Convergencias
Hace algunas semanas encontré en el consultorio sexológico de 20minutos la pregunta de una chica que había descubierto que su chico llamaba a los teléfonos eróticos y tenía sexo virtual tanto con chicas como con chicos. Al preguntarle si era gay, él respondió que no. La sexóloga ‘tranquilizó’ a la chica: ‘si te dice que no es gay es que no se siente así. No te comas la cabeza’. Me dio por pensar que este tipo de servicios, tanto las líneas eróticas como los foros y webs de contactos seguramente habrán aumentado el número de hombres que, habiendo fantaseado en un momento dado con la idea de hacerlo con otro hombre, hayan podido llevarlo a la práctica a determinados niveles (charlas eróticas, intercambio de fotos o vídeos o incluso pasar de lo virtual a lo real). Me pregunto si en este tipo de contactos llega a establecerse algún tipo de intimidad no basada en el sexo, un mínimo de confianza entre las personas implicadas. Mi interés es porque, suponiendo que cada vez son más los heterosexuales que, tangecialmente, contactan con homosexuales, sería interesante irnos haciendo una idea de qué imagen tienen de nosotros y hasta qué punto les influímos en ese breve encuentro.
En estas convergencias y en otras igualmente ‘tangenciales’ se forma una parte –por determinar- de la ‘imagen social’ de un colectivo, en este caso nosotros. Luego está la imagen que venden los medios de comunicación, los partidos políticos, los grupos religiosos, donde evidentemente nos resulta más difícil incidir a nivel individual, pero en el terreno que nos ocupa hoy sí que podemos incidir. Este chico que tiene un contacto virtual con un homosexual, seguramente se llevará una imagen distinta de los gays según lo que el homosexual le cuente. Si se encuentra con alguien que le dice: ‘Yo es que no voy con maricones, son todos unos…’, se llevará la imagen de un colectivo de ‘amargados y frustrados’, y la transmitirá. Si se encuentra con alguien que quita importancia a la orientación de ambos probablemente se llevará una imagen mucho más positiva, que sin duda también, transmitirá, aunque sea inconscientemente. De acuerdo en que no va a ir proclamando que se ha enrollado con un homosexual y que es ‘de puta madre’, pero probablemente, si estos encuentros se repiten, empiece a sentir que tiene más en común con nosotros de lo que pensaba.
No son estas las únicas convergencias que se me ocurren. Hay homosexuales que, por no responder al estereotipo, coinciden en su tiempo libre y tienen más amistades con heterosexuales que con gays. A mí por ejemplo me interesa mucho lo que estos homosexuales cuentan de los otros gays. Quiero pensar que evitan cosas como ‘Yo es que me siento más a gusto con vosotros, en el ambiente son todos unas locazas’. Me gustaría de verdad pensar que, incluso sintiéndolo, evitan decirlo, porque seguramente están causando un daño irreparable no sólo a los otros gays, sino también a sí mismos, y es que cuando se predispone a la sociedad contra los gays, son todos los LGBT los que salen perdiendo. ¿Y nosotros? ¿Los que nos gusta Eurovisión, defendemos la pluma o el orgullo? Cuando ‘convergemos’ aquí en DM con alguno de estos gays menos prototípicos, la verdad es que… ainsss… La verdad es que suelen tener respuesta inmediata, y a veces tienen que respondernos a más de uno a la vez, con la consiguiente falta de tiempo para pensar y la posibilidad de perder las formas. Me preocupa porque la imagen que se lleve de aquí es la que transmitirá luego a sus amigos heteros o a otros amigos suyos homosexuales, entrando así en un círculo vicioso de difícil solución. De todas formas tengo que decir que, desde que conozco Dos Manzanas, he conocido casos bastante positivos de ‘encuentros en el punto medio’, casos en los que, más allá de mantenerse cada uno inamovible en su postura expresándose con argumentos razonables y sin insultos (que también es deseable, ya quisiéramos que los políticos –a quienes todos pagamos- llegaran por lo menos a este nivel) se ha producido una especie de ‘contagio’ en el que cada uno ha llegado a comprender tan bien los argumentos del otro, que ha llegado a esgrimirlos llegado el caso. Por ejemplo, personas que han mantenido y mantienen una postura contraria a la pluma, y que sin embargo han sabido ofrecer argumentos ‘a favor’ ante posturas o comentarios demasiado viscerales o que contenían insultos.
