Un estudio con grandes empresas norteamericanas visibiliza la discriminación laboral contra las personas LGTB
Nueva confirmación de la discriminación laboral de las personas LGTB. Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos ha puesto de manifiesto sus mayores dificultades a la hora de acceder a un puesto de trabajo: en condiciones de igual preparación, o incluso de objetiva superioridad, las personas que eran percibidas como LGTB tenían menos posibilidades de ser seleccionadas. Se trata además de una discriminación difícil de detectar y combatir, pues se camufla bajo el velo de las preferencias para dar paso a unos currículos sobre otros.
La investigación fue realizada por el Equal Rights Center, una organización con más de 30 años de historia dedicada a la lucha contra diversos tipos de discriminación, y Freedom to Work, asociación LGTB que actúa frente a la discriminación laboral de este colectivo. El método fue sencillo: se enviaron currículos ficticios de 200 candidatos, repartidos en grupos de dos. Las empresas seleccionadas fueron ocho y tienen contratos con el gobierno federal de Estados Unidos. En siete de los ocho casos, se trata de empresas que no prohíben la discriminación contra las personas LGTB. En el octavo caso, el de ExxonMobil, los accionistas han rechazado por votación en reiteradas ocasiones una resolución contra la discriminación por orientación sexual.
En cada uno de estos dos currículos enviados, había uno en el que se mostraba una experiencia del candidato en un colectivo LGTB. Dicha experiencia significaba objetivamente un mérito para los requisitos del puesto al que se concursaba. El otro supuesto candidato reflejaba experiencia en una organización de un ámbito no LGTB. La otra diferencia era que el perfil del candidato con experiencia en asociaciones LGTB era más sólido y mostraba una cualificación superior para el puesto.
Los resultados fueron claros: los trabajadores con «currículos LGTB” tienen un 23 % menos de posibilidades de que los volvieran a llamar. De nada sirvió que estos currículos fueran superiores: aún así los candidatos menos formados del otro grupo recibían más respuestas (podéis consultar los resultados en detalle pinchando aquí).
Un buen ejemplo es lo sucedido con «Jennifer” frente a “Michelle”, dos candidatas ficticias para un puesto de auxiliar administrativo en ExxonMobil. Las dos tenían formación similar en cuanto a nivel educativo, fueron a la misma universidad y tenían cualificaciones similares. Sin embargo, Jennifer mostraba experiencia en activismo LGTB mientras que Michelle en el feminismo. Además, Jennifer había tenido un cargo de mayor responsabilidad en su trabajo anterior, con lo que aventajaba a Michelle. Las solicitudes fueron enviadas el 14 de diciembre de 2012. Michelle recibió dos llamadas para una entrevista. Al no haber respuesta, Exxon le envió un correo electrónico indicando que el puesto estaría disponible hasta el día 21. En todo este tiempo, Jennifer recibió la callada por respuesta.
Los resultados muestran la misma tendencia que trabajos previos. En 2011 nos hacíamos eco, por ejemplo, de otro estudio de la Universidad de Harvard que comparó dos currículos prácticamente idénticos que fueron enviados en respuesta a 1.700 ofertas de puestos de trabajo cualificados en siete estados de Estados Unidos. La única diferencia fue que en uno se mencionaba entre los antecedentes experiencia como tesorero en un colectivo gay universitario, mientras que en el otro se mencionaba una experiencia similar en una “Alianza Progresista y Socialista» (para que ambos perfiles fueran percibidos como pertenecientes a un candidato de ideología progresista y eliminar un posible sesgo ideológico). El currículo perteneciente al supuesto candidato gay tenía un 40 % menos de posibilidades de ser contactado.
Estudios que vienen a apoyar la pertinencia de la decisión del presidente Obama de promulgar un decreto para acabar con la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género en las empresas con contratos federales. Verdaderamente, los resultados confirman la necesidad de estas leyes, en Estados Unidos y en otros países como el nuestro. Y es que la discriminación puede tener muchos rostros y uno especialmente eficaz por indetectable es el de la selección de personal donde siempre pueden alegarse otros motivos.
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Me gustaría que aclararan una cosa: al inicio de la noticia se dice que, de las empresas involucradas en el estudio, siete de ocho no tienen ordenanzas anti discriminación y luego se menciona que en el caso excepcional sus miembros han rechazado el emitir ordenanzas en tal sentido. No entendí nada 🙁
Hola Seba.
En ningún caso las empresas tienen regulaciones antidiscriminación. En siete de los ocho sencillamente no las tienen. En el octavo, ExxonMobil, se ha intentado implementar una regulación, pero los accionistas, al votarlo, lo han rechazado varias veces.
Así pues, ninguno las tiene, y una de ellas además cuenta con que sus accionistas reiteradamente lo han rechazado.
Saludos.
OK, me queda todo clarísimo. Muchas gracias guapo, un beso 😉