Loro y Ardilla buscan piso
Después de un tiempo de relación, Loro y Ardilla decidieron que era el momento de irse a vivir juntos. Tenía que ser un lugar especial, un lugar en el que disfrutar de su amor y vivir su vida en común plenamente.
Empezaron a mirar huecos en los árboles, por eso de que son más resguardados y calentitos ahora que se acercaba el invierno.
Pero contrariamente a lo que ellos pensaban, conseguir que les concediesen la hipoteca no iba a ser lo más difícil. Las dificultades se presentaron incluso antes. Nadie parecía dispuesto a venderles (ni siquiera alquilarles) un hueco en un árbol.
En el barrio de los Pinos les dijeron que “no había ningún hueco libre” (a pesar de las decenas de carteles que colgaban de todos los árboles). En la avenida de los olmos les hicieron saber que “los precios no estaban a su alcance” (a pesar de que había familias obreras con 10 y 12 ardillitas, y ardillas muy por debajo de lo que se llamaban “mil-bellotistas”). En la zona de los Alcornoques ni siquiera les respondieron al saber que estaban juntos.
Viendo que el tema del hueco en el árbol estaba muy difícil, decidieron intentar buscar un nido.
Pensaron que no tendrían tantos problemas, ya que en el mundo de las aves hay más diversidad. Pero estaban equivocados.
Buscaron nido por todas las copas de los árboles del Bosque y nada. Las mismas excusas que en el mundo de las ardillas.
Ya estaban a punto de tirar la toalla cuando encontraron el árbol ideal. Un gigantesco abeto con los mejores huecos y nidos de todo el Bosque.
Después de preguntar en varios nidos y huecos que estaban en venta, una Cacatúa muy simpática decidió venderles su nido duplex porque se iba de gira todo el invierno al trópico y luego tenía pensado retirarse allí definitivamente (había sido la Primera Pájara en un cabaret-teatro del Valle de muy buena reputación) y estaba encantada de venderles su nido a una pareja tan adorable.
Loro y Ardilla estaban la mar de contentos pero Cacatúa les advirtió de que para la venta del nido tenían que tener el visto bueno de la dueña del Abeto, una urraca amargada que vivía en lo alto del árbol y que era todo menos tolerante, comprensiva, legal, decente y buena ave.
Cacatúa les contó que ella misma al empezar a vivir en aquel Abeto tuvo que ocultar que había nacido con cuerpo de Palomo. Aunque ella siempre supo, desde polluela, que era Cacatúa y después de un viaje al Amazonia y unos injertos de plumas (divinas todas ellas) se había convertido en lo que realmente era ella, una Cacatúa de las plumas a las patas (pero esta es otra historia que contaremos otro día).
Loro y Ardilla fueron ya con el miedo en el cuerpo a ver a Urraca, pero totalmente dispuestos a no ocultar que estaban juntos y que se querían.
Urraca vivía, como ya hemos dicho, en lo alto del Abeto, en una mezcla de mega hueco con nidos adosados y con vistas al arroyo que quitaban el hipo. Una autentica mansión.
Loro y Ardilla le explicaron la situación y su deseo de comprarle a Cacatúa su nido duplex. Urraca les miro de reojo, movió un poco su retorcido pico y preguntó:
Pero… ¿vosotros sois pareja? –
Loro asintió y paso su ala por encima de la espalda de Ardilla. Pero… ¡eso no es natural, ni legal!, gritó Urraca. ¡Una pareja natural esta compuesto por loros o ardillas, y no por un loro y una ardilla, o por otros sujetos! –
Ardilla que ya estaba un poco cansado de todos los problemas que habían tenido en buscar un lugar en el que vivir juntos, y agobiado porque cada vez se acercaba más el invierno y no tenían donde pasarlo, explotó:
Mire vieja Urraca, espero que le queden claras un par de cosas. La primera es que no hay nada más natural en este mundo que el amor, que es lo que nos sobra a Loro y a mí. Nos queremos, cuidamos el uno del otro y tenemos un proyecto de vida en común. Y segundo, nuestra futura unión en matrimonio es totalmente legal. Espero no tener que recordarle que en este bosque los matrimonios entre especies están legalizados desde hace ya algunos años, desde que fue elegido presidente de este bosque Ciervo (al que algunos llamaban bambi al principio, por su buen talante). Y ya se que usted estaría más a gusto si Gaviota volviese a ser presidente o aun peor, si Aguilucho levantara la cabeza, pero queridísima señora Urraca, los tiempos han cambiado, y esta claro que ya no son los suyos. Tenga usted muy buenos días. –
Y dicho esto cogió a Loro de las plumas y se marcharon muy cabreados pero con el orgullo y la cabeza bien altos.
A la vieja Urraca le importó bien poco, torció su feo rostro y volvió a su gran hueco palacete…tan grande…tan frío… tan vacío.
Días mas tarde llegó el invierno y Loro y Ardilla seguían sin tener ni hueco ni nido donde estar calentitos y a gusto. Hacía mucho frío, y se acurrucaban el uno junto al otro para darse calor. Pero seguían a la intemperie.
