The Reader
He ido a ver The Reader y me ha parecido una película emocionante en el primigenio sentido de la palabra, que mueve las emociones como un camino hacia la reflexión.
Para quien no la haya visto, la película comienza con el descubrimiento del sexo y las emociones de un adolescente, en brazos de una mujer madura, a la que le lee historias y con la que luego hace el amor. Esa particular concepción de la relación la impone el personaje de Hanna, con la genial Kate Winslet, sobre Michael, toda vez que descubre que a este le gusta leer.
Es fácil predicar resistirse a la irresistible atracción del otro. E incluso puede hacerse con tal elocuencia que sea hasta convincente, pero es difícil resistirse a ese impulso ineludible, inexplicable, inexorable que nos hace gravitar sobre el cuerpo del otro y nos pide, con un imperio silencioso, que nos ayuntemos. A cambio de eso daremos lo que sea, o casi, y más si somos jóvenes. Nos parecería un precio pequeño, y podríamos llegar facilmente a ese acuerdo, si antes de ese momento de excitación, gozo y gloria realizamos esa pequeña tarea.
Todo parece tan sencillo. Todo, en realidad, sería tan sencillo si el mundo no estuviera compuesto por personas y secretos. Los secretos son los nudos de un tapiz y, como buenos nudos, atan la trama del mismo y le dan color, profundida y forma. Si ya es difícil asimilar que la persona con la que estuviste un verano, de la que te enamoraste casi al instante, con esa sencillez de adolescente, ha abandonado el lugar, el lecho y el amor que juntos compartísteis, más difícil aún es descubrir que esa persona -la misma e idéntica que se estremecía con tus besos, la que buscaba tus caricias, la que dormía junto a tí, y a la que le leías porque leer era un preludio y un alargamiento del placer- había cometido terribles crímenes en el pasado.
Mas alla de que la simple diferencia de edad hiciera de esa relación algo censurable e incomprendido en tu entorno, esa persona con la que mantuviste una relación albergaba, como lo hacemos todos en mayor o menor medida, otra persona distinta, silenciosa y reservada y con un secreto, aparentemente, inconfesable. Y de pronto te ves complice de ese secreto. Como un conejo sorprendido enmedio de una carretera por un coche a toda velocidad, si no corres, si no te escondes, si no saltas al arcen mueres bajo las ruedas, atropellado por el secreto que sale a la luz.
Sin embargo, si saltas y te escapas también mueres, porque el bosque, la oscuridad, el sigilo, el silencio es otra muerte de agonía mas imperceptible, y, por ende, engañosa. Crees que te has salvado, empero, en la huida guardas tan para ti los restos de humanidad que han quedado del naufragio que pareces haberlos perdido. Los demás no encuentran en ti la brizna de ternura que podrían mínimamente esperar. El silencio les hace dudar de si queda algo realmente. Crees que te has salvado y, sin embargo, has quedado atrapado en uno de los firmes nudos del tapiz de los secretos.
He ido a ver The Reader y me ha parecido una magnífica metáfora del armario que es, al fin y al cabo prisión condicionada a la furtividad y al silencio
Fuera de tópico: Brillante argumentación la del señor Portela, en el diario Atlántico, sobre que él si comprende al jurado que estimó la legítima defensa y el pánico en el doble homicidio de Vigo si no fuera porque: a)lo de la amenaza con cuchillo al acusado sólo lo alega el acusado porque el resto de posibles testigos están muertos, los mató el acusado, luego hay que ponerlo en cuarentena y b) fué un arrebato, si lo fué, muy corto. Se duchó, robó e incendió la escena del crimen tras cometer los dos homicidios. De traca.
¡intruso!
(es broma, ¡tú si que eres brillante!)
La verdad es que no he ido a verla porque me han dicho que es un coñazo. Te haré caso.
El otro día, nuestro Eduardo Nabal hablaba de homoerotismo en The reader. Habrá que verla.
¿Qué es homoerotismo?
wikipedia:
El homoerotismo se refiere al amor y deseo entre personas del mismo sexo, especialmente manifestado en artes visuales y la literatura. El homoerotismo se define como una forma de expresión cultural no necesariamente relacionada a la identidad homosexual.
La intepretación de Kate es buenísima, aunque se me hizo larguilla y sobre todo, creo que no profundiza en la personalidad de ella. Y por eso, para mi gusto, cojea un poco y la transición entre su relación y luego, toda la historia posterior, no encajan bien. Pero es una buena película, con todo.
Pero si se refiere al amor y deseo entre personas del mismo sexo, ¿cómo puede no estar relacionado necesariamente a la identidad sexual?
¿Qué dota a una escena erótica entre un hombre y una mujer de caracter homoerótico?
Igual con un ejemplo lo entendía mejor…
piensa que para muchos teóricos no hay identidad homosexual hasta que la psiquiatría la define a finales del XIX
es como hablar de españoles en el neolítico (o algo así)
siento no poder extenderme más, me mata la jefa 😉
No tengo claro si ir a verla, porque hace sólo un par de meses que me había leído la novela de Bernhard Schlink en la que se basa. Lectura recomendable que abre muchos momentos para la reflexión.
