Francis Bacon
No sé si Bacon predijo el edificio de Moneo o Moneo concibió su ampliación del Museo de Prado pensando en Bacon. Los hombres solitarios del pintor, encuadrados por pinceladas que definen formas cúbicas, encerrados a su vez en el marco del cuadro, reciben ahora un nuevo marco cúbico y tridimensional: el cubo de Moneo. Además, la preferencia del pintor por colocar sus óleos tras cristal, introduce con sus reflejos el Museo en el cuadro. Y de paso al espectador, que observa asombrado y en silencio cómo su propia figura se confunde con las bestias retorcidas y aullantes de Bacon, convertidas en bocas, dientes y gritos. El cuadro en el Museo y el Museo en el cuadro.
Bacon concibe al hombre como una bestia: en un mundo sin Dios como el de Bacon, la vida se reduce a nacer, comer, follar y morir, y el hombre sólo tiene sentido como carne comestible. Y es esa cualidad carnal y comestible la que aparece en sus cuadros, de una textura corporal y brutal, como de piel de elefante o de hipopótamo, de bestia humana, de figuras reconcentradas, envueltas en sí mismas (ensimismadas), practicando actividades desconocidas y ocultas u otras prosaicas y naturales como cagar, dormir o vomitar. Un hombre y un contorno: una habitación sin ventilar, un cuadrilátero, un plaza de toros, una cama caliente y deshecha.
La escalofriante serie de hombres en azul, de los años cincuenta, presenta al hombre solo (como siempre en Bacon, que usa trípticos para acentuar la soledad), pero aterrado, en barras de bar de un inolvidable azul oscuro, temiendo quizá la detención por el delito de homosexualidad. Luego, la luz norteafricana del Tánger de los hombres que se acuestan con hombres invade sus pinturas. Quizá también el sol de una tarde de toros madrileña.
Bacon recoge la violencia de los martirologios cristianos, y en su ateísmo militante, los desviste de todo simbolismo y los presenta en su violencia extrema, en la faceta animal del hombre que destroza y mata a otro hombre. Canibalismo, salvajismo, ferocidad y aislamiento donde antes no había más que fe (supuestamente).
Bacon descubre en la fotografía posturas y proyecciones bidimensionales de la figura humana que lo distorsionan y lo convierten en un ser desconocido. Fotografías de cacerías, de atletas desnudos de Muybridge, de martirios, de asesinatos. Lejos de pensar que la fotografía es el arte que acaba con el retrato pictórico, Bacon deja muda a la fotografía, porque la usa para dar un paso más hacia la realidad de los cuerpos y de los personajes que ésta no puede captar. Texturas, sombras, movimientos. Pero también está su archivo bibliográfico: de T.S. Eliot a García Lorca, del teatro griego a Shakespeare.
Bacon pinta a sus amantes masculinos. El recuerdo de George Dyer tras su suicidio en 1971 abruma a Bacon, que lo retrata en múltiples trípticos, posturas y luces, mientras ominosas presencias negras amenazan con borrarlo, quizá en un último intento de plasmar esas imágenes que ya se diluyen en la memoria. El artista es mucho más positivo al final de su vida: ha terminado por aceptar la muerte de sus amigos y por intuir la propia, y las siniestras formas negras parecen ahora menos amenazadoras, o sus retratos menos atormentados.
Bacon en el Madrid que tanto amó. Bacon y el Museo del Prado parecen hechos el uno para el otro, Velázquez al servicio de uno de los más grandes artistas del siglo XX y viceversa. Falta Rembrandt, pero sus cuadros ocupaban hace pocos meses las mismas paredes por las que los fantasmas del irlandés (que son nuestros fantasmas, que tienen nuestros mismos temores), arrastran ahora su cansancio y su angustia interior provocada por su incomprensión de la existencia del mundo. Y algo queda siempre, eso se nota.
Francis Bacon. Museo del Prado (Madrid). Del 3 de febrero al 19 de Abril de 2009.
Interesante análisis, no sabía nada de este pintor, pero será cuestión de ir a ver la exposición.
Ahora mismo me estoy poniendo el abrigo para irme al Museo del Prado. Gracias, PutoJackTwist.
