La dictadura de la belleza
Hace diez años yo estaba perdidamente enamorado de un chico guapísimo de Jerez de la Frontera al que apenas conocía. Me lo habían presentado en Colega y casi no había intercambiado ni dos palabras con él. Era el típico chico diez: atractivo, simpático, sencillo, elegante… ¿Cómo no estar enamorado de él, si todos lo estaban? Yo entonces vivía en Sevilla, y un queridísimo amigo sevillano, una de las personas más sabias que he conocido, ante la imposible meta amatoria que yo me había puesto, y prediciendo que me iba a estrellar, me dijo lo siguiente: “mira Rafa, en el mundo homosexual masculino, las cosas son así: el magro con el magro, el lomo con el lomo, y el solomillo con el solomillo…” Es evidente que una buena metáfora vale más que cien libros de autoayuda…, esa frase se me quedó clavada para siempre en la memoria y enseguida me hizo ver que, efectivamente, mi enamoramiento jerezano era más absurdo que platónico, más de quinceañera con el Superpop en la carpeta que de adulto de veintitantos años con la cabeza sobre los hombros. ¿Qué posibilidades tenía alguien tan “lomo” como yo con un chico tan “solomillo” como el muchacho de Jerez? Ninguna, como efectivamente sucedió.
¿Tenía razón mi querido amigo sevillano? ¿En el mundo gay (masculino), los guapos con los guapos y los feos con los feos? ¿Nos importa tanto el aspecto físico hasta el punto de crear una especie de “sociedad de castas” de la belleza de la que hablaba mi amigo? En mi opinión sí, nos importa mucho, mucho más de lo debido, sobre todo entre los más jóvenes (aunque ya sé que no se debe generalizar). Cuando se me pasó aquel absurdo “enamoramiento”, enseguida me di cuenta de que no sabía nada del chico jerezano (ni sus gustos, ni sus aficiones, ni la calidad de su conversación… nada): le tenía idealizado simplemente porque era muy guapo y tenía la más hermosa de las sonrisas: la belleza había actuado como un poderoso imán y a la vez había generado el mito del hombre ideal. Luego pude comprobar, por cierto, que el muchacho objeto de mi idílico amor se magreaba con lubricidad con cuantos chicos aparecían por la sede de Colega, ninguno de ellos “magro” ni “lomo”, todo ellos chicos “solomillo”. ¡Qué razón tenía mi amigo!
Le he oído decir varias veces a una íntima amiga mía, que es psicóloga, que los hombres para el sexo somos muy “visuales”, que la excitación nos llega por la vista, y que las mujeres, en cambio, le dan menos importancia que los hombres al aspecto físico (aunque por supuesto, también se la dan), y que a ellas valoran más que nosotros otras virtudes como la sensibilidad, la inteligencia, el humor, el cariño… He podido contrastar la opinión de mi amiga con la de Vampirella, la sexóloga que tiene un estupendo consultorio en las páginas de EL PAIS. Es normal, pues, por pura matemática, que en la relación entre dos hombres el aspecto visual, el puro aspecto físico, sea más importante que, pongamos, en una relación entre dos mujeres homosexuales o en una relación heterosexual. Ahí tenemos otra prueba lógica más para refrendar la sabia- y acaso dolorosa-, teoría de mi amigo sevillano. Y si se me permite la digresión, el hecho de que las mujeres valoren menos que nosotros algo tan “superficial” como la belleza, confirma lo que yo he pensado siempre: que ellas están un estadio por delante de nosotros en la evolución general de las especies.
¿Cómo abstraerse del poder maléfico de la belleza? ¿Cómo escapar de su tela de araña? No hay manera, la atracción hacia la belleza está en nuestro código genético, en nuestra más primaria y elemental animalidad. Recuerdo una vez, hace tiempo, en el madrileño pub Black&White, en la pista de abajo, que es pequeña y oscura como una catacumba, dos atractivos chicos jóvenes estaban bailando entre la multitud. Estaban solos y no se conocían entre ellos, súbitamente se miraron, y sin mediar palabra se acercaron el uno al otro y empezaron a morrearse como dos seres irracionales. Yo lo observaba todo desde mi atalaya con curiosidad: ¿Cuál fue mi sentimiento entonces?, uno infinitamente más primario y elemental que el de ellos: la envidia. ¿No será que estoy escribiendo esta columna desde el rencor de la fealdad?
Excelente reflexión Rafael.
Pero eso de que las mujeres no se dejan llevar tanto por el aspecto físico tampoco creo que sea siempre.
A bote pronto se me ocurren dos ejemplos:
– Aquel anuncio de la Coca-Cola en el que un currante sin camisa bebía el refresco mientras un montón de lúbricas féminas dejaban los ojos pegados al cristal de la oficina.
– Un propio: hace diez años cuando yo mismo pesaba unos cuantos kilos menos, no llevaba barba y lucía una larga melena mis amigas no paraban de decirme lo guapo que era. Ahora me siguen diciendo…lo guapo que era entonces…
Sobre los gustos…¿qué quieres que te diga?. Dónde esté un buen trozo de panceta que se quiten todos los solomillos del mundo.
La panceta es suave, ofrece muchas posibilidades, tiene una textura sabr-osa… El solomillo es correoso y sin gracia.
Lo mismo que «la fibra»: cuando veo mucha fibra sólo me dan ganas de ir al wc…
Siempre que algún solomillo ha intentado interactuar conmigo (y los hay) la respuesta que ha obtenido tras una mirada compasiva ha sido: «Cuando llegues a panceta, majo, hablamos. Hasta ese día déjame disfrutar».
