Chile: después de tres semanas de agonía, fallece el hombre que fue víctima de una posible agresión homófoba el 14 de abril
Triste noticia la que nos llega desde Chile. Héctor Orlando Arce, el hombre gay agredido brutalmente en los alrededores de su domicilio en Buin el pasado mes de abril, ha fallecido tras veintiún días de agonía, según ha informado a través de su web el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH).
Héctor Orlando Arce, de 44 años, falleció el pasado viernes en el Hospital Lucio Córdova de Santiago de Chile. Tras el funeral, su cuerpo fue enterrado el pasado domingo en el Cementerio de Buin, en compañía de más de 300 personas, entre familiares, amigos, activistas del MOVILH y autoridades.
Como ya recogimos, el pasado 14 de abril el ahora fallecido llegó arrastrándose hasta la puerta de su domicilio, sangrando y con fuertes contusiones en varias zonas de su cabeza. Su estado se fue deteriorando a lo largo de las horas siguientes, hasta acabar ingresado en estado de coma. Arce, cuyo estado de salud ya era delicado debido a una afección neurológica, no pudo finalmente superar una infección que acabó con su vida.
El caso aún no ha sido resuelto. Se sigue investigando lo que realmente ocurrió la noche del fatal ataque, pero hay indicios de que pudo tratarse de un nuevo caso de violencia homófoba. Por un lado, la madre de la víctima aseguró que varios conocidos de su hijo escucharon a Héctor “pedir que no le pegaran”. “Su familia sospecha de un crimen homofóbico, pues el único sujeto que los testigos han sindicado como responsable del ataque es el mismo que permanentemente lo hostigaba por su orientación sexual, con graves ofensas, públicas y privadas”, apuntaban además a dosmanzanas desde el MOVILH, que ayudó a la familia a denunciar los hechos y que reportó inmediatamente lo sucedido a la Subsecretaría de Prevención del Delito.
Precisamente el MOVILH hizo público hace escasas semanas su 15º Informe anual de Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género en Chile, y sus resultados no son precisamente tranquilizadores: en 2016, se tiene constancia de 332 casos o denuncias por LGTBfobia, lo que supone un incremento del 28,6% en relación al año precedente. Entre ellos, cuatro asesinatos.
Otro lamentable caso que no existe tal cosa como un homófobo que no sea peligroso. Eso es lo que los homófobos «no violentos» hacen, instigan a que otro cause la violencia. Todos los homófobos son violentos y peligrosos sin excepción.