Investigan a tres colegios de Málaga por no tratar a niños transexuales de acuerdo a su identidad de género
La Fiscalía Superior de Andalucía ha abierto diligencias de investigación a tres colegios de Málaga (uno público y dos concertados) que han mostrado resistencia a atender la solicitud de varios padres para que se respete la identidad de género de sus hijos transexuales. El caso ha sido puesto en conocimiento de la fiscal andaluza contra la violencia de género, Flor Torres, por la Asociación de Transexuales de Andalucía (ATA). Torres, recordemos, amplió hace unos meses sus competencias para asumir también la lucha contra la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género. Tras saltar la noticia a los medios, dos de los colegios ya han dado marcha atrás.
Los padres solicitan que sus hijos transexuales (de seis, ocho y nueve años) sean llamados en clase con el nombre correspondiente a su identidad de género, así como que puedan vestir ropas acordes con esta y elegir el aseo que utilizan. Flor Torres confía en resolver el problema sin necesidad de denuncia. “Si apreciamos que hay un delito de discriminación mi obligación es denunciar, pero antes intentamos mediar por si existe solo una falta de entendimiento”, ha declarado.
Dos de los colegios, de hecho, han adelantado su disposición a respetar la identidad de los pequeños tras divulgarse la noticia a los medios. El tercero, sin embargo, sigue negándose a que una niña de seis años aparezca en las listas escolares con nombre femenino, pueda llevar falda y usar los baños de niñas y sea tratada como una niña en todas las actividades del centro sin que medie una orden judicial. Se trata de un colegio concertado religioso perteneciente a la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria. “Mi hija me pregunta todos los días, ‘mamá, ¿está arreglado ya?’. Estaba ilusionada con poder por fin vestir falda, se ha comprado una diadema, una mochila rosa. Yo querría que fuera más discreta, pero es exacerbadamente femenina”, explica la madre.
La Junta de Andalucía confía en que el conflicto se resuelva. “Queremos formar parte de la solución del problema y contribuir a la defensa de los derechos y el bienestar de los niños y niñas en los centros”, ha declarado un portavoz de la Consejería de Educación, que a raíz de los sucedido ha fijado una serie de pautas de actuación. Deberá adecuarse la documentación interna del colegio al género con el que se siente identificado el alumno. Se sugiere además que los profesores utilicen el nombre que acuerden con las familias, que en las actividades en grupo se tenga en consideración el género con el que el alumno se identifica y que se acepte la posibilidad de vestir la ropa o el uniforme adecuados.
Unas pautas que han sido celebradas por ATA, que también felicita a Flor Torres por su «diligente actuación» después de que esta asociación le comunicase lo sucedido. Este año, doce familias andaluzas presentaron en sus colegios una petición amparada por esta asociación. Solo estos tres colegios la rechazaron inicialmente, todos en Málaga. Los padres sospechan, de hecho, que las reticencias podrían proceder de la propia inspección educativa de Málaga. En uno de los casos, el del niño de 9 años, este empezó el curso feliz en su nuevo colegio. Pero cuatro días después de empezar las clases, la directora, que inicialmente había dado el visto bueno a la petición de la familia, les comunicó que el inspector había vetado que se tratara al alumno como niño y obligaba a llamarle por el nombre con el que le registraron al nacer. La familia optó por no llevarle al colegio hasta que no hubiera una solución para evitar que se sintiera de nuevo rechazado. La directora ya ha confirmado a la madre que a partir del lunes el chico podrá volver a clase.
Los colectivos piden rapidez de actuación
«Desde ATA Sylvia Rivera, y en concordancia con esas pautas, esperamos que a la mayor brevedad posible la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía conteste a la petición de reunirse con la misma por parte de esta asociación, para consensuar el protocolo de actuación en centros educativos propuesto ya por la entidad a esta Consejería para que en el futuro se eviten interpretaciones subjetivas y contrarias al principio de igualdad y libre desarrollo de la personalidad», ha solicitado esta organización en un comunicado. De lo contrario, según afirma su presidenta Mar Cambrollé, se estará discriminando por su identidad de género a estos niños y vulnerando sus derechos.
También desde la Federación Andaluza Arco Iris se ha pedido a la Junta de Andalucía «celeridad» en la resolución de estos casos. «En el caso de los niños y las niñas transexuales la única diferencia es que son menores, no tienen tanta capacidad para exigir sus derechos y además en su partida de nacimiento aparece un género y un nombre que juega en su contra, y que con toda seguridad cambiarán en cuanto sean mayores de edad. Y a todo esto podemos añadir la crueldad con la que otros menores van a insultarlos habitualmente si el centro y las familias no mediamos e intervenimos», ha declarado su presidente, Gonzalo Serrano.
Algo no me cuadra: «El tercero, sin embargo, sigue negándose a que una niña de seis años aparezca en las listas escolares con nombre femenino, pueda llevar falda…»
Acaso es que un hombre no puede vestir falda, hay muchos hombres, que teniendo identidad de género masculina, visten falda y vestidos. No me malinterpretéis, yo respeto la identidad de género de todo el mundo; sólo hago la pregunta porque no lo he entendido. Yo soy hombre, me gusta ser hombre, mi identidad de género es masculina (aunque a veces soy un poco sarasa) y muchos días voy al colegio en minifalda. Los profes me dejan.
Pero qué quieres de un colegio del obispado, Uke? Que los niños lleven falda? Dios mío, irán directos al infierno!! 😛 (sí, sí, como todos esos escoceses de la pérfida Albión)
Estoy de acuerdo con el espíritu de ambos comentarios, pero sinceramente, en España aún no he visto un hombre con falda, salvo en carnavales y otros eventos artísticos. Y menos aún minifalda. Ojalá sea verdad lo que cuentas, Uke, pero no me lo creo.