Las víctimas del líder religioso homófobo Fred Phelps le ofrecen tras su muerte el respeto que él les negó
Tras el fallecimiento de Fred Phelps, líder y fundador de la homófoba iglesia baptista de Westboro, se han producido reacciones de todo signo. Dados la profunda intolerancia y el absoluto desprecio por los sentimientos ajenos de que hacían gala tanto él como sus acólitos en las diversas acciones públicas que llevaban a cabo, muchos han deseado pagarles con la misma moneda. Sin embargo, son de destacar las reacciones llenas de decencia y humanidad de tres de sus principales víctimas: los padres de Matthew Sheppard y el padre de Matt Snyder, que tuvieron que soportar en su día cómo Phelps y sus gregarios celebraban la muerte de sus hijos y los insultaban en su propio funeral.
Como informábamos hace unos días, la familia de Fred Phelps había comunicado el precario estado de salud del líder de la iglesia baptista de Wetsboro. Según su hijo Nate, que rompió su relación con la iglesia hace 37 años, su padre se encontraba en un hospital de caridad ubicado en Topeka, su ciudad de residencia. Nate Phelps también informaba de que desde el pasado agosto de 2013 el fundador de la secta de Wetsboro había sido expulsado de la misma.
A pesar de las protestas de los actuales integrantes de la iglesia, que calificaban la información de rumor y a los periodistas que la difundían de “niñas de colegio a la espera de algún chisme”, finalmente se ha comunicado el fallecimiento del autoproclamado pastor religioso la noche del pasado miércoles.
Tanto Fred Phelps como su familia se dieron a conocer por campañas como “God Hate Fags” (Dios odia a los maricones), que incluían actos llenos de odio homófobo en funerales, donde insultaban a los fallecidos mientras agradecían a su Dios por su muerte. Por ello se esperaba una reacción semejante por parte de muchos a quienes estas acciones habían indignado.
Sin embargo, desde organizaciones como la National Gay and Lesbian Task Force se lanzaba un mensaje conciliador: “Fred Phelps no será extrañado por la comunidad LGBT, las personas con VIH o por los millones de personas decentes en todo el mundo que han encontrado lo que él y sus seguidores hacen profundamente hiriente y ofensivo», declaraba la directora ejecutiva Darlene Nipper, aseverando que «a través de sus acciones, él trajo un innecesario dolor y sufrimiento a miles de familias, incluyendo a las familias de militares, en su momento de mayor dolor y duelo. Si bien es difícil encontrar algo bueno que decir de sus opiniones o acciones, ofrecemos nuestras condolencias a sus familiares en lo que debe ser un momento doloroso para ellos».
Las palabras de sus víctimas
Una de sus víctimas es Albert Snyder, padre de un soldado fallecido en combate, durante cuyo funeral Fred Phelps y sus acólitos se manifestaron dando “gracias a Dios” por su muerte, por considerar que era una señal del odio de Dios hacia los Estados Unidos por su tolerancia hacia la homosexualidad, entre otras “abominaciones”. Snyder mantuvo un largo proceso contra la iglesia baptista de Westboro por esta acción, aunque finalmente el Tribunal Supremo de los Estados Unidos denegó su demanda, considerando que este tipo de manifestaciones están amparadas por la Primera Enmienda.
Tras haberle dado a conocer el estado terminal del pastor baptista, Albert Snyder era interrogado al respecto, declarando lo siguiente: “No me gusta la iglesia baptista de Westboro, no tengo nada bueno que decir de ellos, pero si en estos momentos, o cuando él muera, dijera algo malo sobre ellos, me pondría al mismo nivel que él, y no quiero estar a su mismo nivel. No me gusta el odio». Ante la idea de pagar con la misma moneda, Snyder consideraba que Fred Phelps «tiene el mismo derecho que todos deben tener a ser enterrado en paz. Dos errores no hacen un acierto.»
Otras de sus víctimas son Dennis y Judy Shepard, cuyo hijo Matthew fue brutalmente torturado y asesinado por ser gay. El horror por aquella muerte terrible ocasionó la aprobación de la ley contra los crímenes de odio que lleva su hombre. Los miembros de la iglesia baptista de Westboro se presentaron en un acto en su homenaje con carteles en los que se podía leer “Matt Shepard se pudre en el infierno”, y “No a la leyes especiales para maricones”.
