La negativa vaticana a que Álex Salinas sea padrino de su sobrino confirma la transfobia de la iglesia de Francisco
Hartazgo, asco, repugnancia. Es lo que nos produce el juego hipócrita de la jerarquía católica, que ahora vuelve a denegar a Álex Salinas la posibilidad de ser padrino del bautizo de su sobrino por su condición de hombre transexual, «contraria a la naturaleza del hombre». La decisión adoptada por la Congregación de la Doctrina de la Fe ha sido hecha pública en un comunicado por el obispado de Cádiz, que además refuerza la argumentación aludiendo a la reciente encíclica «ecologista» del papa Francisco en la que este cargaba contra la transexualidad.
Recordamos la historia: solo seis meses después de que –haciendo gala de su magistral habilidad para los gestos mediáticos– el papa Francisco recibiera en Roma a Diego Neria, hombre transexual y católico practicante, el obispado de Cádiz negaba a Álex Salinas, otro hombre transexual y también católico practicante, ser el padrino del bautizo de su sobrino, tal y como deseaba su hermana, madre del niño. El revuelo mediático y social generado propició la aparente marcha atrás del obispado, decisión tras la cual el propio Salinas, en entrevista a dosmanzanas, reconoció sentirse muy emocionado. «No empecé a ser consciente hasta que empezaron a llamarme familias con niños pequeños trans para darme las gracias… ¡es muy emocionante!”, nos contaba el joven de San Fernando. “Incluso muchas madres de niños trans han definido lo sucedido como la ‘transrevolución’”, añadía.
Pero el asunto no quedaba cerrado, lamentablemente. Lo explica el propio obispo de Cádiz en el referido comunicado: «por la complejidad y relevancia mediática alcanzada por este asunto, teniendo en cuenta las posibles consecuencias pastorales de cualquier decisión al respecto, he elevado una consulta formal ante la Congregación para la Doctrina de la Fe».
La respuesta de la institución vaticana, heredera directa del desaparecido Santo Oficio, no admite dudas:
Sobre este particular le comunico la imposibilidad de que se le admita. El mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo. Por tanto resulta evidente que esta persona no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino, no pudiendo por tanto ser admitido al cargo ni de madrina ni de padrino (CIC can 874 §3). No se ve en ello una discriminación, sino solamente el reconocimiento de una objetiva falta de los requisitos que por su naturaleza son necesarios para asumir la responsabilidad eclesial de ser padrino.
El obispado de Cádiz, para reforzar la negativa, alude también a la reciente encíclica Laudato si’ (“Alabado seas”) de Francisco:
En efecto, el Papa Francisco ha afirmado en varias ocasiones, en continuidad con el Magisterio de la Iglesia, que esta conducta es contraria a la naturaleza del hombre. En su última encíclica acaba de escribir: “La ecología humana implica también algo muy hondo: la necesaria relación de la vida del ser humano con la ley moral escrita en su propia naturaleza, necesaria para poder crear un ambiente más digno. Decía Benedicto XVI que existe una «ecología del hombre» porque «también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo». En esta línea, cabe reconocer que nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una actitud que pretenda «cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe confrontarse con la misma»” (Laudato si, n.155).
Por estas razones, se ha hecho saber a los interesados que no puede aceptarse su solicitud.
Desde dosmanzanas ya lo avisábamos. La encíclica de Francisco sobre el medio ambiente (que tantas alabanzas recibió…) contiene un claro mensaje de LGTBfobia, muy especialmente dirigido en este caso contra las personas transexuales. Es, en concreto, en el punto 155 de la encíclica, donde el papa aprovecha para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad” para “reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente”. Según el argentino, «cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana.
«Me siento utilizado y engañado por mi propia Iglesia (…) Mi hermana ya me ha dicho que como esto sea verdad no bautizará a su hija», ha declarado Álex Salinas al diario El Mundo tras conocer la noticia. «Me están alejando de la Iglesia, ya no me espero nada de ellos», añade.