Con lo cual la dictadura de la belleza, cuando hay criterio, depende más del paladar que de otra cosa… 😉
Excelente artículo. Como siempre.
Rafael, me siento muy identificado contigo. Pasé toda mi juventud comiéndome muy pocas roscas. Nunca pensé que pudiera tener atractivo sexual (otra cosa es que alguien se pudiera enamorar de mí). Te cuento un secretillo: cuando conocí a mi marido (fue por internet) y me pidió una foto, le mandé una de un par de años atrás, época en la que con mucho esfuerzo conseguí quedarme bastante delgado. Él pensó: Bueno, está muy canijo, pero aún así me gusta. Y la cosa siguió adelante. Luego, la segunda foto, con algo de barriguita y en manga corta (se veía el vello de los brazos) le terminó de convencer. Ah, además de un tío estupendo es osito, jaja.
Si es que para gustos colores.
Lo de las mujeres es complicado. Es es cierto que les importa menos el físico, pero visto desde el punto de vista ‘zoológico’ es interesante. Parece que la raza humana es la única en la que los ‘feos’ pueden acceder a una ‘hembra’ y tener hijos. Para algunos eso sería antinatural, pero a mí me encanta que un tío inteligentísimo y simpático (aunque no le conozco en la intimidad) aunque feucho como Woody Allen pueda tener hijos.
Por otro lado a lo mejor no es que no les importe la belleza, sino que sus cánones son distintos. Muchas mujeres encuentran atractivo a Adrien BRody. REalmente atractivo. Yo no le encuentro el atractivo por ningún lado
Rafael: creo que no te falta razón, y que la frase de tu amigo sevillano es bastante certera además de graciosa. Pero creo que generalizas demasiado.
Aunque es cierto que vivimos en un mundo demasiado pendiente de la belleza (pero tanto heteros como homos, tanto hombres como mujeres), no es menos cierto que la mayoría de los mortales normalitos y corrientitos termina relacionándose con gente normalita y corrientita, dejando a las bellezas despampanantes sólo para el imaginario. Aunque el físico sea lo primero en lo que nos fijamos, luego terminamos diciendo aquello de «Sí, sí, muy guapo (o guapa), pero en cuanto abre la boca la caga». O sea, que si la belleza no va acompañada de otra cosa, terminamos rechazándola.
En el mundo gay, en concreto (que siempre se le pone como ejemplo de colectivo esclavizado por la belleza, la juventud y la superficialidad), es cierto que se aplica en muchos casos la máxima de «el magro con el magro, el lomo con el lomo y el solomillo con el solomillo», pero no es menos ciertos que hay «carnicerías» para todos los gustos y en las que las mezclas de género son más que evidentes. Si no, por ejemplo, en los ambientes «osunos» (que Lobogrino conoce también) no existirían los «chasers» (los jovencitos delgados y monines que van en busca de «osos»).
Y eso de que las mujeres (hablo ahora en concreto de las mujeres hetero) no están tan pendientes de la belleza física como los hombres, según y como. ¿Por qué surgieron entonces los metrosexuales?
Eso por no hablar de las que están esclavizadas por su propia belleza, claro. No en vano, aunque hay casos de anorexia masculina, la mayoría de las afectadas por esta enfermedad siguen siendo mujeres.
Así que, en conclusión, no te falta razón en el artículo, pero las cosas son mucho más complejas y no se puede generalizar.
Voy a ser malaaaa:
Corrijo nosolo: el atractivo que le ven a Adrien Brody tiene que ver con aquello de que el tamaño de «cierto otro apéndice» tiene relación directa con el tamaño de la nariz… 😉
Introduces un elemento nuevo e interesante. Si en el ser humano pueden perpetuar la especie también los feos/inteligentes ¿tendemos a ir hacia un ser vivo más inteligente?…
Pues no sabría que responder, ¡oiga!…
Bueno, para empezar no podemos generalizar, creo que actualmente TODO el mundo vive la dictadura del físico ideal. Conozco miles de varones heterosexuales que se machacan en los gimnasios para ser aquello que creen que las mujeres heterosexuales demandan. También conozco miles de mujeres que sigue el dictado de la moda, la belleza y las modelos para gustar y agradar…… Ya por no mencionar algunas lesbianas que se consideran femeninas y destestan a las «masculinas» y la misma equivalencia en el varon homosexual.
Una vez, una amiga lesbiana me dijo, que si quería ligar en Albacete tenía que cortarme el pelo, ponerme gafas de pasta y no sé qué más. Yo tengo una cosa muy clara, no pienso transformar mi físico en algo que no me guste sólo por gustarle a uno…. éso ya me parece el colmo. Aunque mucha gente lo haga.
Rafa, discrepo en una cosa que dices al inicio, aunque luego pareces enmendarla ¿cómo se puede ENAMORAR uno de alguien con quien no se ha cruzado ni una palabra????? más bien sería una atracción, un deslumbramiento…..
La belleza es subjetiva, todos y todas tenemos nuestro prototipo, pero…. luego es muy frequente que acabes con alguien totalmente opuesto a ese prototipo.
Personalmente yo veo un hombre, me atrae, hablo con él y en función de las sensaciones que me transmita por su carácter puede sentirme más o menos atraído…. hasta el punto de que algunos tipos, considerados guapos, me repugnan sólo por saber cómo son y otros considerados «feos» tienen un carácter que si ellos quisieran me llevarían al catre.Los motivos que cada uno/a tenemos para sentirnos atraído física y emocionalmente son tan diversos………..
