La familia del fundador de la homófoba iglesia baptista de Westboro comunica su estado terminal
La iglesia baptista de Westboro es conocida por la feroz homofobia que despliegan sus miembros en campañas como “God Hate Fags” (Dios odia a los maricones). Parte de esas campañas son sus acciones en funerales, en los que o bien celebran la muerte de las personas LGTB o bien culpan a la tolerancia hacia la homosexualidad de la muerte de soldados en combate. Según informaciones, su líder y fundador Fred Phelps, de 84 años de edad, se encuentra actualmente en su lecho de muerte, y se ha despertado la polémica entre la comunidad LGTB sobre cuál debe ser la actitud del colectivo ante la proximidad de su propio funeral.
Según comunicaba Nate Phelps, hijo del fundador de la secta homófoba, el autoproclamado pastor Fred Phelps permanece ingresado en el Midland Hospice House de Topeka (Kansas), un hospital de caridad ubicado en su ciudad de residencia. Nate, que rompió su relación con la iglesia hace 37 años y se define como ateo, comunicaba también, sorprendentemente, que el fundador de la iglesia baptista de Westboro había sido excomulgado de la misma en agosto del pasado 2013.
Por último, el hijo de Phelps expresaba el conflicto de sentimientos que alberga en estos momentos: “No estoy seguro de cómo me siento al respecto”, confesaba, “es terriblemente irónico que su devoción a su dios termine de esta manera. Destruido por el monstruo que creó. Me siento triste por todo el daño que ha causado a tantas personas. Me siento triste por los que van a perder a su abuelo y a su querido padre. Y estoy amargamente furioso porque mi familia está impidiendo que los miembros de la familia que dejaron de verlo puedan despedirse de él”.
También contradictoria es la reacción que la noticia ha despertado en la comunidad LGTB, víctima principal del odio feroz del pastor y sus acólitos. Se han creado grupos en Facebook para festejar su deceso e incluso para planear acciones en un posible funeral, que miembros de la familia ya han comunicado que no tendrá lugar. Sin embargo, entre las organizaciones se pretende dar una lección de cómo deben ser respetadas las familias que han perdido a un ser querido. “Si los informes sobre el deterioro del estado de salud de Fred Phelps son exactos, entonces su familia y amigos estarán despidiéndose y preparándose para llorar su pérdida. Pedimos la comprensión de todos hacia la solemnidad de esta ocasión, y que honren el derecho de su familia y amigos para recordarle y llorar su pérdida en privado, sin interrupciones o celebraciones indecorosas”, declaraba Sandra Meade, presidenta de Equality Kansas.
Por su parte, Thomas Witt, director ejecutivo de la organización, añadía: “Durante más de 20 años, Phelps y los miembros de su iglesia ubicada en Topeka han hostigado a las familias en duelo de personas LGBT en Kansas y otros lugares. Él y sus seguidores han mostrado un profundo desprecio por la intimidad y el dolor de los demás durante muchos años. Este es nuestro momento como comunidad para superar el dolor, la ira y los conflictos que diseminó, y para mostrar al mundo que somos personas bondadosas y compasivas que respetan la privacidad y la dignidad de todos».
Una larga historia de provocaciones
La familia Phelps tiene una larga historia de actos provocativos en funerales, como cuando acudieron al de una militar fallecida en Afganistán que estaba casada con otra mujer. Pero sobre todo se dieron a conocer por su presencia en las honras fúnebres de soldados estadounidenses fallecidos en misiones fuera del país, donde enarbolaban carteles donde culpaban de esas muertes a la tolerancia hacia la homosexualidad. Por ello incluso llegaron a ser demandados, aunque el Tribunal Supremo finalmente les exculpase al considerar que estaban amparados por el derecho a la libertad de expresión.
Tampoco han perdido ocasión de mostrar su odio hacia los homosexuales en cada tragedia que sucedía en territorio estadounidense. Cuando Jared Lee Loughner asesinó a seis personas e hirió a otras trece en Tucson (Arizona) a principios de 2011, la iglesia baptista de Westboro proclamó que la tragedia era fruto de la idolatría y la homosexualidad consentida en los Estados Unidos. La amenaza de presentarse en el funeral de las víctimas ocasionó que la administración de Arizona aprobase con carácter de urgencia una normativa para prohibir manifestarse a menos de 90 metros de los actos fúnebres.
En 2012, cuando tuvo lugar la matanza de la escuela de primaria Sandy Hook, donde fueron asesinados veinte niños y seis de sus profesoras, los miembros de la secta homófoba no dudaron en culpar de la masacre a la aprobación del matrimonio igualitario en Connecticut, estado donde se ubicaba el centro escolar. Incluso declararon su intención de acudir a los funerales de los niños para “cantar alabanzas a Dios por la gloria de su obra al ejecutar su sentencia”.
El pasado 2013, miembros de la secta se presentaron en el funeral en homenaje a los 15 años del asesinato de Matthew Shepard, el joven homosexual cuya brutal muerte ocasionó la aprobación de la ley contra los crímenes de odio que lleva su hombre. Los homófobos portaban carteles en los que se podía leer “Matt Shepard se pudre en el infierno”, y «No a la leyes especiales para maricones».