Animalicos
Pues sí, voy a hablar de Gloria María, nuestra profesora favorita de Bioética.
Somos unos enfermos, segun Gloria María, profesora de Bioética de la UCAM, porque no nos abrimos a la verdadera sexualidad. Las causas son múltiples pero se agrupan en dos conjuntos, a saber: las frustaciones sexuales adolescentes y la ausencia de supervisión de los padres. No voy a seguir abundando sobre las explicaciones de Gloria Maria, porque me cabreo mucho porque no me sale del potorro porque las habéis leido todos. Y porque, quizá, en el fondo, tenga razón. La actividad sexual está orientada hacia la vida.
Nos han enseñado, desde pequeños, que en la naturaleza hay un orden. Los seres vivos se reproducen: mediante mitosis, esporas, cópula… Los vertebrados se reproducen todos siguiendo un esquema macho/hembra. Y parece que las relaciones de reproducción y de crianza están dominadas por esa dualidad en todas las especies. ¿En todas?.¡No!. En «reducto» de más de 470 especies que resiste férreamente al invasor, se observa entre sus integrantes comportamientos que van desde la práctica esporádica de la homosexualidad (y aquí parece que se llevan la palma los periquitos) hasta las familias tradicionales al gusto de la pareja Obama, como es el caso de los flamencos, que observan parejas de larga duración con adopción incluida, de huevos que roban a nidos vecinos. Esto va a ser cosa del lobby gay.
No se observa, en ningún caso, el celibato voluntario ni fornicar a escondidas. Esas son dos actividades propias del ser humano. Vamos que no follar o hacerlo ocultándose de la vista de otros son dos actividades reservadas a los humanos. ¿Son esas actividades contra natura o enfermas?. Entendemos que no. Una de ellas, el celibato, si está dedicada a un bien pretendidamente mayor, Dios, es alabable. La otra es una simple cuestión de código social, que lo tenemos un poco más elaborado, aunque para una determinada especie de monos el sexo es usado para rebajar la tensión del grupo. Lo de follar por placer no es ni siquiera exclusivo de los humanos: también lo hacen los delfines, conscupiscentes ellos…
Porque, claro, si son animales enfermos, como es el caso del elefante del zoo de Poznan, o de los famosos pingüinos chinos, yo quisiera saber que piensa nuestra querida Gloria María, que mantiene que la exclusión de la homosexualidad de la lista de enfermedades psiquiátricas fue cosa del lobby rosa, igual que lo de los flamencos. O por extensión, que piensan los zoólogos y los veterinarios de todo esto. Si el sexo en el reino animal es un impulso, el sexo entre los hombres es un impulso. Todo él. El heterosexual y el homosexual. Si el sexo en los hombres es otra cosa distinta al sexo en los animales, partimos desde cero, pero, evidentemente, no vale estudiarlo basándose según convenga en Natura, porque Natura está hecha un lío. O no, o a lo mejor quien lo tiene claro es Natura, con una experiencia contrastada de millones de años, y quien no lo tiene claro es Gloria María, con todos sus títulos de Bioética.
Pero la pobre habla por no callar. ¡Animalico!.
A lo mejor lo que le pasa a esa Sñra. (a la que no tengo el disgusto de conocer) es eso. Que es célibe. No tengo ni idea.
Acabo de echarle un vistazo a su currículum académico y es de infarto, lo cual sólo sirve para confirmarme que se puede ser un cerebrito y ser un memo integral.
Penita títulos Aysss
«en la naturaleza hay un orden»
En la naturaleza hay desorden, cambio, mutación; el orden lo ponemos nosotros cuando metemos en el armario la ropa tirada por la habitación. 🙂
Bueno, dentro de ese desorden hay una pauta, ergo hay orden. No me seas quijquilloso, zarevitz 😀
No es que «Natura» esté hecha un lío, es que el concepto «contra natura», tan propio del moralismo de raíz católica, es un lío… o mejor aún, es una trampa discursiva, que podemos desmontar fácilmente sometiéndola a examen racional:
En realidad, sin embargo, el orden de estos pasos es el contrario: se parte de la estigmatización como «inmoral» de la homosexualidad, y luego se construye un concepto ideológico de naturaleza para que sirva como justificación de dicho presupuesto.