Pero en fin, toda esta dictadura del físico podemos observarla en revistas, series de televisión, películas…….. llegando a veces a problemas patológicos como pueden ser la anorexia, vigorexia y similares.
A mí me llevó un tiempo asumir que, contra toda lógica, un chico bello también puede ser injusto. Pero qué le vamos a hacer.
Zarevitz: te dejabas llevar demasiado por la idea del kalós kagathós («bello y bueno») de los griegos, me parece a mí. 🙂
Lobogrino hijo, yo no llevo barba, tengo el pelo largo y estoy delgado, mido 1,80 y no soy prototipo de la belleza masculina gay de ahora, no sé, quizá ésto vaya por zonas geográficas y temporales, creo que en siglo XIX habría triunfado jajajajaja.
Israel: había dicho que eran mis amigas… A muchas mujeres les gustan los hombres de aspecto un tanto andrógino. Fíjate en los metrosexuales que cita Cras.
Yo, aún delgado, siempre he sido de «complexión contundente». En aquella época mis conocidos gais de una ciudad pequeña en la que vivía me decían: «tú no puedes ser gai: vistes con camisas de cuadros anchas, llevas melena, te gusta pasarte días enteros caminando por los montes y durmiendo al raso, te van los tíos mayores grandes gordos y peludos. No puedes ser gai». Aquellos conocidos eran vigoréxicos de gimnasio vestiditos de Ovlas…
Algunos nunca seremos prototipos de nada…
…afortunadamente.
Reconozco que yo «triunfaba» entonces, y «triunfo» ahora, con diez años más, diez kilos más y el pelo rapado. El «triunfo» es una cuestión de…»recursos» y afortunadamente la belleza prototípica no siempre es el mejor recurso.
Lo siento, pero no me puedo morder la lengua:
Israel y Lobo: vosotros sois conscientes de que cuando escribir tantos datos en vuestros comentarios sobre vuestro aspecto físico les estáis dando carnaza a los que todos sabemos, ¿no?
Crasamet, ya me advirtieron una vez que no era aconsejable hablar de temas personales aquí, pero si alguno/a me va a insultar por aquí por decir que tengo el pelo largo…… me parece lo más bajo, ruín y patético que pueda leer. Una cosa es que te critiquen lo que dices y otra que se llegue a la descalificación física porque no exista otro recurso.
Gracias por la advertencia, la tendré en cuenta.
¿ cómo se puede enamorar uno de alguien con quien no se ha cruzado una palabra??? pregunta Israel mas arriba…
Yo siempre he creido que es así la única forma de enamorarse…lo demas es conveniencia.
Crasamet: exacto, uno no se puede fiar de lo que le contaban en el instituto. 🙂
fanta letal: Por eso hay que procurar, sin escatimar esfuerzos, enamorarse de alguien que te conviene. Lo demás, es sufrimiento.
Cras: yo sí lo soy.
Y no vale la pena que deje de escribir lo que me apetece escribir. Que rabien de envidia si no tienen nada mejor que hacer…
Sigo diciendo lo que ponía arriba: «la panceta» es más sana, está más buena y resulta muchísmo más divertida que todo el «solomillo fibrado y estirado» del mundo. 😉
Fanta: eso no es enamoramiento: en todo caso «flechazo» el enamoramiento pasa por conocer mínimamente a la persona.
Por cierto, lo del solomillo que busca solomillo… En mi (pequeña) experiencia, he visto tantas excepciones, que quizá se traguen la regla.
Es que algunos solomillos con otro solomillo no tienen suficiente. Necesitarían encontrar una especie de «solomillo divino» para que estuviese a su nivel… 😉
Y como no lo encuentran tienen que «conformarse» con magros o lomos. Dejando claro, eso siempre, que ellos son Solomillos pata negra.
Espero que no les de por buscar panceta: sería horror-oso…
No estoy de acuerdo, de nuevo otro ensalzamiento falso. Una mujer heterosexual aspira a un maromazo tipo cocacola y si no rebaja sus límites pero y fijaos que la mayoría de la veces que una mujer de bandera va con una piltrafilla de tío suele ser empresario o suplir con ceros en el banco la falta de los demás
Ya pero esas tienen un nombre Blas…
Y bastante peor que las que se ponen por las esquinas pq las que tú citas van de «dignas» y de mejores que las otras…
El tema de la mayor o menor importancia que todos, tanto gays como heteros, otorgamos a la belleza o el atractivo físico a la hora de buscar pareja (estable u ocasional) es el cuento de nunca acabar. No estoy de acuerdo con el estereotipo de que los homosexuales le damos mayor importancia al físico que los heterosexuales, el que crea eso que se dé un paseo por los gimnasios de su ciudad y verá la cantidad de heteromachos y heterohembras que los abarrotan, tampoco con que sólo seamos nosotros los que queramos relacionarnos exclusivamente con gente que, se supone, está a nuestro «nivel físico» (por muy mal que suene), y por supuesto eso de que las mujeres no se fijan sólo en el físico y prefieren anteponer otro tipo de cuestiones (inteligencia, nivel cultural, simpatía…) a la hora de seleccionar a una persona u otra es una tontería bastante grande. Habrá de todo en todos lados, digo yo, y ese tipo de cosas dependen de la persona, no de su sexo u orientación sexual.