Aunque me gustaría quedarme con esta consideración tan positiva, me queda aún revisar otro tipo más de convergencia: el que se da en Dos Manzanas con personas heterosexuales que entran ocasionalmente para comentar o leer alguna noticia –me imagino algún padre o madre preocupado-. En general me atrevería a decir que la impresión que se llevan es buena, salvo por el espectáculo bochornoso e inevitable de aquellos que ponen, por encima de su propia voz, la voz de otros intereses, y por encima de sus propios argumentos, la del insulto y el ultraje. Espero que se les reconozca tan bien como creo que en efecto sucede.
NOTA: La semana que viene no hay columna. Me tomo unas minivacaciones. Un abrazo a tod@s
Hola Raúl, me ha parecido muy interesante el texto y me gustaría compartir mi opinión.
Creo que hablas de hechos demasiado concretos cuando te preguntas por los heterosexuales que buscan «matar un fantasma» fantaseando en líneas eróticas con otros hombres. Lo que opinen de los gays estos tíos seguro está íntimamente relacionado con su nivel cultural (salvando las excepciones, obviamente).
Seguro que todos vemos que una persona medianamente culta, que ha viajado o que ha tenido relación con personas diferentes, entiende perfectamente que el grupo no siempre hace al individuo. En ese sentido, la mejor herramienta para luchar contra la homofobia o los estereotipos seguramente será la educación y el conocimiento.
Si un amigo o amiga me dice que se siente mejor con los heterosexuales, yo no entendería esa afirmación como excluyente. Lo normal es que una afirmación así no sea de carácter absoluto, por estar encuadrada un un dominio que conocen perfectamente las personas que están conversando. Aun así, me parece un absurdo afirmar que uno se siente mejor con gays o con heterosexuales.
Desgraciadamente hay un número importante de personas que absorben la información social más superficial sin espíritu crítico, alimentando de esa forma clichés y estereotipos, y adoptándolos como válidos y absolutos.
Hay afirmaciones que esconden más de lo que creemos. Pensar que la pluma es mala o negativa atiende a una concepción absolutamente machista de la sociedad, atiende a asimilar que las conductas otorgadas por decreto a la mujer, son perniciosas y negativas cuando se aprecian en un hombre, hasta el punto de que hace bien poco una persona culta se acercaba a maricón. Así que para la manida frase: «Los gays son unas locas» tenemos, por un lado el cliché, y por otro el machismo (creo que este último más encubierto).
En fin, que volviendo al origen de mi comentario, la herramienta fundamental para luchar contra estas lacras sociales son la educación y la cultura.
Por cierto, leer DM es ganar en conocimiento y cultura, así que descuida, los padres y madres que entren aquí se llevarán una grata sorpresa.
Si me hubiera consultado a mí la chica, en lugar de a 20minutos, le hubiera dicho que su novio es probable que sea bisexual.
Raúl, hablas aquí de «estereotipo» o de «prototipo» del homosexual. Lo primero existe; lo segundo, no. Existe una imagen estereotipada de cómo se supone que es un homosexual, sí. Pero ser homosexual no supone ser de ninguna manera en particular, ni, desde luego, expresarse o comportarse o hablar de ningún modo específico.
En cuanto a la imagen general que se tiene del conjunto de homosexuales, de cómo vivimos y cómo nos relacionamos, mucho me temo que el hecho de que la generalidad de homosexuales aún no es visible, salvo en círculos íntimos, pues… ello conlleva suspicacias por parte del resto de la población.
