Los nuevos reyes invitan al presidente del colectivo LGTB Ben Amics a la recepción a representantes de la sociedad balear
Los nuevos reyes de España continúan con su empeño de transmitir una imagen más contemporánea que la de sus antecesores, y por segunda vez desde que ascendieron al trono han invitado a un representante del colectivo LGTB a una recepción oficial. Ha sido en Palma de Mallorca, donde Jan Gómez, presidente de Ben Amics, acudió al Palacio de la Almudaina.
Palma de Mallorca es el lugar donde tradicionalmente los reyes se instalan durante el mes de agosto. Durante esa estancia es habitual la celebración de una recepción a representantes institucionales de Baleares, que en esta ocasión tuvo lugar el jueves pasado. El nuevo rey Felipe VI y su esposa Letizia Ortiz han querido que esta vez la recepción incluyera a personalidades del mundo asociativo, cultural, científico y deportivo de las islas, entre los cuales estaba Jan Gómez, presidente de Ben Amics, el más relevante de los colectivos LGTB baleares (y miembro de la FELGTB). La noticia, por cierto, ha sido recogida con profusión por los medios de comunicación generalistas, que han destacado el hecho de que Gómez acudiera a la recepción con un bonito abanico arco iris.
«Se trata de un hecho histórico porque supone un acto de visibilidad del colectivo y un reconocimiento a nuestra lucha por los derechos del colectivo LGTBI y en contra de la discriminación en las Islas Baleares”, ha declarado Jan Gómez, que antes de acudir al evento hizo pública su intención de explicarle al rey que el colectivo LGTB es el más atacado en España según los datos policiales sobre delitos de odio conocidos recientemente y de animarle a que defienda por igual a toda la ciudadanía independientemente de su orientación afectivo-sexual o identidad de género. Desde Ben Amics han querido destacar esta invitación supone un espaldarazo «a tantos años de esfuerzos frente al ninguneo institucional” y que el hecho de aceptarla no supone que esta entidad no sea favorable a un referéndum sobre el modelo de Estado «que permita a la ciudadanía española expresar libremente su voluntad».
Marcando distancias con sus antecesores
Con independencia de otras consideraciones políticas y sociales, lo que no puede negarse a los nuevos reyes es su interés por marcar distancias con sus antecesores con este tipo de gestos. Frente al ninguneo de Juan Carlos y Sofía, Felipe y Letizia ya han incluido en dos ocasiones a representantes de colectivos LGTB entre sus invitados. La primera vez fue a finales de junio, cuando ofrecieron una recepción a colectivos sociales en el madrileño Palacio de El Pardo. Allí estuvieron representantes de la FELGTB, de Fundación Triángulo y de COLEGAS.
Detrás de esta mayor sensibilidad se encontraría muy posiblemente Letizia Ortiz, de la que ya como princesa se conocían alusiones positivas a la realidad LGTB. En diciembre del año pasado aprovechó un discurso para hacer una mención a La vida de Adèle, película de temática lésbica, y en 2011, durante una visita a Chile, mantuvo una conversación con el escritor Pablo Simonetti en la que le comentó a este que en España el matrimonio era “para todos” y que se trataba de algo ya “arraigado”. Palabras que al trascender a la prensa generaron gran polémica en los círculos más conservadores y llevaron a la Casa Real a emitir un inusual comunicado que afirmaba que Letizia Ortiz se había limitado a “exponer la legislación vigente en esta materia en España”.
Nada que ver, desde luego, con las declaraciones de su suegra, la reina Sofía, que en un vergonzoso alarde de homofobia manifestaba hace años, entrevistada por Pilar Urbano, su posición contraria al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la celebración del Orgullo LGTB (dato curioso si se tiene en cuenta que el propio padre de Sofía, Pablo I de Grecia, mantuvo relaciones homosexuales en su juventud).