Me ha encantado tu columna. Mi chico y yo somos físicamente bastante diferentes. El es mayor que yo y tiene barriguita, pero somos muy felices juntos. No soporto cuando algunos gays ponen caras de sorpresa cuando les decimos que somos pareja. Me duele por él. Es una magnífica persona y, cuando la gente le conoce se dan cuenta de que es un tío genial. Por cierto, el físico no tiene nada que ver con el rendimiento sexual. Si mi culete pudiese hablar…
También hay hombres guapísimos con mujeres de los más corrientillo (por no decir feas) y no precisamente por la cuenta corriente de éstas.
Supongo que los cánones estéticos pueden ser de lo más subjetivo.
Fernando: totalmente de acuerdo contigo. Me alegra tu historia. A mí me gustan los hombres un poco más mayores que yo, no sé tienen algo…
Frantic: tienes razón, para gustos los colores, lo que a ti te puede parecer feo a mí me puede parecer atractivo y en realidad ninguno lleva la razón porque como tú dices es subjetivo.
Pero si ya llevamos unos cuantos años con el bombardeo del «culto al cuerpo». Recuerdo a finales de los 80 cuando estuve en los USA lo alucinado que me dejó ese tema pues allí era palpable lo de estar como un «quesito». Años más tarde compruebo con horror que va llegando la ola aquí (cual tsunami) y que todo lo arrasa a su paso. Y sí, he visto en las pocas ocasiones que pisé el ambiente aquí en Gijón, los «solomillos» que decís, cómo miraban al resto del escaparate carniceril…. hasta que a las 5 de la mañana, con la corona derretida sobre la cabeza se cruzaba en su camino un magro, o lomo o lo que fuese y se iban con él.
Jejejeje, Despotorramiento: es que a las 5 de la mañana…los solomillos, que tienden a autovalorarse en función de lo que se llevan, a esa hora se llevan cualquier cosa.
Las 5 de la mañana es «La hora de las «Rebajas de Reinonas de todo a cien».
Otros no tenemos ningún inconveniente en volver solos a casita y admitirlo.
No soy nada de rebajas…
Fernando: genial lo que cuentas.
Pues os digo una cosa: el kalós k’agathós se creó por algo. La belleza y el culto al cuerpo no son perjudiciales per se. Otra cosa es que el físico se convierta en tu único punto fuerte, en lo único que puedas aportar al mundo. Por suerte hay muchos chicos guapos, inteligentes y simpáticos, aunque yo no me cuente entre ellos.
«Lo que es hermoso es bueno, y lo que es bueno llegará a ser hermoso» Safo
¿Y qué es «la belleza», Albert?.
¿Lo que a ti te parece bello?, ¿lo que a mi me parece bello?, ¿lo que a un griego del siglo V aC le parecía Bello?…
Un joven de veintitantos años de cuerpo musculado a mi no me parece nada bello.
Para mi es bello un hombre de cuarenta y tantos, gordo, peludo y barbudo.
…
Y evidentemente el primero puede ser inteligente y el segundo más tonto que un husky siberiano. Eso nadie lo duda.
Pero «La Belleza» está sólo en los ojos del observador y no existe «per se».
Es importante el apunte que hace Lobogrino, yo diría que casi esencial: siempre que se habla de lo importante que es el físico, la belleza y bla, bla, bla, a la hora de ligar, mucha gente se olvida que los parámetros de lo que es bello y lo que no, lo que es atractivo físicamente y lo que no lo es, etc. son completamente subjetivos. No se trata de que sólo los yogurines de veintitantos con cuerpos esculpidos a golpe de gimnasio y esteroides puedan ligar. A mucha gente ese tipo de hombre puede no interesarle en absoluto, y sí sentirse muy atraído por otro tipo de personas físicamente más «normales» o como se les quiera llamar. Yo soy de los que se suelen fijar en hombres de lo más comunes, mientras que los jovenzuelos guapetones por los que babean muchos de mis amigos, y que parecen ser el prototipo de belleza gay que actualmente está de moda, a mí no me dicen nada en absoluto. Como casi todo el mundo le doy importancia al físico, sí, pero al que a mí me gusta.
muy interesante, pero el solomillo, la que tiene dinero, lo compra (y se deja comprar)
además el solomillo se pasa pero el dinero crece y crece 😉
Está claro que la belleza es subjetiva. ¿Pero acaso no es también verdad que existe un concepto social de lo que es la belleza?
Claro Albert.
Ese esa es la miga del artículo de Rafael y de esta charla.
Existe una conceptualización social de algo tan subjetivo e insulso como es «La Belleza». Conceptualización que concretada se manifiesta en líos mentales que llevan al sufrimiento propio así como al desprecio de lo que no entra en ese canon.
Y como «lo que no entra en ese canon» son personas ese «desprecio» lleva o puede llevar a inflingir sufrimiento a otros.
Lo que muchos tratamos de decir es que el convencionalismo sobre «lo que es bello» no tiene sentido alguno y que uno es mucho más libre y más feliz cuando lo deja a un lado y se permite que le guste aquello que le atrae más allá de un artificioso convencionalismo social que puede cambiar.
Las mujeres bellas del Barroco eran celulíticas, las de los años 60 anoréxicas…
El que desprecie a un hombre maduro y gordo sólo porque no es un jovenzuelo veinteañero fibrado…se lo pierde.
El que se deja llevar sólo por el convencionalismo social de lo que es «oficialmente bello» lo que se pierde es media vida.
Pero si ello le hace feliz allá cada cual…
Mylady: como siempre genial.
Te me has adelantado, Lobo.