Carla Antonelli: «absolutamente perverso»
«Te quedas sin palabras de como se puede ser tan inmisericorde y trilero, jugando con los sentimientos de Álex Salinas, le dicen que sí generándole la ilusión de ser el padrino y ahora le comunican que la Congregación de la Doctrina de la Fe (Antigua Inquisición -literal-) y el mismísimo papa ha dicho que no puede serlo porque su propia existencia va en contra de ser cristiano», expresaba en un breve comunicado, nada más conocer la noticia, la diputada socialista en la Asamblea de Madrid y activista Carla Antonelli.
«Ante tanta crueldad solo te queda pensar que la verdadera incongruencia es de quienes dicen ser los representantes de la doctrina que predica respeto y amor al prójimo pero que la aplican para dar rienda suelta a los odios, fobias y machacar al semejante; en una palabra, indignos representantes del dogma en origen. Profundamente defraudada con el papa Francisco y los cantos de sirena que te arrojan sobre Escila y Caribdis. Absolutamente perverso», añade.
La obsesión de la Iglesia católica con la transexualidad
Lo sucedido con Álex Salinas refuerza la idea a la que ya hemos hecho mención en anteriores entradas: a la enfermiza fijación contra las relaciones entre personas del mismo sexo, la jerarquía católica añade ahora la condena a las personas trans, tradicionalmente ignoradas por la institución. En España tenemos el ejemplo del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, que no ha dudado en incluirlas en sus diversas diatribas. La última de la que nos hicimos eco ocurrió en diciembre, cuando incluyó a la “despatologización de la así llamada transexualidad” en la lista de supuestos objetivos de una perversa agenda LGTB.
Otro ejemplo es el del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que en enero de 2013 difundía su mensaje tránsfobo en una carta pastoral en la que criticaba la “ideología de género” que “rompe todo lazo del hombre con Dios a través de su propia naturaleza” y “sitúa al hombre por encima de Dios” “La ideología de género es una filosofía, según la cual el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente”, añadía. “Ya no valdrían las ecografías que detectan el sexo de la persona antes de nacer. Esperamos un bebé. ¿Es niño o niña? La ecografía nos dice claramente que es niña. No. Lo que vale es lo que el sujeto decida. Si quiere ser varón, puede serlo, aunque haya nacido mujer. Y si quiere ser mujer puede serlo, aunque haya nacido varón. No se nace, se hace. Al servicio de esta ideología existen una serie de programas formativos, médicos, escolares, etc. que tratan de hacer ‘tragar’ esta ideología a todo el mundo, haciendo un daño tremendo en la conciencia de los niños, adolescentes y jóvenes”, aseguraba el obispo de Córdoba.
De hecho, en noviembre de 2006, Fernández ya había publicado otra carta titulada “Dios ama también a los homosexuales” (sic) en la que calificaba a la ley de identidad de género, que permite a las personas transexuales modificar su identidad registral sin necesidad de proceso judicial, como “contraria a la verdad del hombre” y “extorsión del plan de Dios”.
“Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba por su parte el papa Francisco solo unos meses antes de su última encíclica.
Político mexicano ,sacado del closet cuando se debate el matrimonio igualitario en San Luis Potosí.
http://www.proceso.com.mx/414302/2015/09/01/difunden-fotos-de-panista-que-rechaza-bodas-gay-besandose-con-otro-hombre/d
Desde el respeto a que cada uno pueda creer en lo que quiera. Pero considero que las personas LGTBI que quieren pertenecer a la Iglesia hacen un daño terrible a su autoestima. ¿Por qué querer estar en una organización que siempre te va a considerar un pecador o un enfermo? Yo crecí con una educación católica, no muy estricta, pero hizo que mi adolescencia estuviera llena de miedos y culpa. Ahora soy ateo, y soy mucho más feliz sin necesitar la aprobación de ningún ser imaginario inventado por una organización que solo quiere controlar y manipular, como cualquier secta.