Perú: el proyecto de unión civil entre personas del mismo sexo, en vías de quedar seriamente descafeinado
Decepcionantes noticias las que nos llegan desde Perú, donde la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del Congreso sustituía esta semana el proyecto de ley de unión civil entre personas del mismo sexo por un sucedáneo denominado «unión solidaria», un contrato entre dos personas con independencia de su sexo que regularía aspectos patrimoniales pero que no las reconoce como unidad familiar. La decisión definitiva no se ha tomado todavía, pero a día de hoy parece difícil que el proyecto de unión civil sobreviva.
«La unión solidaria es el acuerdo de voluntad entre dos personas con capacidad de ejercicio, que origina derechos y obligaciones de carácter patrimonial y asistencial, que surten efecto entre sí y frente a terceros”, sostiene el nuevo predictamen de la mencionada comisión. Estos derechos incluirían acceso a la seguridad social y pensión de supervivencia, a visitas íntimas en penales, a la autorización para procedimientos médicos en caso de emergencia, a la adquisición de nacionalidad peruana para el compañero extranjero, a la protección contra la violencia familiar y a herencia (no en las mismas condiciones que el matrimonio). Sin embargo las dos personas firmantes del contrato (que podrán ser del mismo o de distinto sexo) no serán reconocidas como familia, no verán su unión inscrita en el registro civil y no se les concederá ni el parentesco de primer grado ni el derecho a cambiar su estado civil.
El nuevo predictamen se basa en los proyectos alternativos a la unión civil que habían sido presentados por congresistas conservadores, como Martha Chávez, Julio Rosas (que además de congresista es pastor evangélico) y Humberto Lay. El promotor del proyecto de ley de unión civil, Carlos Bruce, daba inicialmente su brazo a torcer y «en aras del consenso» se adhería a la propuesta «no porque refleje totalmente nuestro punto de vista, sino porque refleja aquellas cosas en la que están de acuerdo y que podemos estar aprobando como Congreso y dar un paso más hacia la igualdad». Bruce se mostraba dispuesto a que la nueva figura jurídica no tuviera consideración de familia, algo a lo que los congresistas conservadores se oponían.
La renuncia de Bruce era sin embargo respondida con fuerza por los activistas LGTB, que le reclamaron que no cediera. Lo cierto es que conforme se fue desarrollando el debate, cargado de alusiones homófobas y de discusiones procedimentales, la posibilidad de llegar a un consenso se empantanaba y finalmente el predictamen quedaba sin votar. La discusión se reanudará la próxima semana, y Bruce, tras las criticas recibidas, ya ha asegurado que solicitará que el proyecto de unión civil sea desacumulado del proyecto de unión solidaria. «Solicitaremos que nuestro proyecto de unión civil sea desacumulado de los demás de unión solidaria y se vote por separado», ha escrito en Facebook. «Por supuesto que va a ser rechazado», ha añadido.
Un debate cargado de homofobia
La discusión en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos fue además una muestra de hasta qué punto la homofobia más ramplona está instalada en muchos congresistas. “Disculpen mi ignorancia, pero que dos personas del mismo sexo tengan visita íntima es algo aberrante”, llegó a expresar el congresista Martín Rivas:
Tampoco faltaron argumentaciones religiosas. «La familia es una institución natural establecida por el creador”, manifestó Julio Rosas. “¿Vamos a conservar el agua, la tierra, el aire y no las instituciones naturales como el matrimonio, la familia?”, expresó por su parte Martha Chávez.
Estaremos atentos a lo que suceda la próxima semana, pero las perspectivas no son desde luego halagüeñas para el proyecto de unión civil, pese a contar con el aval del Ministerio de Justicia y la Defensoría del Pueblo y haber conseguido el apoyo de sectores relevantes de la sociedad civil peruana, como el escritor Mario Vargas Llosa (al que su apoyo le valió las críticas de la Iglesia católica). En fechas recientes el proyecto había sumado también los apoyos del ministro del Interior o de la ex primera dama de Perú. Por el momento no parece suficiente para hacer frente a la homofobia de los más conservadores.
¿ALGUIEN PREGUNTO A UN HIJO MENOR DE EDAD , SI QUISIERA TENER UN PAPA Y UNA MAMA, QUE AMBOS SEAN VARONES? ……, ;TODA UNION DE PERSONAS DEL MISMO SEXO PARA UNA CONVIVENCIA ES PERJUDICIAL PARA LOS HIJOS Y TRAUMATIZANTE PARA SU FORMACIÓN, ENTONCES QUE ¿FUTURO LOS ESPERA?
Hay veces que perdiendo se gana, pero nunca cuando es cuestión de derechos. Que el nombre no sea matrimonio es una perdida y que para colmo no le llamen familia y que tampoco se les cambie su estatus civil es una porquería pero todo esto es gracias de la estudies religiosa que es siempre la que se mueve para frenar derechos .
#1Carlos Condori busca mas allá da tus fuentes y encontraras respuesta a tu pregunta
Sin entrar a valorar lo equivocado de tu afirmación al establecer que la unión de personas del mismo sexo (cuánto eufemismo por no decir simplemente matrimonio) es »perjudicial para los hijos», ¿podrías plantearte qué menor querría haber nacido en una familia tradicional desestructurada? O falto de cariño, o desatendido, o… O qué problema tendría en haber nacido en el seno de una familia homosexual de no haberlo hecho en una sociedad infecta de homófobos que defienden tu postura y sólo buscan el estigma.
En la polémica que genera esta cuestión, es tremendamente injusto que sea el hecho en sí de que dos hombres o dos mujeres puedan ser padres lo que se rechace de plano, sin que se entre a valorar nada más, poniendo como conditio sine qua non que exista un hombre y una mujer y desdeñando cualesquiera otros hechos o circunstancias, por muy determinantes que éstos pudieran ser.
Lo peor de todo es que se utilice la innecesaria protección de los niños (¿protegerles de qué?)como patente de corso para evitar reconocer unos derechos que, de no entrar en juego la misma retórica religiosa de siempre, que niega hechos y se aferra a creer las enseñanzas de un carpintero que vivió hace más de 2000 años y desciende de un ser que habita en las nubes (¿No comprendéis que es simplemente inverosímil?), no habrían de ser pedidos, pues ya formarían parte del elenco de derechos de cualquier persona en cualquier sociedad que se tildase democrática.