El Tribunal Supremo de Puerto Rico niega a una mujer lesbiana la adopción de la hija biológica de su pareja, que ambas han criado

El Tribunal Supremo de Puerto Rico ha dictaminado que una mujer no puede adoptar a la hija de su pareja, madre biológica de la menor, sin que esta última pierda sus derechos legales sobre la misma. La sentencia ha sido publicada días después de que una gran manifestación homófoba fuera convocada a las puertas del Capitolio en San Juan, la capital puertorriqueña, en protesta por diversos proyectos legislativos de protección de los derechos LGTB que están previstos.

La niña, que tiene ya 12 años, fue concebida por inseminación artificial, constando en sus datos de filiación tan solo el nombre de su madre biológica, pese a que ha sido criada por ambas mujeres desde su nacimiento. Si la pareja de la madre biológica hubiese sido un varón, este podría haber adoptado a la niña sin que la madre perdiera su vinculación legal con ella. Pero al tratarse de otra mujer, la ley de Puerto Rico la obliga a renunciar a sus derechos legales para cederlos a la adoptante. En base a esta discriminación fue planteado el recurso ante el Tribunal Supremo.

La sentencia denegatoria se basa en que, según el criterio de la mayoría del tribunal, la Constitución de Puerto Rico no prohíbe expresamente la discriminación por razón de orientación sexual. Asimismo, el tribunal entiende que el legislador ha establecido que la familia compuesta por un padre y una madre es la que protege mejor el interés de los menores. La sentencia ha sido aprobada por una exigua mayoría de cinco votos contra cuatro. Los cuatro votos disidentes abogan por que la Carta Magna puertorriqueña sí que impide la discriminación por orientación sexual. Carmen Milagros Vélez, la madre biológica de la niña, ha comunicado la intención de la pareja de presentar en el plazo establecido de diez días una solicitud de reconsideración ante el alto tribunal.

Diversas asociaciones de defensa de los derechos LGTB han expresado su rechazo a la sentencia. Pedro Julio Serrano, portavoz de Puerto Rico para Todos, opina que “con esta nefasta decisión el Tribunal Supremo de Puerto Rico vuelve a incumplir con su obligación constitucional de otorgar justicia a quienes recurren a los tribunales como último recurso en su búsqueda de la igualdad. Esta decisión es anticonstitucional”.  Por su parte, el senador Ramón Luis Nieves, ponente de un proyecto de ley que prohibiría la discriminación por orientación sexual, cree que la sentencia es “judicialmente correcta”, pero se ha comprometido a que su proyecto sea aprobado por la Asamblea y el Gobernador en esta legislatura. En este sentido el portavoz de CABE (Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad) Osvaldo Burgos opina que “el Proyecto del Senado 238, presentado por el senador Nieves Ruiz para prohibir el discrimen por orientación sexual e identidad de género, tiene la suerte de responder ‘a priori’ a la decisión de la mayoría del Supremo. Si tal como dice la jueza Pabón, le compete a la Legislatura expresarse sobre el tema, pues ya este proyecto de ley lo está haciendo. Ahora le corresponde a los legisladores de ambos partidos asumir su responsabilidad y dar paso a este proyecto que hace justicia a gente de carne y hueso, que ama, que sueña y cuyas vidas quedan en este momento a expensas del prejuicio de agencias o entidades como los propios tribunales”.

Manifestación en contra de los derechos LGTB

Precisamente el Proyecto del Senado 238 es uno de los que han despertado mayor oposición por parte de diversas organizaciones religiosas, que convocaron una manifestación a las puertas del Capitolio en protesta por esta y otras medidas antidiscriminatorias, como por ejemplo la reforma de la Ley 54, que trata sobre la violencia doméstica, y que pretende que las parejas del mismo sexo tengan la misma protección que las heterosexuales en estos casos. Ambos proyectos han sido presentados por el Partido Popular Democrático (PPD).

Las diversas confesiones religiosas convocantes de la manifestación, entre las que se encuentran las iglesias Pentecostales, Bautistas, Discípulos de Cristo y Católica consiguieron elaborar una resolución conjunta, en la que expresaban su temor a que estos proyectos abran el camino al matrimonio igualitario en la isla caribeña.

El pastor César Vázquez, portavoz principal de la convocatoria, opinaba que «si ellos (PPD) dicen que representan a la mayoría, pues la mayoría está aquí, está diciendo los elegimos para otras cosas, para mejorar la economía, para disminuir la criminalidad, para ayudar a la salud y la educación, pero no para cambiar una cosa tan fundamental como lo es el matrimonio entre un hombre y una mujer, y la familia que nace de esa relación». Los convocantes estimaron la participación entre 120.000 y 200.000 manifestantes.

Al otro lado del Capitolio se reunieron cientos de personas en defensa de esas mismas medidas, convocadas por el Movimiento Inclusivo de Apoyo a la Comunidad, que integra a varias asociaciones LGTB. La pastora Yalen Silén, una de las participantes, calificaba de “batalla entre David y Goliat” la diferencia numérica entre manifestantes, “todos sabemos que Goliat tenía al pueblo intimidado. No vinieron más por miedo”, aducía. En su opinión “el mundo está viviendo un tiempo histórico y es un tiempo de cambio. Y todo el que quiera ser parte de la historia, va a apoyar ese cambio. El discrimen, la desigualdad y la injusticia no se puede apoyar. Yo entiendo que los legisladores lo saben. Y en esta ocasión van a ser valientes para afirmarse y proteger a los marginados, lo que es su obligación como Gobierno, protegiendo a los desvalidos y no atropellarlos más».