José María Núñez: «Los Palomos nacieron como una respuesta desde la broma, pero también en el compromiso contra la homofobia»
Han pasado tres años desde que se celebrara La primera Caravana de Palomos Cojos (la palabra “cojos” desapareció en 2012), cuando miles de personas se concentraron en Badajoz convocadas por El Intermedio como respuesta a las palabras de su entonces alcalde, Miguel Celdrán (PP). En una entrevista, Celdrán había asegurado en tono jocoso que a los “palomos cojos” -una expresión utilizada para referirse con carácter despectivo a los homosexuales- en Extremadura “los echamos pa otro lao” (Celdrán afirmó luego que había sido malinterpretado). Dosmanzanas tuvo entonces un papel destacado: la entrada en la que recogimos lo sucedido, que hasta entonces había pasado desapercibido, fue publicada en la plataforma Menéame llegando rápidamente a portada. A partir de ahí otros medios se hicieron eco, desencadenando los acontecimientos que desembocaron en la primera caravana.
Mucho se ha transformado la fiesta desde entonces. Este año Los Palomos llegan a su cuarta edición, que se celebrará del 8 al 18 de mayo (el acto principal será el sábado 17 en la explanada de la Alcazaba de Badajoz). Con motivo de esta celebración a la vez reivindicativa y lúdica entrevistamos al coordinador de la Fundación Triángulo, en calidad de organizador. Además, hablamos con este reconocido activista sobre diversos temas de actualidad relacionados con el colectivo LGTB.
Todavía colean las declaraciones homófobas del exalcalde de Badajoz Miguel Celdrán. El nuevo primer edil, Francisco Javier Fragoso, ¿ha establecido algún tipo de lazo de reconciliación sincera entre el ayuntamiento y el colectivo LGTB?
Marcó diferencias desde que tomó posesión, claramente. De hecho nos visitó en nuestras oficinas por iniciativa propia al poco tiempo de tomar posesión como alcalde, y mostró interés en continuar apoyando el Festival FanCineGay, con el que el Ayuntamiento de Badajoz colabora desde que comenzó, y especialmente en que Los Palomos se pudieran desarrollar sin problemas y con su máxima colaboración. Es cierto que económicamente no se vuelcan lo que sería razonable para la dimensión del evento, pero también es verdad que ha intermediado para que el gobierno regional apoye el evento como lo ha hecho, cosa imprescindible para su continuidad, y más con la dimensión que poco a poco va tomando. Está claro que su perfil es conservador, como el partido al cual representa, pero creo sinceramente que en estos temas LGBT tiene la mente abierta.
Tres años después de la respuesta ciudadana a la actitud homófoba de Celdrán, ¿el sentido de esta caravana es todavía reivindicativo o, por el contrario, es ya puramente festivo?
De hecho este perfil reivindicativo va a ir en aumento. Muchos cuestionan que el Orgullo sea reivindicativo también por ser festivo, y nada que ver. Los Palomos nacieron como una respuesta desde la broma, pero también desde la invitación a la implicación ciudadana en el compromiso contra la homofobia, y Badajoz respondió. Y mucha gente mas. Así debe continuar siendo. Esto no es el Orgullo de ningún otro sitio, es el nuestro. Es nuestra manera de decir, año tras año, que en esta ciudad el amor y la libertad son un matrimonio bien avenido; es nuestra manera de decir que en Extremadura no sobra nadie, ame a quien ame. En las dos ediciones anteriores, en las que tuvimos que hacer albricias para poder llevar adelante la convocatoria, hicimos lo que pudimos que fue poco mas que consolidar la cita en el referente colectivo, manteniéndola viva, y no pudieron contar con el perfil activista que nos hubiera gustado, pero este año hemos desarrollado todo un programa previo de actividades, conferencias, cine, teatro, coloquios, etc., en la idea de que Los Palomos se conviertan en un altavoz de activismo LGBT.