Javier: en su segunda acepción en el diccionario de la RAE, prototipo es «Ejemplar más perfecto y modelo de una virtud, vicio o cualidad», así que correctísima tu apreciación. Supongo que lo he utilizado por no repetir la palabra ‘estereotipo’, que es la correcta y la que tenía en mente.
Hablas de círculos íntimos que sí saben cómo somos y cómo nos sentimos: yo lo que propongo es, en estos círculos, un ‘activismo doméstico’, por llamarlo de algún modo. Un uso consciente del lenguaje y del contenido de nuestras conversaciones para intentar dar una imagen positiva o al menos no reforzar la imagen negativa. Luego, de estos círculos más íntimos y próximos a nosotros, esta imagen positiva podría transmitirse a otros por ‘convergencia’, por ‘contagio’.
Chus, creo que pones el dedo en la llaga cuando hablas de ‘educación y cultura’. Con la actitud que he descrito antes, creo que nosotros mismos estamos educando casi sin que nuestro interlocutor lo note.
Evidentemente, hay veces que te relajas, esto supondría un esfuerzo constante, pero no está mal tenerlo en mente. El otro día una amiga me hablaba de un amigo suyo, homosexual. Me dijo que se había enterado de que contrataba servicios profesionales para el sexo ocasionalmente. Me confesó que se le había caído el ‘mito’, que no era necesario «con lo fácil que lo tenéis los homosexuales para el sexo». Yo, en lugar de indignarme (estábamos en un bar de copas) simplemente le dije: «A lo mejor ese chico no puede permitirse ser indiscreto por su profesión o por lo que sea. Ten en cuenta que aún estamos muy mal vistos en muchos círculos. O a lo mejor es que tiene mucho trabajo y no tiene tiempo de buscar, o es demasiado orgulloso como arriesgarse a un ‘no’,… Tómatelo con naturalidad, muchos hombres recurren a sexo de pago…’ Ahí quedó todo, y seguimos bailando. En otra ocasión, ya tendré tiempo de seguir explicándole e incluso darle una colleja.
La sociedad considera a la homosexualidad en líneas generales, aún en día de hoy, a algo equiparable al sexo, promiscuidad etc.
Estoy harto de oír eso de «la fidelidad en el mundo gay no es importante» «las lesbianas dan mucho morbo no hay más que verlas en las pelis porno»…….
También se da mucho bombo al hecho de si se abre una sauna gay en un sitio, pero nadie dice nada de la gran cantidad de burdeles de carretera que hay para el varón hetero.
Hola Raul, no se si he entendido correctamente lo que querías expresar. Pienso que el problema de las generalizaciones existe en la sociedad en la mayoría de los temas. La ignorancia es lo que pienso que crea estas generalizaciones. Soy hetero y conozco homosexuales «de puta madre» (desde luego la mayoría) y otros que no tanto… pero al igual que heterosexuales, no puedo juzgar (odio esa palabra, pero, en fin…)a un colectivo por la actuación de una persona.
Todos debemos ser libres al fin y al cabo. Lo mejor pienso que es hablar de personas independientemente de su manera de sentir y vivir.
Sobre el tema de la pluma o la no pluma… cada uno es como es, hay que aceptarlo asi. No creo que sea ni mejor ni peor, es así y ya está.
Como mujer a veces pienso que la actitud de algunas mujeres no favorece la igualdad, pero por otra parte, también son libres de actuar como actuan… supongo.
Finalmente decirte que es el primer artículo tuyo que leo y que pienso seguirte.
En mi caso, nunca he eludido responder cuando se me ha preguntado por mi orientación sexual, y cuando esto ha ocurrido ha sido siempre porque se ha llegado a un nivel de confianza favorecido por una relación personal, cuando menos, agradable. No sé si esto favorece o no la imagen de l@s homosexuales (no puedo saber qué imagen real tiene alguien de mí), pero desde luego normaliza la visión que puedan tener de nosotr@s, al haberse creado un lazo que interesa a ambas partes. En ese punto, la curiosidad por la orientación sexual de uno se queda en la mera anécdota, carece de importancia sustancial.
