Conócete a ti mismo: crítica de la serie «Transparent»
El pasado 8 de marzo, coincidiendo con el Día de la Mujer, los que una vez fueron conocidos como hermanos Wachowsky pasaron a ser las hermanas Wachowsky al adoptar Andy el nombre y la identidad de Lilly —un nombre muy similar al de una de las primeras mujeres que se sometió a cirugía de reasignación, Lili Elbe, protagonista de La chica danesa—, o sea, declararse una mujer transgénero. Lilly ha seguido así los pasos de su hermana Lana (antes Larry), quien confirmó su transexualidad durante el Festival de Toronto de 2012 a raíz del estreno de El atlas de las nubes, película que precisamente lidia con las muchas identidades de varios intérpretes (Tom Hanks, Halle Berry, Jim Broadvent, Hugo Weaving, etc.) a lo largo del tiempo y el espacio. De esta curiosa manera, la mítica Matrix (1999), típica “película de tíos”, ha pasado a estar dirigida por dos mujeres, siendo además Lilly y Lana Wachowsky las dos primeras realizadoras transgénero conocidas internacionalmente, lo que supone un importante paso para la comunidad LGTB (y la transexual en concreto, claro).
Precisamente hace tres semanas defendía yo en esta misma columna cómo la película La chica danesa y el musical teatral Priscilla contribuían a visibilizar la transexualidad de formas muy diferentes [artículo]. Pues bien, hoy voy a hablar de una obra que representa un importantísimo punto y aparte al respecto: la serie televisiva Transparent, producida por Amazon Studios y disponible en España a través de ‘Movistar Series’. Creada y dirigida por Jill Soloway, la serie es una representación de la propia vida de esta, quien salió del armario públicamente el pasado diciembre en una entrevista con el New Yorker y tiene un padre —ahora, segunda madre— transexual al que llama Moppa. Así, el alma de Transparent es Maura Pfefferman (nacida como Morton L. Pfefferman y encarnada maravillosamente por Jeffrey Tambor), una profesora universitaria retirada que trata de aceptar su propia identidad cuando parecía que la vida no le depararía más sorpresas. Los sorprendidos hijos, todos ellos perdidos en la existencia, son: Sarah (Amy Landecker), una madre de familia que engaña a su marido con una mujer pese a no tener del todo clara su propia sexualidad; Josh (Jay Duplass), un exitoso productor musical con serios problemas de faldas derivados de su propia incapacidad de comprometerse, y Ali (Gaby Hoffman, secundaria de la serie Girls), una joven inteligente pero carente de claras motivaciones que aprovecha su tiempo libre para experimentar cuanto puede. La familia se completa con la desenfadada Shelly (hilarante Judith Light), quien mantiene una peculiar relación con su ex, a quien inesperadamente apoya incondicionalmente en su proceso de cambio.
“Conócete a ti mismo”, rezaba una inscripción del templo de Apolo de Delfos. Pues bien, como sucede en la mencionada serie Girls (un Sexo en Nueva York más moderno y menos elegante de obligado visionado para quienes se encuentren en el limbo entre los veinte y los treinta), los personajes de Transparent desprenden un tedioso egoísmo que no es más que el reflejo de su incapacidad para conocerse a sí mismo. Dolorosamente honesto, el sagaz guion evita en todo momento juzgar a unos personajes impregnados de una crisis de identidad que los vuelve tan insoportablemente incomprensibles como conmovedoramente humanos. De hecho, al margen de la obvia referencia a la transexualidad, el título de la serie es perfecto reflejo de la transparencia con que se revelan unas emociones que, tras conquistar a los Globos de Oro con su primera temporada (mejor serie cómica y mejor actor cómico), han madurado enormemente en la segunda. Se trata además de un show difícil de categorizar, ya que instantes verdaderamente divertidos se entrelazan con una trama desgarradoramente melancólica marcada por la aceptación del paso del tiempo y las propias sorpresas que la vida conlleva. Nos encontramos, indudablemente, ante una de las series LGTB más especiales de todos los tiempos.
Un apunte: LiliELbe no fue la primera mujer transexual como parece sugerir el artículo. Que sea la primera que se sometió a cirugía de modificación de la apariencia de los genitales no significa que haya sido la primera mujer transexual. Digo esto porque se puede entender que la transexualidadd es un «invento moderno». Cuidado. Por lo demás, gran artículo. Felicidades.
Gracias Sandra; siento que el texto diera lugar a error: por supuesto, Lili fue la primera mujer que se sometió a la cirugía; quién fue la primera persona transexual es imposible de saber, pues con gran probabilidad la transexualidad, al igual que la homosexualidad, date del amanecer de los tiempos. Un saludo 🙂
Transparent es una serie entretenida que animo a ver. Eso sí, la primera temporada parece un poco más amateur, mientras que la segunda tiene más madurez, sobre todo a nivel técnico