Cámara de seguridad capta el estremecedor intento de asalto de un grupo neonazi a un local de ambiente gay en Kiev (Ucrania)
Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En todo caso, los vídeos que mostramos en esta entrada son elocuentes de la situación de las personas LGTB en muchos lugares del este de Europa, y más en concreto en Ucrania, donde los grupos de extrema derecha parece haberse hecho fuertes tras la llegada al poder de los nacionalistas antirrusos. Las imágenes muestran dos ataques de un grupo de neonazis a un local gay de Kiev, en Ucrania.
Las imágenes corresponden al Pomada Club (Club Pintalabios, en castellano) un local de ambiente gay de la capital ucraniana, y aunque la mayoría de los medios LGTB internacionales solo recogen uno de los vídeos y lo reportan como pertenecientes a un único ataque, en realidad existen dos vídeos fechados en días sucesivos, lo que parece indicar que en realidad ha existido más de un ataque perpetrado posiblemente por los mismos agresores.
El primer vídeo muestra a un grupo de aproximadamente 20 jóvenes claramente identificables como neonazis por su aspecto y simbología que intenta entrar a la fuerza en el local. En las imágenes se aprecia cómo los clientes que se encontraban en la puerta se apresuran a entrar cuando se dan cuenta. Un joven que también se disponía a entrar opta por salir huyendo y es perseguido por dos de los neonazis. Por fortuna vemos como rápidamente estos dos regresan con el resto, por lo que intuimos que el joven consigue huir. Varios de los neonazis penetran en el local, pero tras lo que parece ser un forcejeo en el interior, posiblemente con la seguridad del local (las imágenes están grabadas por una cámara de seguridad exterior y no es posible ver lo que sucede), vuelven a salir casi de inmediato, cierran la puerta y huyen del lugar:
Este vídeo está fechado, según la cámara de seguridad, el pasado día 5, y es el que más se ha difundido. Pero existe además un segundo vídeo, fechado un día después, que resulta incluso más sobrecogedor, y que muestra a un grupo de neonazis (probablemente el mismo) que se acercan a la puerta del local, ataviados muchos de ellos con pasamontañas, guantes, ropa militar y alguna mochila. Indumentaria que da a entender una mayor planificación y su disposición a perpetrar una agresión aún más terrible.
La puerta está en este caso cerrada, aunque el grupo llama al timbre, esperando sin duda poder entrar a la fuerza en el momento en que se entreabra un poco. En ese momento los jóvenes se fijan en la cámara de seguridad y la destrozan, cortando la grabación:
Aunque existe cierta confusión sobre la secuencia de acontecimientos, lo cierto es que las imágenes hablan por sí solas, y de hecho el Ministerio del Interior ucraniano habría confirmado que en algún momento los agresores llegaron a arrojar al interior del local una bomba de humo y varios petardos, con la evidente intención de generar el pánico entre los clientes. La agresión podría haber terminado en tragedia, aunque parece que en esta ocasión se saldó sin víctimas.
El asalto al local gay se produjo coincidiendo precisamente con la cancelación del Orgullo LGTB de Kiev, del que informábamos esta misma semana, por no ser el “momento adecuado para una celebración”. La amarga paradoja es que, con esta violación de los derechos de manifestación y expresión, las autoridades ucranianas adoptan la misma actitud que sus adversarios rusos. Los habitantes LGTB de Kiev ven cercenados sus derechos de la misma manera que sus hermanos de Moscú, o incluso sus hasta hace unos meses compatriotas de Sebastopol, en la península de Crimea, que comprobaron cómo eran prohibidas las manifestaciones del Orgullo de este año tras su anexión a Rusia, en aplicación de las leyes homófobas vigentes en ese país.
Ucrania y Rusia. En homofobia, tanto monta…
Ya en 2013 los tribunales prohibían la que hubiera sido primera Marcha del Orgullo de la capital ucraniana a petición de un grupo de parlamentarios que esgrimían también como motivo para la prohibición los posibles disturbios entre manifestantes y opositores a los derechos LGTB. Sin embargo, a pesar de la orden judicial, una cincuentena de activistas se manifestaba días después por las calles de Kiev, teniendo que ser protegidos por la policía de la violencia de los grupos de fanáticos. La amenazante presencia de esos mismos grupos obligó a suspender en 2012 todos los actos reivindicativos programados.
Las espantosas imágenes del ataque al activista LGTB Svyatoslav Sheremet cuando comunicaba esta suspensión estremecieron al mundo y se convirtieron en símbolo de la implacable homofobia social que asola a Ucrania. Y es que, cuando de los derechos de las personas LGTB se trata, pocas son las diferencias reales entre Rusia y Ucrania.