Sentencia clave: la Corte de Apelaciones ratifica que es inconstitucional prohibir el matrimonio igualitario en Utah y apunta al Supremo
La Corte de Apelaciones del 10º Circuito ha rechazado la apelación presentada por la Fiscalía General del estado de Utah en contra de la sentencia que declaraba inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario en ese estado. Tras el aluvión de sentencias favorables en los distintos tribunales federales, la mayoría de ellas en suspenso en espera del proceso de apelación, se esperaba con indisimulado interés qué decisiones se tomarían en el circuito de apelaciones y sobre qué argumentos se basarían. La decisión favorable de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito, sin embargo, ha sido suspendida cautelarmente en espera de una ya confirmada apelación ante la máxima instancia judicial: el Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
Desde que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró inconstitucional la sección 3 de la DOMA (Defense of Marriage Act, la norma que impedía el reconocimiento por parte de la administración federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo), todas las sentencias dictadas por tribunales federales o estatales han sido favorables al reconocimiento del matrimonio igualitario. Pero muchas de ellas estaban suspendidas porque los representantes jurídicos de los distintos estados habían apelado esas decisiones.
El siguiente paso era saber qué decisión tomarían las Cortes de Apelaciones del Circuito Federal. Y el primer dictamen ha sido tomado este miércoles 25 de junio por la Corte de Apelaciones del 10º Circuito, que ha confirmado la primera de estas sentencias, la dictada por el juez Robert J. Shelby el pasado mes de diciembre, que estimaba que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo recogida en la legislación del estado de Utah violaba las garantías de igual protección y debido proceso recogidas en la decimocuarta enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
El panel de tres jueces conformado por Carlos F. Lucero, Paul J. Kelly Jr. y Jerome A. Holmes ha considerado, por dos votos favorables contra uno, que “quienes desean casarse con una persona del mismo sexo están facultados para ejercer el mismo derecho fundamental que les es reconocido a las personas que desean casarse con una persona del sexo opuesto”. También ha estimado que es “totalmente ilógico creer que el reconocimiento estatal del amor y el compromiso entre las parejas del mismo sexo alterará las decisiones más íntimas y personales de las parejas de distinto sexo”. Además, ha rechazado el argumento de la Fiscalía General de que el hecho de que las parejas del mismo sexo no puedan procrear es motivo para impedirles contraer matrimonio, ya que la facultad procreativa nunca ha sido un requisito exigido por el Estado. Finalmente, ha resuelto que prevalece el derecho de los demandantes a la igual protección y el debido proceso.
Esta decisión de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito, sin embargo, ha sido suspendida en la misma sentencia, en espera de una posible última apelación ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos. La Fiscalía General de Utah ya ha comunicado que presentará dicha recurso, para lo cual dispone de 90 días, aunque previamente solicitará que el pleno de los doce jueces que integran la Corte de Apelaciones revise el dictamen formulado por el panel de tres jueces.
Más sentencias en espera de apelación
Los mismo jueces conforman el panel que decidirá sobre la apelación presentada por la Fiscalía General del estado de Oklahoma contra la sentencia favorable al matrimonio igualitario en ese estado, cuyas audiencias tuvieron lugar poco después de las correspondientes a la apelación de Utah. Se espera, por lo tanto, que la decisión sobre el caso de Oklahoma se dé a conocer en breve y que sea igualmente favorable a los derechos LGTB. La jurisdicción de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito está integrada por los estados de Colorado, Kansas, Nuevo México, Oklahoma, Utah y Wyoming. En Nuevo México ya es legal el matrimonio igualitario, y en los cinco estados restantes la prohibición del mismo está denunciada. La decisión de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito en el caso de Utah hace previsible un resultado positivo en todas esas demandas.
Hasta ahora, ocho son los estados donde la justicia ya ha declarado inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario, pero esas sentencias permanecen en suspenso en espera de que se resuelva su apelación: Utah, Oklahoma, Virginia, Texas, Michigan, Arkansas, Idaho y Wisconsin. En Oregón y Pensilvania, sin embargo, las sentencias favorables adquirieron firmeza al no presentarse apelación. El fallo de la Corte de Apelaciones del 10º Circuito supone un avance importante en el proceso de reconocimiento de los derechos civiles de las personas LGTB en los Estados Unidos, y abre el camino para que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos tome una decisión que afectaría al conjunto de los estados que conforman esa nación.
Unos que si otros que no, pero estamos en la lucha. De apoco iremos logrando nuestros derechos.
Me gustaría hacer una observación sobre la noticia: Aunque sólo algunos medios comentan la cuestión, y la sentencia del 10º circuito no es explícita, las argumentaciones no son esta vez exclusivamente referidas a un estado, como la que dictó el 9º circuito con motivo de la Proposición 8 de California; bajo mi punto de vista de lego en la materia, la sentencia sería aplicable a todos los estados del 10º circuito de no haber sido suspendida hasta que se complete el proceso de apelación.
Independiente de que fueran o no para todos los estados del décimo circuito, hay demandas en todos los estados que lo conforman (me parece) por lo tanto en cualquier caso si los tribunales federales (o estatales, dependiendo del caso) declararan inconstitucional el prohibir el matrimonio igualitario en las constituciones estatales o en las leyes y posteriormente las fiscalías generales apelaran, son estos mismos jueces los que definirían el litigio y queda clarísimo que lo harían favorablemente al matrimonio igualitario.
Por lo tanto, en el caso de que no conformes con esto, los homófobos se dirigieran al Tribunal Supremo, es este el que debiera pronunciarse de una manera definitiva. Osea lo más práctico sería que de una vez por todas el Supremo tocara el fondo del asunto y estableciera la constitucionalidad del matrimonio igualitario en todo Estados Unidos. Sería una sentencia tan histórica como la del mestizaje en 1967 o del aborto seis años después. Esperemos que no sea en mucho tiempo más (ojalá antes de las elecciones presidenciales del 2016) y que sea una sentencia tan libertaria e impositiva de los derechos humanos como las anteriores 🙂