Hola, Olga, gracias por tu reflexión. Permíteme (tú y tod@s, porque creo que el tema de la columna igual era demasiado complejo para haberse contenido en una sola columna)un par de reflexiones:
Primera: parto de que los estereotipos, como ‘imagen social’, son inevitables. Por otro lado entendiendo que afectan tanto a los individuos pertenecientes al grupo estereotipado, (en este caso los gays) como a los no pertenecientes (heteros) mientras mejor sea la imagen social del estereotipo, será mejor para el colectivo, y para todos. El individuo gay se sentirá más cómodo dentro de ese grupo social, mejorando su autoimagen y su relación con los demás, si el estereotipo tiene una imagen social positiva, incluso aunque no se sienta plenamente identificado con el estereotipo.
Segunda: Dado que el estereotipo de un grupo en una determinada sociedad, la imagen social de ese grupo, estaría formada por el conjunto de las imágenes que cada individuo tiene de ese grupo, conviene que nosotros mismos, las personas LGTB, evitemos dar a estas personas una imagen negativa del colectivo llevados tal vez por experiencias exclusivamente personales y sepamos ser agentes activos en la construcción de una imagen más positiva del colectivo.
Bueno, espero no haberte liado más. El tema es complicado de cualquier manera. Un saludo.
Gracias por la aclaración, Raul, creo que entiendo tu postura. El individuo representa al colectivo, por lo cual debe defender la buena imagen del mismo con la suya propia. De lo contrario, al converger con otros grupos sociales (o con su propio grupo social) propaga una imagen negativa que afecta a la totalidad del colectivo.
Es al fin y al cabo el activismo tan necesario para el conjunto LGTB, así como para el resto pesonas que intentamos defender el respeto hacia este conjunto.
Estoy de acuerdo, eso si, siempre que no se reprima la libertad del individuo.
Y bueno,al hilo o no, creo que una forma de activismo es luchar contra la ignorancia. Yo no quiero ser una ignorante más. Estoy en Dos Manzanas para aprender.
Creo algo tan importante como la visibilidad no debiera depender de la confianza que se tenga con la persona que se está hablando, pues desde mi punto de vista nos podría retrotraer a la desfasada idea de que las preferencias sexuales pertenecen exclusivamente a la esfera de lo privado o lo más íntimo.
Como se ha dicho muchas veces por aquí, y creo que acertadamente, las preferencias sexuales tienen una vertiente pública y/o social, como queráis llamarlo, que es difícil obviar.
Desde el punto de vista del heterosexual, puedo entender que se decida esperar a «tener confianza» para hacer «la pregunta», pero esta misma actitud -por lo menos a mí- revela inconscientemente cuál es su idea/posición/modo de pensar respecto al tema de la homosexualidad.
Puedo contar un caso personal de hace un mes, acontecido en el grupo de la escuela de idiomas al cual acudo. Estábamos practicando el condicional y una de las preguntas era: «Casarse con un italiano/italiana». Como podéis imaginar, una compañera me hizo la siguiente pregunta: «¿Te gustaría casarte con una italiana?». Mi respuesta fue: «No, no me gustaría casarme con una italiana, pero me gustaría casarme con un italiano».
Aunque el contacto durante todo el año da lugar a cierta empatía, no podemos hablar de confianza estricta, ya que seguramente muy pocos compañeros nos seguiremos viendo una vez cambiemos de grupo. Y sin embargo, pese a ser un rutinario ejercicio gramatical que no implicaba responder ajustándose a la realidad personal de cada uno, es evidente que yo no podía pasar el momento y que, por cierto, parecía «puesto a huevo» porque de entre todos los alumnos, fui yo al que eligió la profesora para responder.