Y sí, Enrique, la vida de una Hanna poseída por sus dos secretos, sobre todo por el que no aflora, tiene algo de parábola del armario. Bien visto.
Nada, sigo sin comprenderlo bien. Supongo que tiene que ver sólo con la estética. Ahora sólo me falta saber cuales son esos caracteres estéticos que otorgan el estatus de «homoerótico». Me quedo con las ganas ¿no? Dichosos jefes.
Pues yo no he ido a ver la película aún, Odysseus, pero desde luego me has dado ganas de ir…
Yo no veo la parábola por ningún sitio, lo siento. Para mí es una película que habla de la culpa (individual y colectiva), pero por ningún sitio veo ese paralelismo.
La película me pareció del montón y bastante mal realizada (y no sólo porque los berlineses de los 50 lean y escriban en inglés, que también). Kate Winslet no me parece creíble en este papel (como si me lo pareció en Revolutionary Road).
La pelicula suena interesante, habrá que ir a verla, en cuanto a lo del articulo….
solo tiene una definición:
horroroso (o como defender lo indefendible)
Ave, personalmente (y hablo de la lectura de la novela como ya dije, no de la película) el miedo a que los demás conozcan tu verdadera condición pesa en la protagonista en dos sentidos; por un lado, su relación con los campos de concentración; por el otro, su incapacidad para leer que implica su necesidad de que alguien lea para ella (no lo aclaro más para no fastidiar a quien no la haya visto/leído y quiera hacerlo)
Es esta segunda parte la que a mí personalmente me recuerda al armario: saber quién eres, saber cómo eres, pero tener miedo de lo que digan o piensen los demás cuando lo sepan. Y quedar prisionero de ese miedo aunque eso signifique arrostrar unas consecuencias o culpas mucho más duras y destructivas.
Lo mismo no se referían a ésto Nabal ni Putojack, pero al leer la novela sí pensé que había una atracción fatal de Hanna por las prisioneras del campo de concentración a su cargo, por aquellas que elegía para que le leyeran libros en la intimidad, siempre jóvenes, frágiles, bonitas …
(Perdón, en el #13 hacía referencia a la pregunta de Chus acerca de dónde había homoerotismo en The Reader)
Chus, no es que yo sea un experto en el tema (ni en este ni en nada en general) pero para hablar de homoerotismo hace falta que la homosexualidad no se explicite.
Es decir, en las películas de Falcon no hay homoerotismo, en las pinturas griegas sí lo hay. Como dice mi admirado Alberto Mira, cuando uno se pregunta ¿será posible? es que hay homoerotismo.
Te dejo dos reseñas a dos peliculas que considero homoeróticas
http://archivo.dosmanzanas.com/index.php/archives/6028
http://archivo.dosmanzanas.com/index.php/archives/6077
Por otra parte, como te decía ayer, es dificil hablar de homosexualidad cuando la homosexualidad (la etiqueta) no se crea hasta el XIX. No es lo mismo decir «soy español» hoy en el siglo XXI que decirlo en el siglo IV antes de Cristo. Las categorías se impregnan de la nuestra mentalidad actual.
Decir que Platón es homosexual es tan anacrónico como decir que Séneca es español.
Hola. Yo me refería a homoerotismo en el tratamiento del desnudo de David Kross en la primera parte del filme. Como el lesboerotismo de «Caramel», finalmente más específico.
Ví la película ayer. La primera mitad me aburrió. Después, recupera el tono, y muestra, al tiempo, sus grandes carencias. ¿Que sabemos al final de Hanna, salvo su limitación mental? Y no por que no sepa leer (me pregunto el indice de analfabetismo en la Alemania de los 30). En el Juicio, muestra su forma de razonar, rígida como un pedrusco en medio del camino, y sin capacidad mental para sortearlo.
¿Es una mujer de sensibilidad porque se emociona con el coro de la pequeña capilla? ¿Por que le gusta la literatura? (¿como ha podido llegar a gustarle, sin saber leer?)
Esto me lleva a pensar que el enamoramiento de Michael no es tal, sino puro sexo, o puro descubrimiento del sexo.
No me creo la relación, no me creo la huella que deja en el atormentado Fiennes.
Como añoro películas como Verano del 42, de Mulligan.
NOTA para evitar confusiones: El «Nemo» que firma el comentario de arriba (#17) no es el Nemo que desde hace un par de años escribe regularmente comentarios y artículos en dosmanzanas (es decir: no soy yo), sino que se trata de otra persona que ha usado ese mismo nick (iba a escribir «que ha usado mi nick», pero es que aquí en DM no podemos registrar los nicks, así que no los tenemos en propiedad).
Bueno Nemo#17, creo que el hecho de que pueda comprender y emocionarse es, precisamente, signo de su inteligencia. Y lo creible es que todos, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos enganchado con alguien objetivamente menos que nosotros, pero, querido, la luz que irradia cada amor es tan compleja que sólo ser las pupilas del enamorado mientras esa luz penetra nos haría entender las razones del corazón, que la razón (de los demás) muchas veces no entienden …
Nemo, el avatar, en cierta manera, te señala como el verdadero Nemo
Yo también me he dado cuenta, por el avatar y por el «Ví». 😀