Vaya por delante que, aunque bien es cierto que las generalizaciones suelen basarse en una cierta estadística callejera (lo que todos vemos a diario por la calle), dialécticamente me resisto a estar de acuerdo con ellas, por mucho que algunas sean arrebatadoramente seductoras.
En cualquier caso me gustaría recalcar la vertiente social y la vertiente egoísta de todo el asunto, ambas opuestas, pero suficientemente notables como para detenernos un momento en ambas.
De acuerdo en que hay tantos gustos como personas; que el canon de belleza establecido es uno; que es completamente subjetivo; que se intenta que todos comulguemos con ruedas de molino; que cada uno es muy libre de elegir «solomillo», «pechuga», «muslo» o «tapa»…
…hasta que algunos/as caen en la cuenta de que eligiendo «solomillo», pueden pasar a estar mejor considerados socialmente (me da igual en su círculo de amigos, que con conocidos, compañeros de trabajo o vecinos con los que se cruzan en la cola del pan), e incluso pueden ser súbitamente el centro de atención en determinados grupos y/o círculos.
Y al mismo tiempo, satisfacen su más autocomplaciente orgullo del tipo «YO lo he conseguido», «me prefiere a mí», o variantes similares.
Evidentemente, estas formas de pensar tienen sus contrapartidas y sus peajes, pero de hecho existen en el mundo LGTB que, a fin de cuentas, es parte de la sociedad actual.
Quizá por ello, me permito traer a colación el título de uno de los libros de mi admirado Terenci Moix: «El amargo don de la belleza».
Bastante explícito, a mi parecer.
Saludos
Iba a escribir algo en la línea de Carrington. No sólo es que pases a ser mejor considerado socialmente, sino que, si vives en un sitio en el que no hay masa crítica para permitirte escoger, te resulta muy difícil mantenerte con el mantra de «la belleza es subjetiva».
En la teoría suena bastante bien, pero cuando socializas y ves noche tras noche que la mayoría tiene un patrón de gustos bastante bien definido y delimitado y que, además, no encajas en él, te entra una crisis de fe bastante seria. Es una cuestión de porcentajes respecto a una población reducida. Supongo que la experiencia de quienes vivan en ciudades grandes sea diferente. O tal vez no tanto.
Es más de lo mismo, y ese más de lo mismo está también presente en rollos de corte alternativo como puede ser el oso (aquí es cuando me caen riñas por decir eso ;P)
Parafraseando a Orwell «Todos los cuerpos son iguales, pero algunos cuerpos son más iguales que otros».
Abundando en lo que han dicho Charlie y Lobogrino, sólo añadiré una cosa:
Unos gais se pirrian por los cuerpos depilados, por los torsos tipo «Corporación Dermoestética»; a otros les encantan los hombres de pelo en pecho, las barbas y los bigotes, y van a locales donde muchos tíos se desabrochan el primer botón de la camisa de cuadros para que asome un poquito de su pelambrera pectoral.
¿Dónde está el «solomillo» y dónde el «magro»?
Hombre, Metabolic, es evidente que hay una tendencia mayoritaria sobre lo que es bello y sobre lo que no, lo cual es posible que sea más palpable en los sitios pequeños que en las grandes ciudades. Pero lo que yo quiero apuntar (aparte de las generalizaciones que dije antes) es que leyendo el artículo de Rafael le da a uno la impresión de que si uno no se va con un tío de los que la mayoría considera guapos es porque éste no está a su alcance y no tiene más remedio que irse con alguien que esté a su alcance. Yo, contra esto, digo que:
-1. Puede ser verdad que los «solomillos» no estén al alcance de los «lomos» o los «magros» en la mayoría de los casos, pero no en todos. Ves por ahí cada pareja feo/guapo, o joven/maduro o gordo/flaco (o cualquier otro par de términos antitéticos que queráis poner) que alucinas. Dejando de lado, por supuesto, las relaciones basadas en lo pecuniario a que ha hecho referencia Lady Eleanore.
-2. Muchos tíos «objetivamente» guapos, son tontos del culo (otros no, no quiero generalizar), y muchas personas por más que a primera vista se fijen en lo primero, en cuanto se dan cuenta de lo segundo pasan del guaperas. Luego la belleza es importante como primera impresión, pero nada más. Y desde luego, una persona que base sus relaciones, digamos, serias, exclusivamente en el físico creo que deja bastante que desear como persona, la verdad.
-3. A muchos los estereotipos no nos gustan. Vamos a ver, si hacemos una encuesta con la pregunta «¿Cree Vd. que David Beckam es guapo?», ¿qué resultado saldría? Ganaría el sí por abrumadora mayoría, vale. Pero, ¿quiere eso decir que los que votaríamos que no no existimos, no contamos, o que tenemos la «glándula de la belleza» atrofiada?
-4. Los «príncipes azules» no existen. Quitáoslos ya de la cabeza, por favor.
Metabolic: lo que dices del ambiente oso es cierto. Se están creando también modelos de belleza estereotipada. Es una pena, pero algo que surgió como contestación a la belleza estereotipada gay, está creando su propio estereotipo.
No estoy para nada de acuerdo contigo,ni con tu amiga la psicóloga ni con la Vampiresa esa.
O como hace tiempo que se me ocurrió decir a mí:
¿A qué esperar al príncipe azul? Las joyas de la corona no desgravan, el protocolo no sirve de mucho para barrer y fregar suelos, y, pasado un tiempo, el azul destiñe horrores.»
Milady con esa respuesta habéis estado simplemente brillante. Plas, plas, plas. Me he reído una «jartá».