Lo curioso es que mi compañera o no reaccionó o quiso creer que yo no había entendido la pregunta, porque, a continuación me preguntó:»¿Y por qué no te gustaría casarte con una italiana?». Después de mirarle completamente anonadado durante dos segundos, tuve que responderle, haciendo uso del condicional, que con la italiana no podría hacer ciertas cosas en la cama que con el italiano sí que sería capaz de hacer.
Independientemente de la anécdota, para mí la visibilidad es algo tan general y cotidiano como eso: hacerte visible en tu día a día, sin tener que esperar a estar delante de tu amigo/a del alma.
Saludos
Totalmente de acuerdo, Carrington.
Precisamente si no somos visibles ante todo el mundo, sin excepción, no facilitaremos el avance del cambio que necesitamos.
Por un lado, no les damos oportunidad a quienes desconocen nuestra realidad, nuestra existencia individual y concreta, para que vayan asimilando que estamos con ellos, con ellas, en todas partes; no sólo como amigos, sino como meros paisanos, si se quiere.
Por otro, hemos de dejar de «adaptarnos» a nuestro entorno; sino que cualquier tipo de entorno ha de adaptarse a que aquí estamos los gays, las lesbianas. Quien sienta prejuicios, que se los vaya mirando.
Finalmente, nuestra vida queda restringida, impedida para su plenitud, si no somos espontáneos y naturales.
Carrinton:
«para mí la visibilidad es algo tan general y cotidiano como eso: hacerte visible en tu día a día, sin tener que esperar a estar delante de tu amigo/a del alma».
Pues es eso Raúl.
Me ha encantado tu columna. Pero también la veo un tanto innecesaria y una reflexión un tanto «ingénua». Tal vez pq desde hace tiempo suscribo la última frase de Carrington y no necesito más.
En la columna planteas muchos temas sobre alguno de los cuales últimamente he tenido una cierta experiencia.
– Los «heteros» que se acercan a gais para tener sexo: a estos les importa menos que nada como vivimos, qué pensamos, como somos. Quedan, follan y ya está. Su vida es la vida del vivir escondidos sin valor para hacer algo que tal vez les gustaría. Simplemente me cabrean. Una noche cualquiera en la página de contactos en la que tienes perfil te entra un tío que no pone foto de cara y te dice que busca sexo a horas «un tanto extrañas». Le preguntas por la mujer/novia y te dice que le está planchando las camisas pero que quedéis en tu casa a las 5 de la tarde para un polvo…
O el tío con el que has follado varias veces en la sauna el día que te lo cruzas por la calle de la mano de la mujer empujando el carrito del crío cuando te ve se pone rojo y procura no mirar. En esos casos (y he tenido varios) SIEMPRE me acerco a saludarle y soltarle mirando a su mujer: «¿qué, cuando volvemos a pegar un polvazo como los habituales en la sauna tal?»…Lo siento pero Mae West era genial y… 😉
– Sobre los gais que «no quieren parecer gais». Pues a bote pronto y por puro hastío sólo se me ocurren dos cosas:
– Cosa 1: invitarles a un bar de osos a tomarse una cerveza junto a un tiazo gordo, feo y peludo hablando en femenino…
– Cosa 2: citando al putojack: «Si no les gusta tu pluma clávasela».
– Sobre los heteros que leen aquí. Pues eso: que lean, que pasen por locales gais, que vayan al Orgullo, que asistan a asociaciones. Pero que se dejen los estereotipos guardaditos en el armario de su casa. Sin prejuicios acercándose a nosotr@s verán una realidad mucho más poliédrica y rica de lo que imaginaban.
– Y sobre nosotr@s: vivir lo que somos con normalidad absoluta.
– Situación 1: una mujer hetero que viene a caminar al Grupo Gai de Montaña del que participo: «Hola me llamo XXXXX. Verás es que soy hetero. ¿Te molesta?.- Hombre mientras no quieras que te folle pues no. ¿Has pagado la cuota?, ¿puedes hacer la ruta?. Pues ven siempre que quieras que esto es un grupo de senderismo».
