Washington D.C. reconocerá los matrimonios del mismo sexo celebrados en otros lugares
Estados Unidos parece despertar con fuerza del letargo que para los derechos LGTB han supuesto los años de gobierno neocon y la influencia de la derecha religiosa. Tras la decisión unánime, la pasada semana, de la Corte Suprema de Iowa, y tras la histórica votación de ayer en la Cámara de Representantes de Vermont, en ambos casos con el resultado favorable de hacer posible el matrimonio entre personas del mismo sexo, ayer se produjo otro hecho relevante. El Consejo legislativo de Washington D. C. decidió, por 12 votos a 0, reconocer los matrimonios del mismo sexo celebrados en aquellas otras juridicciones donde sea posible.
La medida, que todavía no es firme y deberá ser ratificada en un mes, tiene una gran significación política, ya que Washington D.C. es la capital federal de los Estados Unidos, y goza de un estatuto jurídico especial. No forma parte de ninguno de los 50 estados, y es el propio Congreso de los Estados Unidos el encargado, en última instancia, de su administración, aunque en la práctica la haya delegado en los cargos electos por los propios ciudadanos. Podría llegar a reclamarse, por tanto, que el Congreso de Estados Unidos se pronuncie sobre la medida, lo que pondría en una situación incómoda a la actual mayoría demócrata.
«Es hora de que enviemos un mensaje claro a todas las personas del mismo sexo casadas en otra jurisdicción: su matrimonio es válido en Washigton D.C.» ha manifestado Jim Graham, uno de los dos miembros abiertamente gays de Consejo legislativo. Por su parte, David Catania, el otro miembro gay, ha manifestado que es solo «cuestion de tiempo» que la capital federal reconozca el derecho a contraer matrimonio a sus propios ciudadanos, que ahora mismo tienen la posibilidad de acogerse a un registro de parejas de hecho que les otorga ciertos derechos. «No es ningún secreto que llevo tiempo trabajando en esa legislación», ha dicho. «Esta es una marcha hacia la igualdad y los derechos humanos. No es una marcha para conseguir derechos especiales. Esta es la marcha de la igualdad, y la marcha va a llegar aquí».
Sería como darle una bofetada en todos los morros desde la capital federal a los estados que han prohibido constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Si se produce, será de gran influencia en el resto de EEUU. Me alegra que avancemos.
Ya te digo, Crasamet.