¿Cuáles son las expectativas para esta edición de la caravana de Los Palomos?
El evento se redimensiona, ampliando espacios, incorporando actividades, creciendo, pero este desarrollo es una apuesta arriesgada. Hay de hecho personas que lo cuestionan. El tiempo nos dirá, y sobre todo la gente, si ha sido un acierto o no, o qué hay que consolidar y qué hay que redefinir de nuevo. Lo que está claro es que muchos pacenses y muchos extremeños queremos que Los Palomos se consoliden, con cambios, como poco a poco vayamos viendo que los ciudadanos quieren, porque este evento es de la calle, de la gente, de las personas. Como cualquier celebración ciudadana. Y en la idea actual, las caravanas han pasado de ser promovidas a ser autogestionadas por la gente. De hecho ya el año pasado no fuimos ni nosotros ni El Intermedio quienes la organizamos, sino que se lanzan desde diferentes puntos de la geografía de manera autónoma, al igual que este año ocurre.
¿Cree que esta celebración se mantendrá en el tiempo o tiene fecha de caducidad?
Con el tiempo lo veremos, pero nosotros y nosotras haremos todo lo que esté en nuestras manos para que sea una cita en el calendario de los extremeños y extremeñas, y de mucha gente del resto del país que cada vez nos conoce más y se anime a venir a vivirlo. Queremos que se configure como una cita imprescindible entre las principales de la agenda LGBT estatal.
¿Con qué respaldos institucionales y económicos cuentan los organizadores? ¿En qué medida se mantiene el apoyo del programa de la Sexta TV El Intermedio?
El Intermedio organizó la primera edición, como parte de su programa. En la segunda edición fueron colaboradores nuestros, tras plantearles nosotros que queríamos que lo repitieran, teníamos claro que queríamos mantener el evento en el tiempo. Les pedimos que volvieran a hacerlo, o que en su defecto nos cedieran el testigo, y esto hicieron, implicándose mucho en nuestra primera edición, la segunda en general, tanto a nivel de cobertura como de seguimiento en el programa, asumiendo nosotros la organización del evento en la ciudad. El tercer año el perfil de su programa fue tornando más hacia otro tono, y su implicación fue menor, aunque estuvieron ahí. Pero ya entonces acordamos que a partir de ahí volábamos solos. Esas segunda y tercera edición fueron ilusionantes, pero muy complicadas de financiar, teníamos claro que el modelo no era sostenible, y comenzamos a movernos, porque además también era claro que podía crecer, en dimensión y en contenidos, y en impacto en la ciudad y fuera de ella. Y llegamos a esta edición, con mas sedes, mas actividades, y mas financiadores, claro. Principalmente nos patrocinan el gobierno regional y la corporación local, pero es destacable el crecimiento de la implicación privada, con la incorporación de varias marcas y entidades. Pero la organización sigue corriendo por cuenta de Triángulo como entidad LGBT.
¿Considera que las desafortunadas declaraciones homófobas o sexistas de políticos o personajes públicos perjudican a la normalización LGTB?
Qué duda cabe. Todo referente público tiene impacto, en positivo si así fueran sus declaraciones, o en negativo si es el caso. Las declaraciones, decisiones y actos de Putin son demoledoras para las libertades en Rusia y en los países en los que influye, que no son pocos. Y oscurecen mucho la vida de gais, lesbianas, bisexuales y transexuales de esos países. Es mas, en general refuerza el poder y el ámbito de impacto de las muchas fuerzas regresivas que siempre están ahí, más en unos países que en otros, pero ahí están. Es imprescindible que los mandatarios y los países, y las personalidades públicas se impliquen en el combate de la homofobia y la transfobia. Tanto como combatir a los homófobos y tránsfobos.
En el extremo opuesto, ¿qué valoración hace de la reciente salida del armario pública del diputado extremeño Víctor Casco?