¿abrigo?
pero por dios santo si hace un calor del copón
por 600 euros de nada te hago la visita guiada sin que se enteren los del Museo…
Verum Corpus: no te la pierdas, es uno de los mejores pintores del siglo XX
Antes del 19 de abril me paso por ahí, sin falta.
bueno, a ti te llevo gratis
Excelente artículo putojack. Me has recordado unos cartelitos que decían que estaban prohibidas las visitas guiadas que no fuesen las del propio museo. Estuve horas pensando en cómo distinguían una visita guiada de unos comentarios de alguien que conocía los cuadros a sus amigos.
yo te digo que ya he hecho varias visitas guiadas, y no se entera ni el tato, jeje
(eso sí, no cobro)
Me acercaré a Madrid en marzo, putojack 😉 ¿Puedo pillar plaza en una de esas visitas guiadas?
Para ambientaros tenéis la peli «Love is the devil» (el amor es el demonio), sobre Bacon y con Daniel 007 Craig haciendo del amante suicidado
De aquí puede salir algo muy grande. 😀
rukaegos: faltaría más
(me va a salir el articulito de hoy por un pico, a 9 eurazos la entrada, si lo sé me lo guardo)
Es broma, iría todos los días a ver la exposición si pudiera
Por cierto: no os perdais el audiovisual con una entrevista a Bacon, en el que aún se puede descubrir una faceta suya, quizá una de las más interesantes, que dificilmente se encuentra en sus cuadros: la ironía
Al: cierto, ¿como se me ha podido olvidar?
Buena pelicula, y con el Craig en bolas
Zar: a ver si va a ser esto el Orgullo Gay fuera de fecha… que ya sabes la que se lía con los billetes
Me encanta Bacon, y no consigo llevar a mi chico a la exposición…
le invitaré a que lea tu irresistible crítica y seguro que este finde nos vamos…
Gracias
Rafa: dile que es una ocasión única, como cuando pasa el cometa Halley y esas cosas
¿Hacemos una quedada Dos Manzanas con Bacon? (aunque suene un poco a nouvelle couisine jaja)
si, claro, y en el primer servicio se pierden la mitad….
a mí bacon me deprime profundamente y le veo demasiado obsesionado con el catolicismo como para ser ateo, serán cosas mías
Qué maravilla poder ver la muestra de Bacon en Madrid hacia fines del mes de marzo, cuando andaré por esos pagos.
Es uno de mis pintores favoritos del siglo XX y suelo ver sus obras en New York.
Me inscribo en cualquiera visita guiada, desde ya.
Jack, que certero analisis de la obra de uno de mis artistas mas admirados, es revulsivo, provocador, nos lleva hacia el abismo, nos obliga a enfrentarnos con aquello que queremos olvidar que somos, nos pone frente al espejo, Lobos Esteparios,recordando a Herman Hesse, pero tambien siento que vibra en ellos tratando de salir, otros yos, aunque quizas repitiendo hacia el infinito una y otra vez la misma imagen, sin esperanza alguna.
Que envidia les tengo, solo he podido ver dos cuadros de Bacon y a pesar de todas las reproducciones vistas, los mismosno perdieron su aura.
Todolo que aun puede conmovernos una pintura, cuando el artista tiene no solo talento sino algo que lo carcome por dentro, cuando tiene algo que decir. Todabia se pueden iluminar muchos rincones con solo pinceles y colores. No es una pintura que a uno lo deje indiferente y eso es muy dificil de encontrar. Nuri
s
Me vas a matar, Jack. Pero no me gusta Bacon porque me desazona cantidad. Es un artista que me deprime y me asusta (el retrato ese que es una copia del de Velázquez del Papa me dan ganas de salir corriendo), me parecen malos viajes de ácido a un infierno muy particular… Además, está mi CC cómo para agarrar el Ave, plantarme en Madrid, pagarme la exposición, salir tan depre que me pula varias cervezas con tapas y volverme más triste que un Viernes Santo… no, no, no. Sorry
Hace unos años hubo una exposición de Bacon aquí en Valencia, en el IVAM, y desde luego fue de las más impactantes y memorables que yo haya visto. Estupenda tu reseña, Jack. No sé si podremos apuntarnos a alguna de esas visitas guiadas, pero ni que decir tiene que nos encantaría.
gracias a todos por vuestros comentarios y a todos los que me habéis escrito al correo. Es un verdadero placer constatar vuestro interés.