Dado que el concepto de «naturaleza» es, en este contexto, meramente instrumental, resulta poco relevante que los animales practiquen o no la homosexualidad: si se asume que la practican, se nos dirá que la naturaleza humana es distinta de la de los animales, y que los humanos no podemos rebajarnos a comportarnos como las sucias bestias; si se asume lo contrario, se nos dirá que los homosexuales somos peores aún que los animales, que no se manchan con semejantes abominaciones. Es decir: que lo que importa a estos moralistas no es, en ningún caso, la naturaleza y lo que realmente ocurre en ella, sino el dogma homofóbico del que parten.
Nemo Ya :). Precisamente por eso, Natura es un argumento que se elige a conveniencia. Eso lo tengo claro, por eso planteo la disyuntiva. O aceptamos Natura (toda ella) o la dejamos en paz y reflexionamos sobre la sexualidad humana, Natura aparte, pero ahora si ahora no, no vale 🙂
para ver lo que es Natura, no hay como observar lo que pasa con el cable del teléfono
estupendo, Enrique, estupendo
Claro, Odysseus, pero a los que usan esa clase de argumentos lo de reflexionar como que no… Vamos, que si recurren a semejantes sofismas es, precisamente, para no tener que reflexionar.
Jack: muy bueno lo del cable del teléfono 🙂
Uli: «dentro de ese desorden hay una pauta»
Eso dicen siempre los desordenados… 😀
…porque el orden a veces no se percibe a simple vista, Romanov
Nemo: es que yo soy un fanático de la
«Teoría del diseño inteligente pero perverso»
😉
Desde luego, lo que habrían ganado las clases de ‘Natu’ del cole con vosotros como profesores, jeje.
Como siempre, destilando ironía de la buena, Enrique. Habría que subir al Youtube el documental ese de la homosexualidad en el mundo animal, pero cambiándole la locución y poniendo la transcripción de tu texto. Un abrazo.
Entonces, lo que yo no entiendo es una cosa: al elefante de Poznan, ¿le dieron de pequeño la llave de la jaula o no?
Zarevitz «En la naturaleza hay desorden, cambio, mutación; el orden lo ponemos nosotros cuando metemos en el armario la ropa tirada por la habitación», has puesto. Pues yo lo extendería diciendo que contra natura es que además de la ropa nos quieran meter a nosotros en el armario. Ya que algunos se les ha convertido en la famosa «caja de pino».
Bueno, bromas aparte, me ha gustado mucho el artículo de Enrique, pero desde luego los comentarios están geniales.
Cuando os ponéis trascendentes, os ponéis trascendentes.
A mí este tema me parece que está un poco más manido de la cuenta. Es tan evidente la tontería que supone la afirmación «contra natura», que oirla me causa más gracia y asombro que rabia e indignación (que también eh).
Ciertamente para los que creen que naturaleza no es una catalogación humana y que no está sujeta a nuestro criterio: más lectura.
Por cierto, ¿alguien podría decirme cómo pongo una foto? Es que veo que todo el mundo tiene una y yo soy una sombra.
Gracias.
jajaj chus tienes que hacer cuenta en gravatar. Y utiliza para ello el correo con el que sueles loguearte en este blog (y cualquier otro blog que corra en WP) y despues subes foto o la imagen que te apetezca, cuando pongas tus datos con esa cuenta de correo el blog que tenga el sistema pondrá tu imagen…
http://en.gravatar.com/
Gracias mercedes.
Yo es que aparte de dar Naturales, os ponía a dar Filosofía para que se airearan un poco los temarios clásicos… Felicidades por hacer el hilo tan ameno 😉
Por cierto, a mí me parece que tener tanto título y tantos estudios y opinar como nuestra «querida» Gloria María me parece un poco, cómo decirlo… ¿contra natura?
En todo esto lo que hay es un problema de «naturaleza».
Basicamente nuestra querida Gloria María tiene el siguiente problema «de naturaleza»:
«Quod natura non dat Salmantica non praestat»…
Problema que la amiga Gloria María conseguirá solucionar el mismo día que su equivalente:
«De dónde no hay no se puede sacar».
Yo le pediría que devolviese el título universitario a la feria en la que se lo dieron, de clases de su «Bioética Peculiar» a unos peluches de los Teletubbis y se olvide de que existe hasta ella misma.
«Quod natura non dat…».