Maricones de Mierda

Los españoles tenemos la inquietante costumbre de lanzarnos a un aparato sin leer las instrucciones de uso. Así nos va como nos va, que con nuestra ansia llegamos a los lugares más altos y armamos un cisco. Porque si no no me lo explico: Su Santidad ha salido al balcón de Roma y ha dicho que la homosexualidad es igual de grave que el cambio climático, a pesar de que, per se, los homosexuales tenemos chungo eso de creced y multiplicaos … con la consiguiente carga ecologica de no generar descendencia. Lo de lo terrible de la homosexualidad es según el plan de Dios, entiendo, pero le tienen que haber puesto mal el DVD «Un plan divino» -y ha sido un español, ¡seguro!- de ese plan porque más de 450 especies también practican no sólo la homosexualidad, sino también la adopción homoparental y sus congéneres no les discriminan. Y tampoco les ha caido una amenaza de no ir en el Arca de la rendeción a animalitos como los delfines, las jirafas o los flamencos.

Otro español tiene que estar triscando por la corte de los talibanes también ha armado otro cisco con el DVD «Realidad Nacional Iraní». Ahmadineyad dijo en la Universidad de Georgetown que en Irán no había homosexuales, y un estudio de una universidad de este país ha demostrado que a Ahmadineyad le han explicado bastante mal las cosas, porque homosexual, por lo menos un poquito, es el que realiza actos homosexuales y bastantes jóvenes universitarios iraníes han sido un poquito homosexuales.

Y por supuesto, están los niños. Hay que proteger a los niños. Si son sordomudos mejor, porque así no hablan, o hablan cuando los delitos han prescrito, como parece que ha sucedido en un orfanato a cargo de la Iglesia, en Italia, donde habría seguramente otro español que no supo poner el DVD «Dejad que los niños se acerquen a mí». Y educarlos, porque, claro, los padres han de educar a los niños en sus convicciones, aunque esas convicciones estén claramente en contra de los principios de igualdad y no discriminación, fundamentales en nuestro Estado de Derecho. O si no tienen padres dejarlos en orfanatos (católicos, por supuesto), todo mejor que dejarlos que los eduquen una pareja homoparental, aunque sean unos abuelos de madre drogadicta que no pueden hacerse cargo de sus nietos, y aceptan de buen grado que una pareja homosexual los adopte -con régimen de visitas y todo, oiga-. En esas, cuando vamos a un happy ending, un anónimo multimillonario decide financiarles la ayuda legal para revocar la adopción, un hecho insólito en el país donde tienen una ley igualita, igualita al matrimonio entre personas del mismo sexo, salvo en el nombre. Alguien no vió del todo la fascinante producción para estrenos TV, con risas, llanto, comedia y drama, «Dos homosexuales y un biberón»

Ah, pero que a nadie se le ocurra manifestar una opinión en contra de la existencia de Dios, que entonces es una falta de respeto, faltaría más y nos sale Montse diciendo que la libertad de expresión ha de ser tutelada, en referencia a los autobuses ateos. Sin embargo, la respuesta prístina y clara a esos autobuses (Dios si existe, disfruta la vida en Cristo) con una condicional extrañamente construida, pero superrespetuosa y politicamente correcta, porque, claro, sería afirmación, si el acento estuviera en la de sí. Alguien no se vió el DVD «Ortografía jocosa». Eso si, de la misma Iglesia, recordemos los que rezamos el credo, una iglesia, de donde vienen las protestas por la falta de respeto a los creyentes nos vienen declaraciones como que el Katrina fué por la tolerancia a los homosexuales y a los abortistas, aparte de dudar del hecho comprobado del exterminio de judios por parte de los nazis… Alguien no ha visto la famosa película de Meryl Streep «La decisión de Benedict»

Claro que quien se lleva la palma de no haberse podido ver el DVD «Como ser un amable jefe de personal» es el susodicho de El Corte Inglés de Vigo, que frente a un escaparatista que quería el traslado para vivir con su marido dijo una frase por la que pasará a la posteridad: «Maricones de mierda, se creen que tienen todos los derechos». No, hombre, no, así no.

Para eso dejas que lo diga Su Santidad que, saliendo al balcón, lo dice más fino.

Enrique Olcina

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Actualizado a 16 de febrero, 17:07: ver los comentarios a esta entrada en la versión antigua del blog.