Moldavia deroga la ley que prohibía la «propaganda homosexual» tras solo tres meses de vigencia para acercarse a la Unión Europea
Inesperada buena noticia la que nos llega de Europa del Este. Tras solo tres meses de vigencia, el Parlamento de Moldavia ha derogado la prohibición de la «propaganda homosexual», aprobada a imitación de la de su vecino ruso. Una decisión recibida con indignación por la iglesia ortodoxa y por la oposición comunista, y que habría sido adoptada como contrapartida a la firma de un acuerdo comercial con la Unión Europea.
En el mayor de los secretos, con los representantes políticos evitando el debate público, el Parlamento moldavo aprobaba hace pocos meses una reforma del Código Penal, vigente desde el 12 de julio, con el objeto de prohibir “la distribución de información pública […] destinada a la propagación de la prostitución, la pedofilia, la pornografía o de cualquier otra relación que no sea el matrimonio o la familia”. A la manera de la ley aprobada poco antes en Rusia, que prohíbe la información sobre “relaciones sexuales no tradicionales”, los legisladores moldavos quisieron recurrir también al eufemismo, aunque con las mismas consecuencias: la prohibición de informar positivamente sobre la realidad LGTB (con el agravante de que las relaciones entre personas del mismo sexo quedaban además equiparadas a la pedofilia o la prostitución). La norma establecía sanciones de hasta 8.000 leu (unos 480 euros) y la suspensión para toda actividad de entre tres meses y un año.
Pero la ley ha tenido una vida corta. Solo tres meses después de su entrada en vigor el Parlamento moldavo decidía este viernes 11 de octubre derogar la ley, muy criticada desde instancias comunitarias, por 53 votos de un total de 101. Ello facilitará el cierre de un acuerdo de libre comercio entre Moldavia y la Unión Europea. La decisión, adoptada por la alianza que sustenta al actual Gobierno proeuropeo, ha sido muy criticada tanto por la Iglesia ortodoxa como por la oposición comunista, que en una alianza que en otros lugares sería considerada contra natura llevan años promoviendo una ola de odio homófobo en Moldavia, antigua república soviética de lengua y cultura mayoritariamente rumanas. Sacerdotes ortodoxos y legisladores comunistas, de hecho, han bloqueado este viernes la entrada al Parlamento con el objeto de hacer visible su protesta, obligando a los diputados favorables al cambio a acceder al edificio por una puerta trasera. Conviene recordar que ya en 2012 el Partido Comunista, con el apoyo entusiasta de la Iglesia ortodoxa, había aprobado una ley el mismo sentido en la segunda ciudad moldava, Bălți.
Con la aprobación de la ahora derogada legislación homófoba, Moldavia se había unido tanto a la ya mencionada Rusia como a Lituania, que de una forma más tímida también dispone ya de legislaciones limitativas de la visibilidad LGTB. En Ucrania, otro de los países del ámbito de la antigua URSS, un proyecto de ley semejante está temporalmente suspendido, mientras que Kazajistán, otra exrepública soviética, se plantea introducirlo.
Ahora Moldavia se descuelga (y esperemos que de forma definitiva) de este grupo. Una noticia que confirma la plena necesidad de políticas activas parte de la Unión Europea y otras instancias internacionales a la hora de presionar a los estados que promueven políticas homófobas.