Acoso policial a hombres gays en Nueva York
Justo cuando estamos a punto de conmemorar el cuarenta aniversario de los disturbios de Stonewall, la polícia de Nueva York parece haber resucitado viejas prácticas de acoso. En el contexto de una campaña para, supuestamente, combatir la prostitución, numerosos hombres gays han sido detenidos en los últimos meses tras entablar contacto en sex-shops y establecimientos similares con policías de incógnito que se ofrecían a mantener relaciones sexuales. Muchas detenciones han sido hechas, al parecer, independientemente de si el detenido aceptaba o no dinero a cambio.
Es el caso, por ejemplo, de Robert Pinter, de 53 años, detenido en octubre a la salida de la sección de adultos de una tienda de vídeos. Minutos antes un atractivo joven se le había acercado y contactado en busca de relaciones sexuales, a lo que Pinter accedió. Mientras salían, el joven le ofreció 50 dólares, cosa que le extrañó. «Tuve un extraño presentimiento, y pensé que si insistía en darme dinero le diría que no», cuenta Pinter en The New York Times. No le dió tiempo. Nada más traspasar el umbral de la tienda Pinter fue detenido y acusado de prostitución. El pasado sábado Pinter fue una de las personas que se manifestó frente a la residencia de Michael Bloomberg, el alcalde de Nueva York, para protestar contra las detenciones.
La polícia de Nueva York, como era de esperar, niega que los hechos hayan ocurrido así. Según su portavoz Paul Brown, «las acciones policiales se produjeron en respuesta a denuncias y protestas por prostitución y otros problemas”, y en ningún momento se ha buscado la persecución de la comunidad gay. Para el abogado y activista Bill Dobbs, sin embargo, lo que se oculta detrás es simplemente una maniobra del Ayuntamiento. “El Ayuntamiento está usando como excusa a los hombres gays para cerrar locales”. “Es un golpe para las libertades civiles”, ha añadido.
Es un asco tener que leer estas noticias. Esta mañana Fran se quejaba en la página de que el tono de Dos Manzanas se estaba volviendo muy pesimista, pero es que últimamente hay pocas cosas agradables que comentar, qué más quisiéramos.
Lamentable totalmente.
Precisamente el viernes pasado estuve viendo «Mi nombre es Harvey Milk, y esta noticia me ha recordado algunas de las imágnes que salen en la peli.
¿Aparecerá por ahí una nueva Anita Bryant o un nuevo Biggs? Porque es lo único que falta.
Crasamet, no mentes a Anita, que como a alguien se le ocurra mezclar su «figura» con unas gotitas de lo más rancio de la derechona homófoba española, podemos encontrarnos con
un ser de proporciones míticas.
Está la situación como para dar ideas… 🙂