– Situación 2. El viernes en una farmacia: «Hola quiero un bote de «Pharmatón». «¿Con gingsen?». «No». «Es que el ginseng aumenta la libido y estimula la función sexual y tú y tu chica disfrutaréis más». «Gracias pero no lo necesito»…al cabo de cuatro intentos: «Mira guapa yo lo que necesito es un tiazo que me baje la libido con veinte polvos seguidos. ¿Con tus vitaminas con ginseng regaláis osazos tipo 4×4?». «Ehhh me temo que no». «Pues dame las pastillitas normales que de buscarme novio o folliconocido o lo que sea para bajar mi estimulada función sexual ya me encargo yo».
– Situación 3: hace unos meses me mudo a un piso nuevo. Una vecina en el ascensor: «Eres el nuevo vecino del ático, ¿verdad?. ¿Y estás casado?». «No». «¿Pero tendrás novia». «No señora, ahora mismo no tengo noviO»…
– Situación 4: la chica de la panadería habitual: «…usted los domingos ¿sale a bailar?». «Pues la verdad es que no me gusta mucho bailar, no». «¿Y a su chica tampoco?. Se debe aburrir mucho». «Que va si ahora hace tiempo que no tengo ningún novio serio. Y los que he tenido antes eran más de subir montañas que de ir a bailar los domingos»…
Personalmente la imagen que demos a los heteros no es algo que me quite el sueño.
En cualquier caso tengo claro que si «hay una imagen que dar» debe hacerse desde la cotidianidad en las cosas más tontas del día a día.
Israel: totalmente de acuerdo con tus comentarios.
Raúl: ¡¡¡Buenas vacaciones!!!.
Vuelve a la vuelta con tus certeras columnas. Un abrazo.
Una pregunta, Lobogrino: ¿qué es «parecer gai»?, es decir, ¿cómo es un gai o cómo se comporta el gai-gai?
Javier: pues lo cierto es que nunca lo he sabido yo tampoco. Pero muchas veces me he encontrado con gais (imagino que muy armarizados o muy llenos de historias) que te sueltan que «son gais pero no quieren «parecer gais»»…
Imagino que «parecer gai» no es más que un misterio insondable de la mente humana.
Hace un tiempo un amigo hetero me dijo que iba a una fiesta de disfraces y me pidió que le enviara por mensajero algo porque quería «ir disfrazado de gai».
Ni que decir tiene que atendí la petición.
Cuando abrió la caja se encontró: unos calzoncillos y unos calcetines del Carrefour, unos pantalones de mercadillo y una camiseta y unas zapatillas del Decathlon.
Me llama y me dice: «Tío me has enviado ropa normal. Yo te había pedido algo para ir de gai». «Y te he mandado ropa de gai: es la que yo uso habitualmente y soy gai».
Sigo sin saber si «parezco gai» o no.
Creo que tanto me da… 😉
Tienes unos amigos mú raros lobo… Aunque ahora recuerdo que una vez iba a una reunión de directorio en la Asociación de Autores de Cine en Caracas, cuando tenía directorio solía ir disfrazada de «Gerente» y una amiga me dijo «que guapa vas, pareces una lesbiana elegante»… Todavía estoy descifrando qué carajo es eso, más si se cuenta que estaba yo en uno de mis más heteros momentos jajajajaja…
Carrington, Lobo: estamos de acuerdo, visibilidad a todas horas, o ‘activismo doméstico’ como lo he llamado. Todos los ejemplos que ponéis son clarificadores. Por un lado invierten la tendencia a creer que todo el mundo es hetero, y por otro, amplían la visión demasiado reducida del estereotipo.
Mi propuesta en esta columna iba más en relación a evitar decir, en un momento depre, ‘¿por qué es tan difícil encontrar un gay normal?’ (yo lo he oído más de una vez). La palabra ‘gay’ está sobrando en esta queja. Ya no hay nadie ‘normal’.
Un abrazo, nos vemos dentro de dos martes 🙂