Vietnam elimina el veto al matrimonio igualitario y se consolida como referente LGTB en el sudeste asiático
Cada vez está más cerca la posibilidad del matrimonio igualitario en Vietnam. El gobierno ha dado un paso más al retirar la prohibición explícita a las parejas del mismo sexo de contraer matrimonio. Sin embargo, todavía queda un largo recorrido, ya que ello no supone que las parejas que celebren una ceremonia de boda vean reconocidos los derechos que la ley otorga a los matrimonios heterosexuales. El gobierno vietnamita también promueve la eliminación de “prácticas obsoletas del matrimonio” como la poligamia, las uniones forzosas, la obligación de que una viuda contraiga nuevo matrimonio con el hermano del difunto y se garantizará los enlaces entre parejas pertenecientes a grupos étnicos distintos que así lo deseen.
La situación puede resultar chocante desde el punto de vista occidental, ya que la eliminación de la prohibición de las bodas entre personas del mismo sexo no conlleva por el momento su reconocimiento jurídico, pero supone sin duda un nuevo avance que se produce después de que ya en 2013 un decreto suprimiera las multas económicas a las ceremonias nupciales igualitarias (y que el estado podía imponer a los contrayentes aunque su unión no tuviera validez legal). Algunos medios apuntan que el desembarco de Ted Osius, abiertamente gay, a la embajada de Estados Unidos en el país asiático ha supuesto un referente positivo. Osius llegó a Vietnam en diciembre junto con su esposo, Clayton Bond, y su hijo. Para Luong La Huy, representante del Instituto de Estudios de la Sociedad, Economía y Medio Ambiente de Hanói (capital de la república socialista), el embajador norteamericano Ted Osius “promueve una muy buena imagen de una persona de éxito que es gay”.
Según la misma fuente, el cambio hacia políticas más inclusivas con la comunidad LGTB podría suponer un impacto beneficioso en el sector turístico de Vietnam. El 29 % de la comunidad LGTB de los Estados Unidos, señalan, realiza al menos cinco viajes de ocio al año, generando un volumen de cien mil millones de dólares en el negocio del turismo. En este sentido, Luong La Huy se dirige a los legisladores que consideran que “la sociedad en Vietnam necesita un poco de tiempo para aceptar a los gais y las lesbianas en general” y les lanza el mensaje de que “el matrimonio entre personas del mismo sexo no es perjudicial para la sociedad”.
Por su parte, el investigador en el Instituto Alemán de Estudios de Área Global Joerg Wischermann ha asegurado que la despenalización del matrimonio igualitario “es algo extraordinario en una región en la que muchos países cuentan con sociedades profundamente conservadoras”. No obstante, Wischermann también considera que esta apertura, igualmente, “es una forma de atenuar un mal registro en derechos humanos”.
Derechos LGTB en el contexto asiático
Como ha ido recogiendo dosmanzanas, poco a poco la realidad LGTB va ganando visibilidad en Vietnam. En agosto de 2012 tuvo lugar la primera celebración del Orgullo LGTB en las calles de Hanói, con el beneplácito de las autoridades, y en 2013, cientos de personas se congregaron de nuevo en la capital vietnamita para reclamar la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo. En abril de 2013 también nos hacíamos eco del éxito de una serie juvenil de temática LGTB distribuida a través de internet. Todas estas noticias muy alejadas de hechos como la pareja que fue multada con 200.000 dongs (unos ocho euros) por la celebración pública de una unión en mayo de 2012 y que fue abortada por la policía.
Hasta el momento ningún país asiático permite a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio. Hace unas semanas informábamos de que Taiwán se convertía en el primer país del continente en llevar el debate sobre el matrimonio igualitario a su parlamento. En Nepal, por ejemplo, se hablaba en 2013 de la posibilidad de que su nueva Constitución permitiera las uniones igualitarias. Pero en agosto publicábamos que este país podría pasar de prometer el matrimonio igualitario a plantearse la modificación de su Código Penal para volver a criminalizar la homosexualidad.
En mayo de 2014 entró en vigor en el sultanato de Brunéi la reforma del Código Penal, que irá adaptándose a la sharia (o ley islámica) en un proceso ya programado que constará de tres fases. La última implicará la pena de muerte por lapidación para las relaciones entre personas del mismo sexo, el adulterio, la apostasía o las relaciones extramatrimoniales. Y tampoco van llegando buenas noticias desde la India. Esta misma semana, sin ir más lejos, informábamos en otra entrada de la detención de más de 600 personas acusadas de practicar la homosexualidad.
Con los avances llegando desde Estados UNidos, los países del mundo se hacen eco, en mayor medida donde las sectas religiosas no libran un guerra santa a la mudanza, el ejemplo que países como ESpaña o mismo Argentina dan son sustento para la lucha del movimento LGBT