Gracias por vuestro comentarios, ahí van algunas reflexiones después de leerlos todos.
Sobre gustos no hay nada escrito, en eso estamos todos de acuerdo. Lobogrino: me ha encantado tu comentario, especialmente lo de la panceta… estamos de acuerdo en que hay quien prefiere la panceta al solomillo, pero estarás de acuerdo conmigo que la mayoría prefiere el solomillo… (y seguro que se equivocan…)
😉
Crassament, estoy de acuerdo cuando afirmas que la belleza sin nada más acaba cansando, y también cuando dices que las cosas son más complejas que una simple frase como la de mi amigo sevillano, pero reconocerás que tener una buena carta de presentación como la belleza es – desgraciadamente, por lo que tiene de injusto- muy importante, y más en esta sociedad de la imagen.
Nosolopienso: a mi me encanta Adrien Brody, y ahora que nos hablado de la relación proporcional de su nariz con esa otra parte del cuerpo pues con más motivo…
😉
Israel: Te aseguro que aquello fue un enamoramiento, aunque cuando tuve perspectiva, efectivamente no había amor, sino, como tú dices, deslumbramiento…
Zarevitz: has introducido un tema interesante: “enamorarse de alguien que te conviene, lo demás es sufrimiento”. A mi si me dices dónde venden la vacuna me la pongo enseguida… bueno, ahora estoy felizmente enamorado y no la necesito, pero te aseguro que más de una vez la hubiera necesitado…
Charlie: yo no he dicho que las chicas no le den importancia al físico, sólo he dicho que se la dan menos que nosotros.
Carrington: tú también has introducido otro tema interesante: “…hasta que algunos/as caen en la cuenta de que eligiendo “solomillo”, pueden pasar a estar mejor considerados socialmente (me da igual en su círculo de amigos, que con conocidos, compañeros de trabajo o vecinos”. Efectivamente, salir con un tío o tía buena para que te vean como un triunfador social… eso nos daría para otro día, y en cualquier caso reforzaría la teoría de mi amigo sevillano.
Respecto a la frase de mi amigo sevillano: estaba llena de ironía y tal vez resulte exagerada (de ahí que muchos digáis, con razón, que estoy generalizando demasiado), pero creo que en el fondo tiene razón. La frase representa una tendencia, pero no a la totalidad, por supuesto.
En fin, me gustaría tener más tiempo…
es curioso como el canon de belleza femenino ha cambiado, y mucho, a lo largo del tiempo
sin embargo, la belleza masculina ha permanecido más o menos invariable: el efebo andrógino o el atleta musculado. Y la culpa creo que es nuestra.
Menos mal que llegaron los cazadores de osos, y nos enseñaron a soñar con Tony Soprano.
«el efebo andrógino» es lo que menos ma atrae del mundo mundial. Donde se pongan hombre con sus 40 años, o 26 a 45 son todos muy interesantes. Quién pillase a Juan Fernando López Aguilar o a George Clooney, ambos se acercan ya a los 50 y están para comérselos con pan. Bueno, creo que ya quedó en evidencia mi particular gusto/prototipo hacia los hombres.
Ciao
Bueno y ya dentro del mundo gay, me mola muchísimo el alcalde de Berlín, el presidente de la región de Apulia (Italia)Nichi Vendola (buscad sus fotos en google), Sam Adams, Guido Westerwelle y Ole von Beust (vale chicos ya sé que éste último es un demócrata-cristiano con malas pulgas, pero la atracción es así)
Ya dentro del panorama español me gustan el juez Grande-Marlaska y actualmente encuentro muy atractivo a Boris.
Un día de estos, haré una lista de todos los hombres con los que me acostaría, sólo de los políticos españoles por reducir algo.
Citando a Platon: «Eros es evidentemente el amor de la belleza ya que no se aposenta en la fealdad». «El amor lo es de la generacion y la procreacion en la belleza». En esto ya anticipaba a Darwin y su seleccion natural.
La belleza, la proporcion y simetria en los rasgos faciales y corporales, es, segun estudios cientificos recientes, la expresion de la calidad genetica de los individuos, de la ausencia de imperfecciones y defectos en los genes, de salud en general, y por tanto señala que un individuo tiene unos genes aptos o dignos de transmitir a una nueva generacion.
Sobre si el concepto de belleza es unanime o cada uno tiene el suyo creo que en general coincidimos bastante aunque tengamos pequeñas variaciones, como gustarnos un tio mas o menos peludo, mas o menos moreno o mas o menos delgado, pero son variaciones minimas, diversas manifestaciones de la belleza donde esta es el comun denominador. Se podria decir que belleza es simplemente lo que atrae o, mas burdamente, lo que nos pone.
A veces distinguimos entre belleza y atractivo y decimos de alguien que no es guapo pero es atractivo, sin embargo creo que ese atractivo ya es una forma de belleza.
Del mismo modo como la juventud es mas apta para la reproduccion que la vejez aquella nos atrae mas que esta: «la juventud sin belleza tiene siempre atractivo, ya no lo tiene la hermosura sin juventud»(Schopenhauer), lo cual no quita que a algunos nos gusten los hombres maduros, que no viejos, cuando aun conservan juventud y belleza.
Finalmente, y resumiendo, se puede decir con R.W. Fassbinder que «el amor es mas frio que la muerte».
jack: «sin embargo, la belleza masculina ha permanecido más o menos invariable: el efebo andrógino o el atleta musculado. Y la culpa creo que es nuestra«.
