El Jefe de Estado Mayor de Estados Unidos confirma la intención de derogar el «Don’t ask, don’t tell» pero sin prisa
Tras los recientes pronunciamientos tanto del secretario de Defensa como del portavoz del Pentágono aclarando que la derogación del «Don’t ask, don’t tell» va para largo (aunque este último se vió obligado a matizar después sus palabras) ahora es el Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor del Ejército estadounidense, Michael Mullen, el que ha confirmado que, aunque el presidente Obama mantiene la promesa de promover la derogación de la ley que permite a gays y lesbianas servir en el Ejército a cambio de mantener en secreto su homosexualidad, no existe fecha prevista para ello ni hay prisa alguna al respecto.
Según Mullen, el Pentágono tiene ya «bastantes desafíos, incluyendo dos guerras» para apresurarse a derogar una ley que tiene ya una vigencia de diez años. Mullen ha querido además transmitir un mensaje de firmeza contra aquellos que piden al menos una cierta relajación de la norma en la práctica, al recordar que «esto es una ley, no una política del Ejército. Para que se cambie la política, debe cambiar la ley».
Como hemos explicado en otras ocasiones, la política del “Don’t ask, don’t tell” fue adoptada durante el primer mandato de Bill Clinton, cuando este quiso acabar con la discriminación de los homosexuales en el Ejército. La iniciativa provocó un durísimo enfrentamiento con el Congreso, incluyendo buena parte de su propio partido. Finalmente Clinton se vió obligado a firmar una ley de mínimos que eliminaba la prohibición a gays y lesbianas de servir en el Ejército, a cambio, eso sí, de mantenerse en el armario.