mostrado un cauteloso apoyo a la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, vigente a fecha de hoy en su país. También ha dado una curiosa respuesta cuando ha sido preguntado qué haría si un hijo suyo le confesara que es homosexual.
En un momento de la larga entrevista, en la que se plantean al presidente todo tipo de cuestiones relacionadas con la actualidad de la República de Sudáfrica, su interlocutor hace referencia a cómo otros líderes del continente han calificado a la homosexualidad como “antiafricana”, y se pregunta qué opinión tiene Zuma respecto a la ley de matrimonio igualitario en vigor en su país. El presidente responde que “mi opinión al respecto no es importante, lo importante es la opinión de los sudafricanos. Tenemos una Constitución que evidentemente todos respetamos, que yo respeto. La única opinión al respecto es que el matrimonio igualitario está constitucionalmente aceptado en Sudáfrica. Así que no importa lo que yo pueda opinar.” Su respuesta es especialmente relevante, pues las facciones más intolerantes del país no cesan de presionar para que la cláusula constitucional que garantiza la igualdad de derechos sea derogada.
Más tarde, al ser preguntado por cuál sería su reacción si un hijo suyo le dijera que es homosexual, Zuma ofreció esta curiosa respuesta: “reaccionaría de una manera u otra, pero ella o él habrían tomado una decisión que yo respetaría, porque eso es lo que dice la Constitución. Hay pequeñas cuestiones que me harían tener ciertos sentimientos, de lo contrario no sería padre. Por ejemplo, si yo tuviera un hijo, estoy seguro de que me gustaría tener un nieto algún día. No importa cuánto acepte la realidad, por dentro me estaría diciendo: ‘me hubiera gustado tener un nieto, sin embargo él ha tomado su decisión, que según la Constitución debo aceptar’». Jacob Muza, conviene precisarlo, es un tradicionalista zulú que practica la poligamia, está casado con cuatro mujeres y tiene veintiún hijos.
Debemos recordar que, cuando en el año 2006 se tramitaba el proyecto de ley de matrimonio igualitario en el país sudafricano por mandato de su Tribunal Constitucional, Jacob Zuma, entonces vicepresidente del Congreso Nacional Africano (ANC, el partido de Nelson Mandela) declaró que “el matrimonio homosexual es una desgracia para la nación y para Dios”. Ante las protestas de los colectivos de defensa de los derechos LGTB, se vio obligado a rectificar, disculpándose por el dolor que sus palabras hubieran causado y expresando su “respeto, reconocimiento y aplauso a la magnífica contribución de muchos gays y lesbianas a la lucha que nos condujo a la libertad, y al papel que siguen desempeñando en la exitosa construcción de una Sudáfrica sin distinciones raciales ni discriminaciones”. Sin embargo, la presidencia de Zuma se ha caracterizado por el nombramiento en cargos relevantes de personas muy contrarias a los derechos LGTB, y ha sido muy criticada por la tardanza en reaccionar ante las espantosas «violaciones correctivas» de mujeres lesbianas que asolan el país.