Bielorrusia intensifica la represión homófoba después de que una organizacion LGTB reclamara su legalización
La cada vez mayor visibilidad LGTB en Bielorrusia se traduce en una intensificación de la homofobia de estado en ese país de la Europa oriental. Al menos es lo que parece desprenderse de las últimas noticias que nos llegan desde allí, donde a las redadas en varios locales de ambiente se suman la negativa a legalizar la organización LGTB GayBelarus, cuyos activistas están además siendo investigados.
En las últimas semanas al menos tres locales de ambiente de Bielorrusia han sufrido redadas. El 11 de enero policías bielorrusos bloquearon la salida del Club 6A, el local de ambiente más conocido de Minsk (la capital) y solicitaron la identificación de las más de 100 personas que se encontraban en ese momento en su interior, con el argumento de que estaban buscando «un preso fugado». Al día siguiente era un local de Vitebsk, al noreste del país, el que recibía la visita de los policías, que obligaron a los clientes a darles sus datos personales (incluyendo sus lugares de trabajo) al tiempo que eran grabados en vídeo. Dos semanas después el Club 6A sufría una nueva redada, también con identificación de los clientes. En los tres casos, según los testigos, la Policía mostró un tono hostil y amenazante.
Las redadas se produjeron días después de que los responsables de GayBelarus, la más conocida de las organizaciones LGTB del país, intentaran de nuevo ser reconocidos legalmente después de que ya les fuera negado ese derecho en al menos dos ocasiones anteriores. La respuesta ha vuelto a ser negativa, y de hecho las autoridades bielorrusas han desencadenado lo que parece una campaña en toda regla contra la organización: más de 30 de sus miembros han sido interrogados por la Policía, siendo preguntados acerca de su funcionamiento interno e incluso por una supuesta violación o por «cómo se volvieron homosexuales». Al frente de GayBelarus está el valiente activista Sergei Androsenko, que en 2011, recordamos, sufrió en sus propias carnes la violencia policial por participar en una concentración a favor de los derechos LGTB.
La situación de las personas LGTB en Bielorrusia
La situación de las personas LGTB en Bielorrusia es realmente complicada, como hemos recogido en diversas ocasiones. Muy comentadas fueron las declaraciones del presidente bielorruso, Alexander Lukaschenko, que hace ahora un año se refirió en tono despectivo a la homosexualidad del ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle. “Mejor ser dictador que ser gay”, afirmó Lukaschenko tras conocer que Westerwelle se había referido a él como el último dictador de Europa. Ya meses antes Lukaschenko tuvo que disculparse tras instar a Westerwelle a llevar “una vida normal”.
Pero la homofobia de estado en Bielorrusia va más allá de los comentarios de su presidente. En octubre de 2011 recogíamos, por ejemplo, la nueva prohibición de celebrar una marcha del Orgullo, días después de que el propio Lukashenko manifestara públicamente que él no tenía nada en contra de este tipo de eventos. Lo cierto es que bajo la presidencia de Alexander Lukashenko, que gobierna desde 1994 de forma semidictatorial, Bielorrusia ha obstaculizado sistemáticamente la celebración de cualquier evento LGTB. En mayo de 2010 se prohibió la celebración en Minsk de la marcha del Orgullo Eslavo, convocada con el apoyo de colectivos LGTB de la vecina Rusia. Un grupo de activistas desafió sin embargo la prohibición y marchó por las calles de Minsk durante algunos minutos.
No fue hasta febrero de 2011 que tuvo lugar la primera manifestación LGTB autorizada de la historia bielorrusa. En mayo de ese año, sin embargo, fueron detenidos varios activistas (entre ellos el citado Androsenko) por organizar otro evento con motivo del Día Internacional contra la Homofobia. En 2009 otro activista, Svyatoslav Sementsov, fue acusado de organizar actividades en el nombre de organizaciones “no registradas», ofreciéndosele la retirada de los cargos a cambio de entregar información sobre el colectivo LGTB bielorruso.
Bielorrusia es, en cualquier caso, una sociedad profundamente homófoba. En 2010 recogíamos los datos de una encuesta según la cual el 63% de los bielorrusos se muestra a favor de recuperar la vieja legislación soviética que criminalizaba la homosexualidad, y no creemos que la situación hayan cambiado demasiado desde entonces. No todas las noticias que hemos recogido de ese país han sido negativas, sin embargo. En enero de 2012 os presentábamos un bonito corto de tres minutos de duración considerado “la primera película gay” de Bielorrusia…
La última dictadura de Europa no podía hacer otra cosa..a ver si avanzan de una vez.