Fantástica. El paso que ha dado Victor, que nos pilló a todos por sorpresa, además de hacerle sentirse más libre y feliz a él, contribuye a avanzar en el camino de la igualdad y la libertad en nuestra tierra de la que, por cierto, demasiada gente tuvo que emigrar por sentir que su amor estaba condenado al ostracismo y a la represión, en la que aún vive demasiada gente a pesar de todo lo avanzado a nivel legal. Los afectos y los prejuicios no entienden mucho de leyes. Está claro que este tipo de gestos son muy positivos. Ojalá le imitaran algunos políticos de su partido o del PSOE y el PP. Y políticas, claro, que falta hace.
En otro orden de cosas, ¿qué prioridades tiene el colectivo LGTB extremeño en estos momentos?
Pues, supongo que similares a las de otros colectivos LGBT en otras comunidades autónomas españolas. Tenemos que consolidar el Servicio de Atención LGBT, nuestro Servicio Plural, que durante los últimos años ha acusado la crisis de una manera abrasiva, tenemos que desarrollar mucho más el trabajo que hacemos en los pueblos de nuestra tierra, en los que vive más de las tres cuartas partes de Extremadura. Consolidar lo logrado, que tanto trabajo ha costado levantar en estos casi diecinueve años de nuestra pequeña historia, el festival de cine, las acciones de prevención de VIH, que está repuntando el contagio, especialmente entre jóvenes, y apoyar el empoderamiento de transexuales, que mantienen vivo un grupo que ni hubiéramos imaginado hace unos años, y el de nuestras familias, al que le pasa tres cuartos de lo mismo. Precisamente acaban de asumir la organización para la primavera de 2016 del VI Encuentro Estatal de Familias LGBT. Y la educación, claro, esa tremenda asignatura pendiente, nuestra y de las instituciones. Esperemos tener pronto buenas noticias, llevamos trabajando un plan en este sentido para los próximos años con las administraciones. Y una propuesta legislativa contra la homofobia y la transfobia, que presentamos hace mas de medio año. Ojalá la veamos aprobarse pronto en el parlamento.
¿Cómo valora que 2014 se haya declarado en Extremadura año por el reconocimiento de derechos de las personas LGBT?
En Extremadura bien, muy bien de hecho. Pero en España no tanto. Es decir, bien siempre y cuando valga para algo, pero la realidad es que la mayoría del Congreso de los Diputados ha hecho un ejercicio de cinismo y de hipocresía al aprobar esa declaración. Todos aquellos que sustentan el gobierno de Rajoy. Los activistas, y los ciudadanos en general estamos algo cansados de las declaraciones de buenas intenciones, y estamos sobrepasando el hartazgo. El mismo Congreso de los Diputados que aprobó por unanimidad esta declaración, aprobó la desaparición de Educación para la Ciudadanía, o recortes tan brutales como los que tuvo la prevención de VIH/Sida con este gobierno de Rajoy, por poner algunos ejemplos. Y se quedan tan anchos los diputados del PP. La misma Ministra Mato votó a favor de declarar 2014 como el año de los derechos humanos LGBT mientras prohíbe a las mujeres lesbianas que puedan ser madres por reproducción asistida con cobertura pública. Es inadmisible, y nos lo tragamos sin que pase nada. Por eso, sin ánimo de confrontar pero sí de dar mi humilde opinión, dudo si era el mejor año para aprobar una declaración de ese tipo. Claro que hay que posicionarse en ese sentido, lo se muy bien. Tanto es así que la organización que coordino a nivel extremeño y a nivel estatal, Fundación Triángulo, es casi la única que se implica en apoyar con proyectos y programas de cooperación internacional a los activistas de otras latitudes donde la situación es muchísimo mas grave que aquí, en España y Europa, en general. Las organizaciones activistas LGBT españolas, y las de derechos humanos en general, deberíamos centrarnos en combatir los recortes de derechos y libertades que estamos sufriendo, que son muchos, sin dejar de denunciar y actuar a nivel mundial.