Jóhanna Sigurðardóttir, un nombre para la historia de la visibilidad lésbica
El 1 de febrero de 2009, la hasta entonces ministra de Asuntos Sociales, la socialdemócrata Jóhanna Sigurðardóttir, era nombrada primera ministra de Islandia. Por primera vez una persona abiertamente LGTB se convertía en jefa de Gobierno de un estado soberano. Cuatro años después Sigurðardóttir se retira de la primera línea política, pero su nombre permanecerá siempre en la historia como un magnífico ejemplo de visibilidad.
En aquella fecha Jóhanna Sigurðardóttir (cuyo partido formaba parte de la coalición de Gobierno, junto al Partido de la Independencia, desde 2007) recibía el encargo de poner fin a la crisis política desencadenada por el colapso bancario islandés y preparar elecciones anticipadas. Dos meses después los socialdemócratas, con Sigurðardóttir al frente, ganaban las elecciones, y junto al Movimiento de Izquierda-Verde lograba la mayoría absoluta en el Parlamento, desbancando al Partido de la Independencia, de centro-derecha. Durante estos años el Gobierno de Sigurðardóttir ha conseguido enderezar el rumbo del país, que hoy mantiene controladas sus variables macroeconómicas y ha vuelto a crecer (1,6% en 2012) y reducir el desempleo al 5% (llegó a duplicar esa cifra en el momento álgido de la crisis). No ha sido suficiente para los votantes islandeses, para los cuales persisten problemas económicos en su día a día (una elevada deuda privada y préstamos hipotecarios indexados a la inflación, que ronda el 4%) que les han llevado este sábado a devolver el poder a Partido de la Independencia y Partido Progresista (el partido centrista con el que gobernó en coalición entre 1995 y 2007), considerados en buena parte responsables de la crisis económica de 2008. Conviene aclarar que Jóhanna Sigurðardóttir no repetía como candidata, por lo que en cualquier caso habría abandonado su posición como primera ministra incluso si su partido hubiera ganado las elecciones.
Por lo que a los derechos LGTB se refiere, el mandato de Sigurðardóttir pasará a la historia por la aprobación, en junio de 2010, de la ley de matrimonio igualitario, que convirtió a Islandia en el noveno país en acabar con la discriminación de las parejas del mismo sexo al matrimonio civil. Un derecho que no corre peligro alguno tras la victoria del centro-derecha en las elecciones de este fin de semana. La ley de matrimonio igualitario en ese país fue aprobada, recordemos, por unanimidad. La propia Sigurðardóttir hacía uso de ese derecho casi inmediatamente después de su aprobación, al contraer matrimonio con Jonina Leosdottir, a la que ya se encontraba unida civilmente.
Tras la retirada de Sigurðardóttir, el socialista valón Elio Di Rupo, primer ministro de Bélgica, queda como único jefe de Gobierno abiertamente homosexual del mundo. Esperemos que no pase demasiado tiempo hasta que nuevos nombres se sumen a la lista. El de Jóhanna Sigurðardóttir queda ya en la historia. Le deseamos lo mejor.