¿Nuestra, de los gays? También nos echan la culpa, respecto de las mujeres, de que las modelos actuales estén «anoréxicas», porque nosotros —los modistas, gays todos— no las deseamos como mujeres sino como meras perchas para nuestros diseños.
Probablemente la orientación sexual no se pueda cambiar. ¿Es posible cambiar la atracción hacia un tipo de cuerpo? No digo en el agregado de la sociedad, sino en cada uno de nosotros. ¿Puede uno pasar de sentirse atraído por las esculturas griegas a sentirse atraído por las esculturas de Botero?
Por supuesto que sí, zarevitz. Así de rotundo lo digo 😀
Muy buen texto, excelentemente escrito, aunque, si me permites una crítica, me parece que das demasiada credibilidad a determinados estereotipos. Confieso que a mí, cuando oigo/leo afirmaciones del tipo «Los hombres son así y las mujeres son asá», se me dispara el mecanismo de la desconfianza (al fin y al cabo, a este tipo pertenece la afirmación fundamental del heterosexismo o heteronormativismo, que es «Los hombres se sienten atraídos por las mujeres y viceversa»); y entonces me entran las dudas tanto cualitativas (dichas afirmaciones, ¿se basan en estudios serios y rigurosos?) como cuantitativas (¿para qué porcentaje de la población masculina y femenina serán válidas dichas afirmaciones?). La verdad es que no suele ser cierto que los hombres seamos así y las mujeres asá; en todo caso algunos/muchos/la mayoría de los hombres puede que sean de una forma y algunas/muchas/la mayoría de las mujeres, de otra. Y eso sin entrar en el por qué de dichas diferencias, si son más o menos culturales o biológicas, que ésa es otra…
Ummm… no estoy del todo de acuerdo respecto a las mujeres. Mis pocas pero buenas amigas heterosexuales se mueren, desde luego, por los tíos buenos igual que yo. En mi opinión, es el machismo imperante lo que hace que se cohiban mucho más a la hora de expresarlo en público, más allá de un circulo muy íntimo. De la misma forma que les encanta el buen sexo, y si la cosa a ese nivel no funciona al tío le dan puerta (como pareja) por mucho encanto intelectual que tenga.
Pero bueno, es mi experiencia personal.
zarevitz: efectivamente, a lo mejor generalizo, pero nuestra, de los gays, que somos los que hemos establecido el canon de belleza masculina a lo largo de la historia (si es que se puede llamar gay a alguien antes del siglo XIX, pero eso es otra historia) Al menos digamos que es culpa de los que han sabido apreciar la belleza del cuerpo masculino, y no han sido mujeres, que no han tenido voz
¿cambiar la atracción hacia un tipo de cuerpo?:
INDUDABLEMENTE
Como cambiar la atracción del realismo al impresionismo, al expresionismo, a la abstraccion…
La belleza es un concepto subjetivo (recordemos que la famosa belleza clasica es un concepto moderno, los templos y las estatuas estaban pintadas de espantosos colores) y como tal, hay «dictadores de la belleza», que deciden quien es bello y quien no es bello
¡abajo las dictaduras!
¿De verdad creéis que puede cambiarse voluntariamente la atracción?
Otra cosa es que alguien en principio opuesto a tu canon y que no te atrae nada de nada puede llegar a enamorarte más que nadie. Esa es la puerta de atrás de la frivolidad, te permite escapar de ella y abrirte a partir de ahí a otros cánones. Pero seguirán atrayéndote quienes te atraían.
También, con la edad, acaso puede modificarse tu gusto.
Pero no creo que pueda considerarse nunca un acto consciente…
que forma de frivolizar con la esencia de la relaciones que es tan variada como seres humanos existimos… la gente se empareja, por amor, interés, presiones, comodidad, etc… y tanto heteros como homos actual por las mismas inclinaciones así que por muchso ejemplos que pon gamos unos y otros el resultado sigue siendo la pluralidad y la diversidad sin vinculación de identidad de género, orientación sexual, estatus social etc.
jack: no me refería al cambio de cánones, sino al cambio de gusto de una persona en un momento dado.
Quiero decir: hay cosas y personas que vemos bellas o feas, y no sé si, por más que pretendamos lo contrario, podemos verlas feas o bellas.
Quizá a lo largo del tiempo uno acabe encontrándole el gusto a lo que vio feo, o deje de ver bello lo que antes se lo parecía (esto me parece más difícil, pero bueno), pero en un momento dado creo que somos poco o nada libres para decidir qué nos parece bello y qué no.
a ver si con un ejemplo lo aclaro, o lo lio más.
un grupo de amigos, un chico que no llama la atención
uno del grupo de amigos dice que el chico que no llama la atención es guapísimo
Conclusión: le acaba gustando a todo el grupo de amigos
¿no os ha pasado alguna vez?
A lo que voy es a que la belleza no es objetiva, hay personas que ven belleza (son multiplicadores de belleza, creo que fue Dalí el que lo dijo) y personas que lo aceptan
por eso sí que creo probable el cambio de gustos en un momento dado
lo estamos viendo con los osos
Pues a ver si se comienzan a llevar las Osas… Solo que no peludas porque asi lo tendre crudo, cuando al fin se pongan de moda los kilos tenga que ingeniarmelas para que me salga pelo en el pecho jajajaja.
«¿De verdad creéis que puede cambiarse voluntariamente la atracción?