Judy Shepard hablaba en estos términos sobre el fallecimiento del líder homófobo: “En cuanto a la muerte de Fred Phelps, Dennis y yo sabemos qué solemnes son estos momentos para cualquier persona que pierde a un ser querido. Por respeto a todas esas personas y por nuestro deseo de borrar el odio, hemos decidido no hacer más comentarios».
De este modo, tanto Albert Snyder como Dennis y Judy Shepard han ofrecido a la familia del ahora fallecido la consideración, la humanidad y el respeto que en su momento muchos de ellos les negaron.
Han hecho bien. Yo hace tiempo que pienso que la actitud de Phelps era un intento de convertirse en martir y seguir su juego es hacerle un favor.Lo mejor es ignorarlos.
Si realmente existe Dios, es ahora cuando hará Justicia.
Espero q si existe otro mundo le estén jodiendo todo el rato y q sufra terribles suplicios
Hacen una ley contra los crímenes de odio motivándose en la muerte de un chico gay asesinado y sin embargo los tribunales dicen que los «actos» de esta panda de perdedores vomitando odio está dentro de la libertad de expresión. Olé la coherencia.
Totalmente de acuerdo contigo, Hop.
La Iglesia sigue existiendo y sacando videos con las burradas de siempre. No me cabe en la cabeza que haya gente así. Yo hace tiempo que sospecho que son una panda de bufones que nos están troleando y poniendo a prueba los límites de la primera enmienda. Desde luego han conseguido hacerse famosos.
Este mundo perdió un poco de odio y ganó un poco de paz. Hombre feo como fea su alma.
¿Pues qué quereís que os diga? Yo no soy tan considerado como los familiares de las víctimas que él insultó, así que enhorabuena a la Humanidad por haberse quitado de encima a semejante hijo de la gran puta.
La muerte es esa cosa rotunda que nos hace a todos radicalmente iguales. Se podría decir que la muerte es la mayor y definitiva revolución…. Me alegro de que la reacción mayoritaria haya sido la descrita en el artículo. Lo cual, por cierto, concuerda con la filosofía cristiana, que este hombre y esta asociación despreciaban con su odio antihumano.
Tengo curiosidad: por que lo expulsaron de su propia iglesia? Se posicionaria en contra del uso del Smartphone? jajajaja.
Yo también estoy totalmente de acuerdo con vosotros, Hop y Despotorramiento Feroz. Tienes razón Franico, hoy es un día para estar muy contento (no estábamos, en mi familia, tan contentos, desde que murió franco)y celebrar la muerte de esa mierda. El mundo será un lugar un mucho mejor sin este hijo de la gran puta. Y, si de verdad, Dios existe: este cabrón está pudriéndose en el infierno junto con franco, blas piñar, manuel fraga, Hitler, himmler, goering, Mussolini, margaret tratcher, bin laden, Gadafi, Salazar y todos los homófobos que nos han jodido la vida, no sólo a los LGTBI, tmb a otras minorías.
Que aguante el de esas familias. Si a mí a un familiar le hubieran hecho eso que hace esa gentuza de esa iglesia yo estaría lleno de ganas de venganza.
que triste que un ser humano halla tenido tanto odio hacia otras personas por su condición sexual..que despotrique tanta maldad..no me canso de decir que Dios nos ama a todos sin importar nuestra sexualidad…besos a todos
El ministro religioso Fred Phelps fue un sujeto inhumano, lleno de odio, molesto, sumamente racista que odiaba a gays, judíos y mexicanos por igual. Cuando hace pocos años el huracán «Catrina» devastó a Cancún, México, y provocó varias muertes, Phelps se alegró y dijo: «Gracias Dios por Catrina», pero no mandó ni un centavo de ayuda a los damnificados que tanto lo necesitaban. A pesar de los llamamientos a no ser como él, y respetar a sus familiares, el regocijo mundial no se ha hecho esperar. En Facebook.com hay varias imágenes muy ingeniosas y cómicas que celebran la muerte de ese loco intransigente, intolerante, racista, homofobicón y despreciable. A propósito, en México tenemos a dos homofóbicos despreciables: el activista Jorge Serrano Limón y el padre Daniel Nolasco Roa, 2 hipócritas farsantes, uno un corrupto activista que utilizó los fondos gubernamentales ($) para comprar ¡ROPA INTERIOR FEMENINA!, y el otro, protector de sacerdotes violadores de menores. Afortunadamente a cada capillita le llega su San Patricio.