Una noche especialmente fría apareció Cacatúa (que les estaba ayudando junto con otros vecinos del Abeto con hojas para taparse y bellotas y arándanos para comer) muy emocionada y cantando con todo su trino al máximo.
¡Nos hemos librado de ella, nos hemos librado de ella! – gritaba.
La Urraca ha estirado la pata – les dijo emocionada. – ¡Por fin podemos hacer la venta del nido!
Loro y Ardilla no se lo creían.
Pero … ¿Qué ha pasado? –
Cacatúa les contó que los vecinos del Abeto creían que Urraca había muerto de frió al estar sola en un hueco tan grande. Otros en cambio opinaban que había muerto de soledad y tristeza, ya que nadie quería estar con ella por lo mal ave que era. Incluso alguno llegó a decir que se había tomado apropósito unas bayas venenosas por que no soportaba su propia existencia de mezquindad.
Fuera como fuese la era de terror que Urraca había impuesto en el Abeto había llegado a su fin. Loro y Ardilla ya tenían un lugar donde vivir su amor y justo a tiempo, ya que el invierno estaba allí con toda su crudeza.
Cacatúa se fue al trópico y Loro y Ardilla ya disfrutaban de su nido duplex. Calentitos y acurrucados miraban a través de los bordes del nido como caía la nieve sobre el bosque.
Loro dijo:
Al final todo ha salido bien, conseguimos nuestro hogar, aunque a punto hemos estado de tener que pasar el invierno bajo la nieve. No le deseo mal a nadie, pero ha sido una suerte que Urraca estirara la pata, por la razón que fuera.-
Si.- dijo Ardilla. – Da igual por que fuera. Se sonrió y no dijo nada más. Beso a Loro en pico y siguió contemplando el lento caer de los copos.
Y vivieron felices mucho tiempo. Hasta que el nido duplex se les quedó pequeño al adoptar a un canario y un par de mellizos ratones de bosque y de tener una pequeña lorita gracias a la donación de un huevo y un nido de alquiler.
Entonces se mudaron al antiguo hueco-palacete de Urraca y lo llenaron durante muchos años con su calor, su amor y los gritos y trastadas de sus cuatro pequeñines, como cualquier otra familia.
Fin
Ah, queréis saber por qué Ardilla se sonrió la primera noche que pasaron juntos en su nido, cuando Loro comentó lo que le había pasado a Urraca. Ardilla nunca se lo llegó a contar a Loro, pero Urraca murió al recibir la notificación de la denuncia que Ardilla le había puesto por discriminación homófoba, y que sabía que tenia ganada gracias a unas leyes y un bosque de derecho que habían construido entre todos.
No hubo necesidad de llegar a juicio ya que Urraca estiró la pata de la impresión de cómo habían cambiado tanto los tiempos desde que Aguilucho reinaba en el bosque a golpe de alerón.
Y es que urracas cada vez había menos y el bosque cada día era un lugar mas libre. Gracias a seres como Ardilla, que no se resignaban ante lo que les deparaba la vida, si no que luchaban por lo que era justo, su derecho a amar libremente.
Trot
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Esta fábula formará parte del libro que estamos preparando con «Las fábulas del loro y la ardilla». ¿Quieres que tu fábula forme parte del libro? Envíanos tu fábula, ¿a que estás esperando?
Ayyy que iluuuu, mi relato publicado jaja.
Ya se que estos relatos los le muy poca gente y que los comentan menos, pero me da igual, solo la ilusion de ver a mi ardilla y mi loro publicados me vale jajaja 🙂
(con lo facil que soy de contentar, como no tendre novio??? )
Y encima es que veo que me ha saldio super extensa la historia jaja, «más» reclamo pa leerla jaja
Besos 😉
Que chula historia, Trot, así es bello que te cuenten cuentos.
Pues trot, sin ánimo de ofender al resto de artículos, es de los que más me han gustado así que te envío un cordial abrazo desde Asturias.
Gracias seiscolores 🙂 , gracias D. Feroz, otro de vuelta para asturias 😉
Hola Trot, me alegro que estes entusiasmado de ver publicada tu fábula, pero más me ha entusiasmado a mi el poder leerla.
Ayer la empecé a leer pero no puede terminarla y hoy ya me espera la hora de terminarla. Me ha gustado mucho. Un bico.
Ah me ha gustado que fuese larga, porque le daba un aire misterioso-terrorifico llegué a pensar que se les iba a aparecer el fantasma de la Urraca, pero me alegro que no fuese así.
Un relato redondo, Trot. Me iban apareciendo sonrisas en la boca a cada párrafo. Muuuuuy bien.
Gracias Anxo 🙂 Oye, no se me habia ocurrido lo del fantasma de la urraca jaja, es genial. Lo utilizare en la segunda parte o en el especial de Halloween jaja Bicos mil 😉
Gracias Rukaegos 🙂 Sonrisas (en la boca si estas soltero) para ti tambien 😉
Pues esperaré con impaciencia por esa segunda parte de Halloween lo que aqui llamamos Samaín. Bicos para ti también.
Estoy soltero Trot, así que aprovecha ahora (y de paso aprovecho yo), que en dos meses va a cambiar la cosa … 😉