La justicia obliga a Ohio, que no permite el matrimonio igualitario, a reconocer dos matrimonios gays celebrados en otros estados
Importante decisión judicial en Ohio (Estados Unidos), donde un juez federal ha ordenado que David Michener figure como «marido» en el certificado de defunción de William Herbert Ives, fallecido la semana pasada. Michener y Ives contrajeron matrimonio en Delaware, uno de los estados que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo. Se trata de la segunda decisión judicial en el mismo sentido que tiene lugar en Ohio, primer estado del país que ya ha reconocido dos matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en otro estado pese a que en su territorio dichos matrimonios no son posibles.
La reciente decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos declarando inconstitucional la sección tercera de la DOMA (Defense of Marriage Act) supone la obligatoriedad de que la administración federal reconozca los beneficios que de ella dependen a los matrimonios entre personas del mismo sexo. Hace una semana, por ejemplo, nos referíamos a como la Hacienda estadounidense dará el mismo tratamiento fiscal a estos matrimonios con independencia de su estado de residencia. Pero esta decisión deja fuera una cuestión relevante: el reconocimiento de dichos matrimonios por los estados que prohíben o no permiten el matrimonio igualitario en su propio territorio. A día de hoy, las partes de la DOMA que siguen vigentes -dado que no por el momento no han sido desafiadas ante el Supremo- permiten a los estados negarlo. Se da así la paradoja de que una pareja casada en un estado que permite el matrimonio igualitario (Nueva York, por ejemplo) y que se traslada a otro estado que no lo permite (Texas, por ejemplo) seguirá viendo su matrimonio reconocido por lo que al ámbito federal se refiere, pero no en aquellos asuntos que tienen que ver con su estado de residencia.
Una paradoja que tarde o temprano tenía que llegar a los tribunales, dando lugar a una secuencia de decisiones judiciales que muy bien puede acabar por llegar al Tribunal Supremo. Y Ohio es el estado en el que dicha batalla ha comenzado. Ya en julio tuvo lugar una primera decisión favorable de la mano del juez federal Timothy Black, referida al caso de John Arthur y Jim Obergefell, que presentamos con cierto detalle en su momento. Pareja desde hace veinte años y residentes en Cincinnati, hace algo más de dos años a John Arthur le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa que le ha postrado en cama y que en no mucho tiempo le conducirá a la muerte. La pareja presentó una demanda para ver reconocido su matrimonio (celebrado en Maryland) en Ohio, de forma que en el futuro certificado de defunción de Arthur figure Obergefell como su marido, lo que en este caso les permitirá ser enterrados juntos.
Un segundo fallo judicial del juez Black permitirá ahora a David Michener (también residente en Cincinnati) figurar en el certificado de defunción de William Herbert Ives como «marido». Michener e Yves, pareja durante 18 años y padres de tres hijos adoptados, contrajeron matrimonio en Delaware el pasado 22 de julio. Ives murió inesperadamente el 27 de agosto. Lo excepcional del caso ha favorecido que haya una decisión judicial rápida, al igual que rápida fue la de Arthur y Obergefell.
Esta por ver cual es la evolución de la situación. Las decisiones del juez Black han sido adoptadas por la vía de urgencia, dado lo excepcional de los dos casos, y su validez es provisional, hasta que se celebre la vista oral en próximos meses. Pero muy bien podrían ser el germen de una futura decisión del Supremo que quizá tumbe las partes de la DOMA que aún siguen vigentes. Estaremos atentos…
Yo creo que habría que abolir la figura legal del «matrimonio», pues no entiendo para qué sirve. Si dos personas(independientemente de su sexo) se quieren y desean vivir juntas pueden hacerlo igualmente en «pareja de hecho». Y éstas deberían tener los mismos derechos que un matrimonio; como ocurre en Argentina y España. Me parece una vergüenza que sea obligatorio casarse para poder ser enterrado junto a su pareja o para adoptar hijos conjuntamente y no se lo permitan a una «pareja de hecho». ¡Qué triste!
#1
Bueno, es una postura interesante la que planteas, pero a mi me gustaría hacer una reflexión. En efecto la extensión de las regulaciones matrimoniales a las parejas de hecho ha ido haciendo casi indiferenciables las figuras del matrimonio con las convivencia no formalizada, a irse progresivamente aplicando todos los beneficios. Pero también se le están aplicando todas las obligaciones que las regulaciones sobre el matrimonio contemplan, por ejemplo a la hora de la ruptura de esa convivencia.
No sé, yo no estoy seguro que esto sea del todo positivo, yo creo al final hace inviable la convivencia libre en pareja, pues esta ya no es libre, sino que en la práctica debe acomodarse a todas las regulaciones dispuestas para el matrimonio, pese a no estar casados. Ciertamente la asimilación de ambos tipos de pareja tiene efectos positivos, pero no hay que olvidar que ha liquidado la posibilidad de poder convivir sin regulaciones externas. Ahora mismo, vivir en pareja implica estar sometido a las regulaciones propias del matrimonio sin posibilidad de elección…