Otra cosa es que alguien en principio opuesto a tu canon y que no te atrae nada de nada puede llegar a enamorarte más que nadie (…)
Pero no creo que pueda considerarse nunca un acto consciente»
Estoy completamente de acuerdo con la opinión de Al. Yo creo que la atracción es algo que no podemos ni racionalizar, ni controlar.
pues yo creo que es cuestión de ejercitar la mirada
como en el arte o en el cine
«pues yo creo que es cuestión de ejercitar la mirada
como en el arte o en el cine»
Recuerdo una discusión que tuve una vez con un amigo que insistía en que «nunca podría sentirse atraído por una persona transexual». Y yo… ¿perdona? Insisto: el concepto de «atracción» (primario, básico, me gusta o no) no tiene nada que ver (creo) con elaboraciones posteriores. Tampoco creo que la atracción tenga que ver con un canon de belleza específico.
Muy gráfico tu ejemplo, Puto. Es como cuando voy de paseo con alguna amiga hetero.
Nunca me fijo en los chicos salvo que mi amiga diga de alguno «ahí va, qué tío más bueno», entonces miro y digo, «pse, no está mal» (si de verdad me lo parece, claro)
Eso sí, si voy sola ni me fijo.
Os paso este enlace a elmundo.es: El cerebro de hombres y mujeres percibe la belleza de forma diferente. Por lo que pueda valer.
muy interesante, pero ese mismo experimento lo podrían haber hecho el día en el que se inauguró la primera exposición de arte impresionista y comparar los resultados con los de ahora
educación, cultura, costumbre, entorno social, estado anímico: todo influye en la apreciación de la belleza
Home, pues la atracción no es algo que digas «a metamorfosearse, powerdinozord» y de repente te conviertas en un chaser cuando toda la vida te iban sólo los delgados. Es más una cuestión de descubrimiento y exploración de otras formas corporales, un proceso.
De todas formas, y ya que se ha mencionado el tema oso, no creo que esté habiendo una revolución estética al respecto. Cambios, pero no revolucionarios. Llamémoslo moda, quizá. Del rollo oso lo que se está haciendo más popular no es precisamente la gordura,… A eso me refería yo anteriormente con lo de «más de lo mismo»: «vale, aceptamos pelo, pero ¿gordos? ¿y dejar de ir al gimnasio y estar perfectamente esculpidos? Eso JAMÁS»
No estoy de acuerdo con eso último, Metabolic. En el ambiente ursino quien «triunfa» son los hombres de…»aspecto contundente».
Gordos, vaya.
Tanto que incluso hay quien, harto de ser invisible, engorda (o no se molesta en adelgazar cuando pilla unos kilos de más) momento a partir del cual consigue ligar más.
Personalmente el pelo en el cuerpo (en la cara es indispensable) me da más o menos igual. Pero ¿un hombre delgado?: ¡ni de lejos!.
Y eso en el ambiente ursino por el que me muevo es lo habitual.
En cuanto al gimnasio ¿qué es un gimnasio?…La mayoría de los osos que conozco te harían esa misma pregunta.
Realmente, a lo que me refería yo es a la imagen de proyección externa, publicitaria, etc del rollo oso. A eso y a las «recién llegadas» que no saben muy bien de qué va concretamente la vaina.
Claro que sigue habiendo gente que adora la contundencia (y que no se extingan!) pero cierto es también que están sucediendo incorporaciones ajenas.
Ah, vale.
Perdona, que no te había acabado de entender.
Sí que es cierto sí que a nivel «externo», como dices el rollo oso se ve como un tío más o menos de gimnasio pero con pelo. A difundir esa falsa imagen también han tenido que ver las historias de los concursos de belleza ursina y P. Veral que durante un par de semanas salía diciendo chorradas hasta en la sopa.
Entre los muchos topicazos y barrabasadas que también llegan al mundo de los osos a veces nos encontramos con la de féminas heterosexuales en algún bar mixto pretendiendo «tocar» (tal cual y en mis propios morros) «esa barriguita peluda tan mona» mientras sus heterosementales rollo «metrosexual demodé de todo a euro», observan al oso cabreado con cara de lástima en plan: «pobre infeliz: nunca tendrás un cuerpazo depilado de gimnasio como el mío».
Ellas no se dan cuenta que el tiazo gordo y peludo, por más que con lenguaje jocoso se autodenomine «oso» no es un mono de circo junto al que fotografiarse.
Ellos no se dan cuenta que el tiazo gordo y peludo está gordo y peludo pq disfruta comiendo, porque se gusta cada mañana cuando se mira al espejo y está encantado de haberse conocido y de conocer a otros tiazos gordos y peludos con los que disfrutar sin tabúes de lo mejor que tenemos: nosotros.
Ale: ya me he quedado agusto!.
hay quien, harto de ser invisible, engorda (o no se molesta en adelgazar cuando pilla unos kilos de más) momento a partir del cual consigue ligar más
¿Lo dices por ti y tu barriga prenatal? Será en tu ambiente de obesidad mórbida y veladas de bocadillos de sobrasada. Donde esté un tío con su cuerpo fibrado o musculado, con buenos biceps, pecho, abdominales y cuerpo sano, que se quiten los lorogrinos con su grasa y su tocino al aire.
La afición de lorogrino por los pelos en la espalda,hombros, barrigas colgantes y comida grasienta es digna de un buen estudio psiquiátrico.
Lo tuyo sí que es digno de buen estudio psiquiátrico. 😆
Más bien, a ti te falta un buen tazón de All-Bran todas las mañanas. A parte de un buen tratamiento neuronal 😆
Yo también te quiero, Fanfi. 😉