El Orgullo de Taiwán vuelve a congregar a una multitud por los derechos LGTB
Nuevo éxito de convocatoria del Orgullo de Taipéi, la capital de Taiwán, evento que se consolida como uno de las principales citas anuales LGTB de Asia. Bajo el lema “Walk in Queer Shoes”, unas 65.000 personas volvieron a reclamar la igualdad legal el pasado sábado en una de las sociedades más abiertas a la diversidad del continente.
En la 12ª edición del Orgullo en la capital de la (oficialmente) República de China, los manifestantes han vuelto a demandar, como ya lo hicieran el año pasado, la aprobación de una ley de matrimonio igualitario. La lucha se centra ahora en el plano legislativo, después de que el año pasado el histórico activista Qi Jia-wei (o Chi Chia-wei) y su novio emprendieran una batalla jurídica tras intentar infructuosamente contraer matrimonio. La pareja decidió llevar su caso a la Corte Administrativa de Taipéi, que en marzo de este año desestimó su demanda al considerar que según la legislación vigente en Taiwán, el matrimonio debe contraerse entre un hombre y una mujer.
Anteriormente ya había protagonizado un esfuerzo similar la pareja formada por Chen Ching-Hsueh (o Nelson Chen) y Kao Chih-wei, cuyo caso estuvo a punto de generar una sentencia en el Tribunal Constitucional en enero de 2013. En aquella ocasión, los interesados retiraron el recurso antes de obtener una resolución del alto tribunal, debido a las presiones y amenazas que recibieron en las redes sociales por parte de extremistas homófobos. Nelson Chen aseguraba entonces que él y su prometido ya no querían “ser la única pareja gay de Taiwán en dar la cara”.
El apoyo a los derechos LGTB, por otra parte, progresa a nivel social, a pesar de la ausencia de avances legales. En septiembre del año pasado, 800 activistas celebraron con gran éxito un banquete nupcial frente a la sede presidencial para reclamar la aprobación del matrimonio igualitario. Una encuesta conocida hace unas semanas mostraba, de hecho, que un 53% de los taiwaneses lo apoyaría. Taipéi, por su parte, es considerada por muchos la ciudad más gay-friendly del continente asiático y es hoy un destino turístico LGTB en alza. Las marchas del Orgullo (“Taiwan LGBT Pride“) se consolidan además como un hito de visibilidad que aúna reivindicación y fiesta con una participación más que considerable. Ya en 2012 recogíamos el éxito de la celebrada entonces, que convocó a más de 65.000 personas.
Un éxito que se ha repetido este año en su 12ª edición, en la que la principal reivindicación sigue siendo el matrimonio igualitario. Tras el inicio de la discusión de un proyecto de ley en este sentido, la situación parecía haberse estancado hasta que en septiembre, la diputada Yu Mei-un prometiera la tramitación de la iniciativa antes de que acabe el actual periodo de sesiones. Mientras tanto, los activistas siguen intentando registrar sus matrimonios, pero la administración deniega sistemáticamente sus peticiones y los grupos homófobos liderados por una minoría cristiana también comienzan a organizarse para intentar obstaculizar cualquier avance. De hecho, la Alianza de Guardianes de la Familia de Taiwán ha tachado de “inmoral” la marcha del Orgullo y ha pedido que se investigue por si se produjo algún delito de “escándalo público”.