La autopsia del empresario fallecido tras ser reducido por los Mossos indica que su muerte fue de «naturaleza homicida»
Juan Andrés Benítez, el empresario gay que murió en la madrugada del domingo 6 de octubre tras ser reducido por un grupo de Mossos d’Esquadra en el barrio del Raval de Barcelona, sufrió “múltiples traumatismos sobre la región craneo-facial” que dieron lugar a un fallo cardiaco posiblemente favorecido por el estrés de la situación y el padecimiento de una arritmia previa. Es el preocupante resultado de la autopsia practicada a Benítez, que según el testimonio de un vecino que presenció lo sucedido desde un balcón sufrió una brutal paliza a manos de los Mossos.
Según el examen forense, cuyo contenido ha sido en parte desvelado por el diario El País, Benítez tenía rotos un diente, un pómulo, la nariz y una ceja, presentaba heridas en los labios, un golpe en la cabeza y en la parte frontal derecha de la cara, así como una fractura del metacarpiano derecho. Presentaba además lesiones en brazos, piernas, rodillas y zona lumbar. Golpes que son compatibles con “puñetazos o patadas, sin descartar otros similares”. Habría lesiones de defensa (en brazos y antebrazos) que indicarían que una o varias personas “le sujetaron por las extremidades superiores” y de ataque (la fractura del metacarpiano), que podría deberse a un puñetazo dado por la propia víctima. En cualquier caso, los forenses concluyen que la muerte de Juan Andrés Benítez, sujeta a investigación judicial, fue de naturaleza “homicida».
Como explicamos hace pocos días, según Edi Emilov, que fue testigo de lo sucedido desde un balcón (recomendamos escuchar su testimonio aquí, en un audio de la Agència Catalana de Notícies). Benítez se enzarzó en una discusión con los que parecían ocupantes de un coche, una mujer y un hombre a los que parecía conocer, y llegó a las manos con este último. Poco a poco se fueron tranquilizando, sin embargo. Varios testigos habían avisado ya a los Mossos, que hicieron acto de presencia cuando el enfrentamiento ya se había enfriado. Fue cuando los Mossos interpelaban a los implicados y Juan Andrés Benítez hizo ademán de intentar alejarse cuando una agente le golpeó, iniciándose entonces (siempre según la versión de este testigo) la brutal agresión por parte “de unos ocho” Mossos a Benítez, que no podía hacer otra cosa que gritar ante la paliza de la que estaba siendo objeto. Ya reducido y con el rostro ensangrentado, los agentes cargaron a Benítez en un vehículo policial como si de un peso muerto se tratase, siendo entonces cuando notaron que estaba inconsciente. Benítez habría sufrido allí mismo una primera parada cardiaca, que la asistencia sanitaria pudo revertir, pero acabó falleciendo tras ser trasladado al Hospital Clínic de Barcelona.
Según afirma El País, todo empezó cuando Benítez bajo de su casa buscando a su perro, que al parecer había perdido. El País se hace eco del testimonio de un vecino de nombre Elías que fue, de hecho, el que se peleó con Benítez. Este afirma que se enzarzó en la pelea por defender a su mujer, con la que Benítez había iniciado una primera discusión, y acusa al fallecido de haber agredido a la mencionada agente.
Sindicato policial insinuó que Benítez era seropositivo
Juan Andrés Benítez, andaluz de origen, estaba afincado en Barcelona desde hacía quince años. Era propietario de dos tiendas de ropa en el Gaixample barcelonés y era miembro de la Asociación Catalana de Empresas para Gays y Lesbianas (ACEGAL), cuyo presidente, Joan Igual, ha declarado que hará lo posible porque se esclarezcan los hechos.
Como ya referimos en nuestra anterior entrada, si preocupantes son las circunstancias en las que se produjo la muerte del empresario, no menos preocupante resulta el tono de la nota hecha pública por el Sindicat de Policies de Catalunya, que ofreció “todo su apoyo” a los agentes implicados. Según este sindicato, fue preciso reducir a Benítez al oponerse este con “gran resistencia” a su detención, añadiendo además que “a consecuencia de las agresiones sufridas durante la detención, dos agentes se encuentran actualmente en tratamiento con fármacos antirretrovirales, que tendrán que mantener durante un año”. Una muestra de serofobia que mereció la condena de los colectivos LGTB catalanes, y de la que seguimos sin conocer una explicación satisfactoria.
Noticias Relacionadas
- La web de la BBC promueve un debate sobre si los homosexuales deben o no hacer frente a la pena de muerte
- Cuatro meses de cárcel para dos de los responsables de la brutal agresión a una mujer transgénero en Fez
- Ohio: recogida de firmas para aprobar en referéndum el matrimonio igualitario
- Arcigay hace un recuento de la violencia homófoba y tránsfoba ocurrida en Italia durante los dos últimos años
- La Asamblea de la Iglesia de Escocia aprueba por una mayoría de dos tercios iniciar el proceso hacia el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo
Acerca del Author
Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Parece ser que hay mani manyana (18-10) a las 20 h en rambla del raval.
Son escandalosos ente tipo de sucesos… No sé a dónde vamos a ir a parar…
Saludos
Me sorprende el tono del artículo, no existe justificcion alguna para el comportqmiento de las fuerzas de seguridad del estado, que han jurado una constitución y se sobreentiende que democrática. Ningun funcionario puede agredir de forma inhumana a una ciudadano desarmado, bajo ningun concepto. Los cuerpos policiales tienen herramientas y formación par recucir a cualquier persona por resistncia que ponga. Pero un grupo de agentes(ocho) que agarran a una persona y le GOLPEAN en la cara hasta romperle un diente, ceja, nariz, el pomulo y diente golpeandole hasta sufrir uan parada cardiaca, es un crimen. QAue el Sindicato de Policia no los denuncie y se desmarque de estos presuntos agentes da verdadero terror.
Los Mossos están, como policía, quedand a la altura del betún. Se les escapan los criminales, hay casos de malos tratos, mal uso del material (bolas de goma), etc, etc, etc. Una policía de muy mala calidad democrática.